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FILOSOFÍA DEL CONOCIMIENTO<br />
LA INSTRUCCIÓN: ¿EMANCIPA O ATONTA?:<br />
Una lectura crítica de El maestro ignorante de Jacques Rancière<br />
Jorge Rasner<br />
jorge.rasner@comunicacion.edu.uy<br />
En lo que sigue se analizará críticamente la propuesta educativa que nos propone<br />
Rancière en su libro “El maestro ignorante”. Se discutirá en primer lugar si efectivamente<br />
la instrucción tradicional atonta como consecuencia de la subordinación de una<br />
inteligencia (la del educando) por otra (la del maestro); en segundo lugar se analizarán los<br />
supuestos que fundamentan la propuesta y, finalmente, se discutirá si en verdad el modelo<br />
educativo propuesto por el Jacotot de Rancière al romper esta relación de dependencia<br />
educador-educando consigue sus propósitos de promover un aprendizaje emancipador.<br />
Palabras clave: educación, aprendizaje, emancipación, instrucción, subordinación.<br />
In what follows, the educational proposal that Rancière proposes in his book "The<br />
Ignorant Schoolmaster" is critically analyzed . Will discuss first whether traditional<br />
instruction effectively stun as a result of the subordination of an intelligence (the learner)<br />
by another (the master); secondly I shall dscuss the assumptions underlying the proposal<br />
and finally I shall discus if the educational model proposed by Rancière, breaking the<br />
dependency relationship educator-learner, indeed achieves its aims of promoting<br />
emancipatory learning.<br />
Keywords: education, learning, empowerment, education, subordination.<br />
¿Cuál es el carácter de las políticas<br />
educativas que se ponen en práctica –con sus<br />
peculiaridades y diferencias- durante el proceso<br />
de modernización que se inicia en Europa<br />
occidental a partir de los siglos XV y XVI?<br />
La necesidad de institucionalizar y<br />
generalizar la instrucción a un número cada vez<br />
mayor de individuos con el propósito de<br />
generar un orden superior de civilización fue –y<br />
acaso continúa siendo- la divisa de la<br />
modernidad ilustrada, y la célebre consigna de<br />
Kant, ¡ten valor de servirte de tu propio<br />
entendimiento! (Kant, 2009), sintetiza el<br />
espíritu que la anima.<br />
Este servirse del propio entendimiento<br />
promueve el proyecto emancipatorio<br />
preconizado por la modernidad que,<br />
paulatinamente, comienza a extenderse e<br />
imponerse –no sin violencia- desde Europa<br />
hacia el resto del mundo. Proyecto que apunta a<br />
la autonomía de los individuos, quienes, pese a<br />
estar dotados naturalmente de razón y ser, por<br />
tanto, capaces de discernimiento y juicio, no<br />
necesariamente han podido hacer un uso<br />
adecuado de la misma, ya que el entendimiento<br />
es la sede de la razón pero es también, como<br />
señaló Bacon a través de sus célebres “ídolos”,<br />
guarida de prejuicios y falsas nociones<br />
heredados a las que es preciso remover y<br />
desalojar para lograr su ejercicio pleno.<br />
52<br />
El desarrollo del proyecto modernizador<br />
auspicia la crítica radical de los fundamentos<br />
que sustentaron el orden anterior, pero de<br />
ninguna manera es ésta una crítica nihilista y<br />
radical a todo tipo de orden instaurado, sino que<br />
su impulso está acotado al desenmascaramiento<br />
y refutación de uno viejo –acaso perimido por<br />
funcional a propósitos que ya no son los<br />
modernos- a efectos de propiciar el pasaje a<br />
otro que inaugura una nueva etapa del proceso<br />
civilizatorio. Pasaje que requerirá una<br />
ciudadanía a la que se le habrá de inculcar<br />
nuevos valores, un nuevo marco<br />
epistemológico y hasta una nueva ontología a<br />
efectos de generar una sociedad basada sobre<br />
distintos pilares.<br />
Vemos entonces, por un lado,<br />
desplegarse una incitación al uso de la razón;<br />
pero, por otro, librada de todo dique, ésta puede<br />
llegar a ser revulsiva, removedora;<br />
profundamente cuestionadora del nuevo statu<br />
quo y sus privilegios. De inmediato se hace<br />
preciso limitar su despliegue estableciendo la<br />
necesidad del nuevo orden como necesario y<br />
superior, sin más. Entiendo que ya en la<br />
formulación kantiana se hace manifiesta esta<br />
tensión que será a la postre insalvable y que<br />
puede expresarse como el límite que debe<br />
imponerse al valor de servirse del propio<br />
entendimiento. Límite que vendrá dado por un