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creativamente en un proceso que escapa a<br />
todo control racional. Todos los espacios<br />
sensibles son pequeños cosmos, lugares<br />
vivos que exhiben su potencia creativa. Los<br />
territorios tecnovirtuales son<br />
aparentemente realidades externas a las<br />
personas, pero son fuerzas que les<br />
condicionan y reconforman todas sus<br />
conductas. El juego de todas sus<br />
apariencias externas y dinamismos, se<br />
revela como una fuerza que incide en el<br />
desarrollo de las relaciones cotidianas. La<br />
inmersión en estos espacios, en estas<br />
tempestades sorpresivas, en estas<br />
temperaturas relacionales, hacen posible la<br />
existencia de una confluencia de personas,<br />
viva y creativa. El Eros grupal invocado por<br />
lo cromático, le desvela como el escultor<br />
nómada del ser personal y sus relaciones.<br />
Estamos ante una potencia creativa y<br />
caprichosa que funde el metal de la<br />
personalidad, que le transmuta, que le<br />
reconforma. Las aventuras que se viven en<br />
estos estadios virtuales, en estos pliegues<br />
de la realidad, modelan cálidamente los<br />
procesos de transformación de las<br />
personas, alejándolos de todo<br />
congelamiento cartesiano que solamente<br />
complica o impide lo creativo de la<br />
experiencia, en las palabras de Gaston<br />
Bachelard: « Comme nous le montrerons,<br />
la méthode cartésienne qui réussit si bien à<br />
expliquer le Monde, n’arrive pas à<br />
compliquer l’expérience, ce qui est la vraie<br />
fonction de la recherche objective » (2003:<br />
<strong>14</strong>2) 9 . El viaje errático y creativo al que nos<br />
invita el eros perceptivo en los sitios<br />
virtuales, en todos los espacios, hace<br />
posible un estar juntos invocando lo<br />
instintivo, sensible y afectivo.<br />
Podemos pensar que el desafío de<br />
vivir con las limitaciones del lugar, de todo<br />
lo que impide, es una experiencia que<br />
también es reversible, es decir, hace<br />
posible. La condicionante como<br />
oportunidad creadora hace de toda tensión,<br />
de todo encuentro de opuestos, una fricción<br />
que nos envuelve en una miríada de<br />
9 Traducción de autor: “Como lo mostraremos, el método<br />
cartesiano que si bien logra explicar el Mundo, no llega<br />
a complicar la experiencia, lo que es la verdadera<br />
función de la investigación objetiva”.<br />
22<br />
posibilidades. Lo conflictivo de las<br />
relaciones y las determinantes de los<br />
ambientes donde se generan, se revela<br />
como chispa creativa, como trayecto<br />
conformador. Vivir estos tránsitos<br />
enmarañados y complejos dentro de lo<br />
cromático y fuera de la frialdad de lo<br />
proyectado, nos libera de un cartesianismo<br />
reductor, haciendo posible la creación de lo<br />
aleatorio, la magia del trayecto compartido.<br />
Transitar estos sitios es una aventura<br />
sensible que nos invita a errar<br />
compartiendo, desde lo cual es posible<br />
iniciarse en un proceso creativo y colectivo<br />
que nos devora. Los sitios virtuales son<br />
potencias caleidoscópicas que alabean las<br />
relaciones entre las personas, que<br />
determinan el ser personal y colectivo.<br />
Estos territorios determinados y<br />
determinantes, incorporan las intensidades<br />
relacionales que en ellas surgen,<br />
concentran todos los caprichos del<br />
instante, todas las pulsiones de la<br />
experiencia. Fundirse en estas<br />
temperaturas es desplegarse, entregarse,<br />
en lugares atractivos que existen fuera de<br />
todo proyecto que controla, por lo tanto, es<br />
fusionarse en los enigmas de la experiencia,<br />
en las determinaciones de un conjunto<br />
vivo. Perderse fuera de toda vigilancia ciega<br />
a lo sensible, hace posible resbalar en<br />
espacios hyper-plegados y respirar todo<br />
aquello que nos impulsa a ser, vivir,<br />
aprender e investigar en un tiempo<br />
encarnado, en un espacio virtual que nos<br />
engulle. Entregados al todo circundante, la<br />
persona logra ser parte activa de los<br />
acordes del lugar, de sus retumbos<br />
sensibles. Circunstancia a través de la cual<br />
es posible comprender y emprender un<br />
viaje virtual, un trayecto que nos sumerge<br />
en las pulsiones del instante, que nos<br />
actualiza constantemente. Esta realidad<br />
instintiva o pasional experimentada en lo<br />
cotidiano, puede ser concebida como una<br />
pausa dinámica, como un paréntesis<br />
laberíntico en el cual las personas están<br />
condenadas a rodar casualmente.<br />
Comprender esta situación es constatar que<br />
estamos inmersos en una tragedia creativa,<br />
en una vital dependencia con el espacio que<br />
inclina las relaciones interpersonales. Vivir<br />
fuera del Olimpo de la razón, del extremo<br />
control, de la dictadura cartesiana que