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60 Informe del Prior Provincial • 2008
Marcilla
La Provincia ve cómo disminuyen los ingresos
de los ministerios y aumentan las exigencias
económicas de las comunidades y del apostolado.
El Consejo Provincial juzgó conveniente buscar
mayor rentabilidad a los bienes de que disponemos.
El convento de Marcilla había
sido remodelado en la parte
nueva, una inversión que no ha
podido aprovecharse suficientemente
una vez que se determinó
el traslado de la última etapa de
la formación a Las Rozas.
Desde entonces, aquellas instalaciones
se habían usado ocasionalmente
con grupos que las
requerían, así como en actividades
propias de formación y
encuentros. No obstante, de
manera oficial no se disponía de
la licencia de actividad para desarrollarlas,
como era frecuente en otras instituciones
religiosas.
El Consejo encomendó a una empresa que
planificase las opciones de rendimiento y las llevase
a cabo. Para ampliar las posibilidades, se
consideró necesario que la comunidad habitase
de manera independiente y sin interferencias
entre su vida normal y las actividades externas.
Era necesario para ello dejar disponible la conocida
como “parte nueva”, por lo que se consideró
que la vivienda habitual y propia de la
comunidad fuese solamente la parte antigua.
Para ello, sin embargo, era ineludible una
reforma que dotase a la comunidad de todo lo
necesario para su vida. De otro modo, sólo quedaría
la alternativa de cerrar la casa. El
Consejo consideró que nuestra presencia
allí tiene aún sentido, por la atención a las
parroquias que nos ha encomendado la
Diócesis, el vasto patrimonio propio allí
existente, y la misma Ordenación 47 que
pedía establecer un “centro de investigación
y difusión de la historia y espiritualidad
agustino-recoleta”.
Aprobada la reforma, se diseñaron los
planos de remodelación teniendo en cuenta
las finalidades de la casa y sus necesidades
(cocina, comedor, salas, capilla,
biblioteca, despensas, etc.). Se consideró
suficiente que hubiese 14 habitaciones,
pues para otras actividades con grupos
amplios de religiosos, se usaría la parte
Para buscar la máxima
rentabilidad a Marcilla
era necesaria una
reforma que dotase
a la comunidad
de una vivienda
propia y separada
nueva, de la que seguimos disponiendo según
contrato, estableciendo a comienzo de año un
calendario de actividades y uso de instalaciones.
La comunidad pudo ofrecer sus opiniones y
propuestas sobre los planos de remodelación.
Toda la vivienda y servicios comunes de los religiosos
están en el primer piso de la parte antigua.
Los espacios externos han
sido divididos y la comunidad
dispondrá de su propio espacio
verde, aparcamiento y zona de
expansión.
Integrado en ese mismo plan
estaba el cumplimiento de la
Ordenación 47. Se han seguido
las orientaciones de la misma
ordenación en pasos sucesivos:
1. Había una realidad ya establecida
y en funcionamiento que
podía incluirse dentro de la finalidad
propia del centro y de sus
actividades: la publicación del Boletín de la
Provincia, el cuidado del Archivo histórico y la
atención al museo misional.
2. El segundo paso dado por el Consejo fue
pedir un borrador de Estatutos y Programa de
actividades a los religiosos que ya tenían responsabilidades
de ese tipo en la casa.
3. Una actividad concreta y explícita en la
Ordenación era la edición de “biografías de
religiosos ejemplares”. Con la asesoría del Instituto
de Espiritualidad e Historia de la Orden,
se elaboró una lista de religiosos ilustres. El
provincial propuso a algunos religiosos la elaboración
de estas biografías. Desgraciadamente,
algunas están por concluir y otras no se
han comenzado a elaborar.
Un camión de mudanzas traslada parte de la biblioteca
de Marcilla a la Casa de Formación San Agustín de Las Rozas.
IX. Gobierno