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iguales a las relaciones entre los tiempos de<br />
trabajo que cuesta producirlas. Es lo que<br />
ocurre cuando se soluciona el sistema de<br />
ecuaciones correspondiente.<br />
... y, además, es una ruina intelectual.<br />
La afirmación de que «la teoría del valor<br />
trabajo es falsa» se ha convertido en un tópico<br />
del que Elster no se ve libre. Para<br />
«demostrarlo», en poco menos de una página,<br />
resume la crítica sraffiana que ha desatado<br />
toneladas de tinta en un debate que está muy<br />
lejos de ser saldado. Para los ricardianos, el<br />
cálculo de los precios pasando por los valores<br />
es un rodeo innecesario que, además, implica<br />
errores, porque el problema puede ser resuelto<br />
directamente. Elster lo resume de esta-manera.<br />
Si existen 15 mercancías, por ejemplo, y el<br />
precio de una de ellas se toma por convención<br />
igual a 1, el problema consiste en determinar<br />
los 14 precios restantes y la tasa de beneficio.<br />
Para ello se necesitarían 15 ecuaciones: cada<br />
una expresaría que el coste de la mercancía<br />
(que depende de los precios de las mercancías<br />
necesarias para producirla) multiplicado por la<br />
tasa de beneficio ha de ser igual al precio de la<br />
misma. «Resolviendo estas 15 ecuaciones con<br />
15 incógnitas, sacamos la tasa de ganancia y<br />
los precios relativos de un solo golpe, mientras<br />
que Marx pensó, equivocadamente, que podía<br />
sacar la tasa de ganancia antes de deducir los<br />
precios.»<br />
La explicación anterior parece concluyente,<br />
pero no lo es en absoluto.<br />
Supongamos que, como ocurre en el mundo<br />
real, cada mercancía es producida por más de<br />
una empresa. Habría, por tanto, muchas más<br />
ecuaciones (una por cada empresa) que<br />
incógnitas (una por cada mercancía) y el<br />
problema sería matemáticamente irresoluble.<br />
Ahorramos al lector otras variantes<br />
matemáticas posibles que llevan a la misma<br />
conclusión. Elster y los ricardianos pretenden<br />
eludir este callejón sin salida negando que el<br />
problema exista. Pero para ello, simplifican el<br />
escenario (cada mercancía es producida por<br />
una sola empresa) hasta el punto de que no<br />
tiene nada-que ver con el capitalismo real.<br />
La acumulación es un galimatías... Para<br />
Elster, la teoría de la acumulación marxista es<br />
«más aprovechable», pero no está exenta de<br />
errores. La crítica parte de una distinción entre<br />
acumulación extensiva (expansión cuantitativa<br />
de la producción sin incorporar cambio<br />
técnico) e intensiva (cuando las inversiones<br />
incorporan nuevas tecnologías que provocan<br />
una transformación cualitativa del proceso de<br />
producción), que dejaría perplejo a cualquier<br />
profesor universitario, ya fuera neoclásico,<br />
keynesiano o marxista. No es posible tal<br />
distinción,, y ninguna teoría económica seria la<br />
ha hecho, porque las inversiones no sólo<br />
aumentan el nivel de producción, sino que<br />
también incorporan progreso técnico.<br />
Según Elster, en Marx "no está clara" está<br />
distinción y esto le llevó a no comprender<br />
cuales son las motivaciones que tienen los<br />
capitalistas para invertir. En realidad, Marx<br />
sólo utiliza esta distinción con fines<br />
pedagógicos; pero cuando pone en marcha la<br />
teoría (por ejemplo, al tratar el descenso de la<br />
tasa de beneficio), tal distinción no existe. Es<br />
pues Elster, no Marx, el que necesita claridad.<br />
...y la caída de la tasa de beneficio no<br />
se entiende. Llegado a este punto, a Ester<br />
sólo le queda intentar derribar la última<br />
columna de la economía marxista: la caída<br />
tendencial de la tasa de ganancia. Para él, es<br />
«falsa, contraria no solo a la intuición, sino a<br />
la verdad», porque el progreso técnico no ha<br />
sido ahorrador de trabajo, como decía Marx,<br />
quien «deja de lado innovaciones tan<br />
dramáticamente ahorradoras de capital como<br />
los explosivos y la telegrafía sin hilos». Esta<br />
afirmación si que es contraria a la intuición:<br />
¿cuántas innovaciones hay actualmente,como<br />
el tren de alta velocidad o la tecnología<br />
aeroespacial,por cada una de las de ayer como<br />
los explosivos o la telegrafía sin hilos Basta<br />
comparar la enorme capitalización de<br />
cualquier país industrial, plagado de<br />
autopistas, grandes complejos industriales,<br />
etc., y su relativamente bajo nivel de empleo<br />
en los sectores productivos, con la situación<br />
del mismo que refleja una película de los años<br />
veinte, por ejemplo.<br />
La tendencia decreciente de la tasa de<br />
112 VIENTO SUR Número 3/Juniol992