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de noticias sobre El Salvador eran favorables<br />
al Gobierno de aquel país y sólo un 10% de<br />
oposición, mientras que sobre Nicaragua, más<br />
de dos tercios eran contrarias a su Gobierno.<br />
En el mismo caso, sólo un 9% de esas fuentes<br />
eran "habitantes ordinarios" de la zonas, más<br />
de un 33% eran norteamericanos y el resto<br />
estaba cubierto, directamente, por el Gobierno<br />
de Estados Unidos o el de El Salvador, por la<br />
Contra y por la oposición política<br />
nicaragüense.<br />
Un segundo nivel del proceso se encuentra<br />
en la discriminación temática que ejercen los<br />
medios de comunicación en la elección de qué<br />
temas son noticia y cuáles no. Se trata de lo<br />
que el autor llama "la obligación del silencio",<br />
una de cuyas expresiones más brutales la<br />
realiza Elie Wiesel diciendo «una fotografía<br />
de un soldado israelí pateando a una anciana<br />
árabe ya no es noticia».<br />
La importancia de los medios de<br />
comunicación como instrumentos que<br />
seleccionan lo que es y no es noticia y, por<br />
tanto, determinan la distribución de<br />
conocimientos que tiene la sociedad moderna<br />
es evidente. También lo es la importancia que<br />
tiene esa distribución de conocimientos para la<br />
forma en que la sociedad y los individuos<br />
organizan su percepción y su escala de valores<br />
sobre los problemas del mundo que les rodea.<br />
Pero a diferencia de algunos de los modelos<br />
de análisis dominantes en los USA (la agenda<br />
seeting function), que presentan la acción de<br />
los medios sólo en el plano de la<br />
discriminación temática, del "sobre qué"<br />
temas hablan, Chomsky sustenta su teoría<br />
sobre el modelo de propaganda en la estrecha<br />
relación entre ese "sobre qué" y el "qué" dicen<br />
en cada caso. Selección de temas y contenido,<br />
forman para él una unidad.<br />
Otro de los aspectos más sugerentes es el<br />
énfasis que pone en la prioridad del modelo de<br />
propaganda hacia la creación de esa ilusión<br />
necesaria entre las élites cultas, teorías como<br />
la de la agenda seeting no establecen<br />
diferenciaciones sociales, raciales, sexuales y<br />
culturales en el público. Así se soterra que la<br />
acción de los medios no tiende a disminuir las<br />
diferencias en el acceso y conocimiento de la<br />
información entre élites y gente normal (entre<br />
ricos y pobres), sino que mantiene y muchas<br />
veces amplía esa "brecha de conocimientos"<br />
(por utilizar el término que otros<br />
investigadores norteamericanos -la "teoría del<br />
distanciamiento", por ejemplo- establecen).<br />
Se omite, también, la función protagonista de<br />
esas élites en la conformación de la llamada<br />
opinión pública y en la estabilidad del sistema<br />
político.No es casualidad que la conversión de<br />
la intelectualidad crítica al yuppismo y al<br />
"carrerismo" haya sido una de las principales<br />
bases del renacimiento patriotero de la<br />
sociedad norteamericana tras el periodo<br />
dominado por el síndrome del Vietnam y el<br />
estallido feminista.<br />
Información y Poder. El aspecto más<br />
importante del estudio de Chomsky es, sin<br />
duda, la identidad de intereses entre la<br />
información difundida por los medios de<br />
comunicación y el poder político.Es ya toda<br />
una tradición norteamericana la escasa<br />
preocupación por analizar a los emisores. El<br />
propio debate sobre la actuación<br />
desestabilizadora o no de los medios de<br />
comunicación resulta sólo una cobertura, un<br />
mecanismo de legitimación de esos medios<br />
como "expresión del sentir popular", para<br />
mantener embozado al emisor y sus funciones.<br />
Frente a ello, Chomsky insiste en que «los<br />
resultados (de su análisis comparativo)<br />
ofrecen una indicación dramática de la<br />
subordinación de los medios de comunicación<br />
de Estados Unidos a los objetivos fijados por<br />
las autoridades del Estado.»<br />
Esta subordinación no excluye la<br />
controversia a un cierto nivel. En Chomsky no<br />
hay una reducción de los medios de<br />
comunicación a meros apéndices del Estado, a<br />
puros aparatos ideológicos del mismo.<br />
Distingue explícitamente entre los medios de<br />
comunicación estatalizados y los sometidos -<br />
como es el caso- al oligopolio de las grandes<br />
empresas. En muchos casos analiza las<br />
diversidades de puntos de vista, pero las sitúa<br />
dentro de las "gamas de opinión expresable",<br />
es decir, en el campo de divergencias de las<br />
élites del poder. El análisis de la confrontación<br />
sobre la actitud ante la Contra nicaragüense,<br />
dentro de la unidad respecto al rechazo del<br />
108 VIENTO SUR Número 3/Juniol992