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Informe a todos los religiosos - Provinciasannicolas.org

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6 <strong>Informe</strong> del prior provincial • 2008<br />

En el primer párrafo se describe<br />

el origen y el ser de nuestra<br />

vida a partir de la Palabra,<br />

de tal modo que para descubrir<br />

nuestra identidad hemos de ser<br />

discípu<strong>los</strong> en la escuela de la<br />

Palabra.<br />

En el segundo párrafo, la<br />

Palabra se pone en relación con<br />

la misión a la que nos llama el<br />

Señor para el servicio de la Iglesia<br />

y del mundo: ser exégesis viviente. Observar<br />

<strong>los</strong> acontecimientos y la realidad de la Provincia<br />

debiera ser ayuda para una lectura enriquecedora<br />

de la Palabra de Dios. Es descubrir cómo la<br />

Palabra se hace viva y operante, como dice<br />

Agustín: “A nadie se le impide la entrega al<br />

conocimiento de la verdad, propia de un laudable<br />

ocio… El amor a la Verdad busca el ocio<br />

santo -otium sanctum-; y la urgencia de la caridad<br />

acepta la debida ocupación -negotium iustum-”<br />

(La Ciudad de Dios XIX,19).<br />

Mensaje de <strong>los</strong> obispos<br />

al pueblo de Dios<br />

El Mensaje de <strong>los</strong> obispos al pueblo de Dios<br />

tras el Sínodo ilustra nuestra vida, que pretende<br />

ser voz para la Palabra. De él son las citas<br />

entrecomilladas, y las ideas que a continuación<br />

indicamos.<br />

La voz de la Palabra: la Revelación<br />

Esa Palabra, que hoy para nosotros está<br />

escrita, antes fue voz, fue pronunciada, fue<br />

revelación escuchada. El sonido de la voz de<br />

Dios lo encuentran nuestros pastores en la Creación,<br />

en el diálogo en el que Dios ofrece la libertad<br />

de decidirse por el bien o por el mal, en las<br />

situaciones humanas en que interviene para<br />

hacer de la aventura de <strong>los</strong> hombres historia de<br />

salvación: “nuestra fe no tiene en el centro sólo<br />

un libro, sino una historia de salvación”.<br />

La palabra, antes de ser escrita, fue voz<br />

enérgica, creadora, vivificadora, salvadora. Y<br />

después de haber sido escrita, tiene que volver<br />

a ser voz: “el horizonte de la Palabra divina<br />

abraza y se extiende más allá de la Escritura”.<br />

Lo escrito participará de esa virtualidad propia<br />

de la Palabra si proclamamos la fe en el Dios que<br />

nos crea, vivifica y salva como personas individuales,<br />

como comunidad, como Provincia y<br />

como Orden.<br />

Este informe<br />

tiene que ser relato<br />

de una historia<br />

de comunión vivida<br />

y/o continuamente<br />

buscada.<br />

Pidamos al Señor que nos ayude a leer nuestra<br />

realidad sin excluirlo a Él de lo que programemos,<br />

lo que obremos; y que<br />

sepamos sentirnos reclamados<br />

por lo que no hicimos o porque,<br />

en ocasiones, desbaratamos lo<br />

que Él quería hacer en nosotros.<br />

El rostro de la Palabra:<br />

Jesucristo<br />

El segundo punto de reflexión<br />

en el Mensaje se introduce con<br />

una imagen sugerente: Jesucristo,<br />

Rostro de la Palabra y cita a Benedicto XVI:<br />

“En el centro de la Revelación está la Palabra<br />

divina transformada en rostro, el fin último del<br />

conocimiento de la Biblia no está 'en una decisión<br />

ética o una gran idea, sino en el encuentro<br />

con un acontecimiento, con una Persona, que da<br />

un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una<br />

orientación decisiva' (Deus caritas est, 1)”.<br />

La casa de la Palabra: la Iglesia<br />

En el tercer apartado se indica que la Iglesia<br />

es “la casa de la Palabra”. Las cuatro “columnas<br />

fundamentales” de esa casa se citan en <strong>los</strong><br />

Hechos de <strong>los</strong> Apóstoles (4,42): “Todos se reunían<br />

asiduamente para escuchar [a] la enseñanza<br />

de <strong>los</strong> apóstoles y [b] participar en la vida<br />

común, [c] en la fracción del pan, y [d] en las<br />

oraciones”.<br />

En el seno de la Iglesia vivimos nuestra vida<br />

consagrada, que es [a] acogida del anuncio,<br />

aprendizaje de una catequesis, comprensión y<br />

aplicación de la Palabra para que sea respuesta<br />

para nuestra vida y para el mundo de hoy.<br />

En la comunidad eclesial nos encontramos<br />

con Cristo en la [c] fracción del pan. Nuestra<br />

vida religiosa es también imitación de la presencia<br />

de María en la Iglesia cuando es [d]<br />

canto, alabanza, diálogo, contemplación.<br />

La última columna que comento es la [b]<br />

comunión fraterna. La Palabra de Dios es relato<br />

de la comunión eclesial. Este <strong>Informe</strong> tiene que<br />

ser relato de una historia de comunión vivida<br />

y/o continuamente buscada. Si no es así, no<br />

recogerá nuestra historia más verdadera o<br />

habremos empobrecido gravemente nuestra respuesta<br />

a esa llamada de ser Iglesia y ser agustinos<br />

recoletos.<br />

Los caminos de la Palabra: la Misión<br />

“Porque de Sión saldrá la Ley y de Jerusalén<br />

la palabra del Señor” (Is 2,3). Así comienza el<br />

último apartado del Mensaje de <strong>los</strong> obispos: “La<br />

Palabra de Dios personificada 'sale' de su casa,<br />

del templo, y se encamina a lo largo de <strong>los</strong><br />

Presentación

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