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Descargar - Viento Sur

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madera preciosa. Sin embargo, miles de ex-combatientes se quedaron en el desempleo<br />

y muchos de ellos pasaron a engrosar las filas de los recompas. Ahora, cuando el<br />

Ejército pretende desarmar a los recompas, estos denuncian que los oficiales se apropiaron<br />

de empresas militares.<br />

Con las cifras en la mano, el Ejército nicaragüense es en estos momentos el más<br />

pequeño de Centroamérica. En 1990 hubo una reducción del cincuenta por ciento que<br />

dejó las filas militares en 41.000 efectivos según datos oficiales. En 1991 hubo una<br />

segunda reducción a 28.000 hombres, y este año habrá otra reducción de unos 750<br />

oficiales. De los 68.000 militares que fueron "compactados", 5.000 recibieron un total<br />

de 10 millones de dólares en compensación.<br />

A cambio, el Ejército de Nicaragua logró una total autonomía respecto al poder<br />

civil. Según Rafael Solís, el general Ortega empezó a preocuparse por asegurar el<br />

futuro del Ejército calculando la posibilidad de una derrota electoral del Frente<br />

Sandinista. En las semanas previas a las elecciones, un equipo interno del Ejército<br />

asesorado por Solís, que entonces era vice-presidente de la Asamblea Legislativa,<br />

elaboraron una Ley Orgánica del Ejército. Esta ley estableció institucionalmente la<br />

separación entre el Ejército y el partido sandinista, y jerarquizó las estructuras, los<br />

rangos y escalones.<br />

Según esta ley^1 jefe del Ejército no sería nombrado por el poder civil, sino por un<br />

consejo militar cuya existencia es desconocida por la opinión pública nicaragüense.<br />

Este mecanismo similar al usado por el Ejército hondureno, es el que garantizó que el<br />

general Ortega continuará al frente del Ejército con la llegada del Gobierno de Violeta<br />

Barrios. La ley fue firmada por el presidente Daniel Ortega antes de las elecciones<br />

durante un receso de la Asamblea Nacional.<br />

«La ley prácticamente da facultades al Ejército como un ente autónomo, con vida<br />

jurídica propia. Fue una garantía de estabilidad para el Ejército y los mandos militares,<br />

porque cuando la presidenta Violeta Barrios asumió se encontró con la ley establecida.<br />

De alguna manera esta ley también fue decisiva en las negociaciones para la transición<br />

de poden>, explicó Solís.<br />

Aunque en 1991 la ley se reformó, entregando al Ejecutivo poder para nombrar al<br />

jefe del Ejército, la presidenta tiene que escogerlo según la propuesta del consejo<br />

militar; lo cual sigue siendo suficiente garantía para Humberto Ortega, nuevamente,<br />

estas reformas se decretaron durante el receso de la Asamblea Legislativa.<br />

De esta manera, el general Humberto Ortega garantizó la estabilidad de una institución<br />

militar reducida con un pequeño cuerpo de oficiales altamente profesionalizado y<br />

que aceptan sin dudas su liderazgo. Desde entonces, el Ejército se ha preocupado de<br />

pasar a un segundo plano, y no intervenir mucho en la vida pública del país. Sin embargo,<br />

esto parece ser una falsa imagen, ya que el general Ortega con el poder que le<br />

sigue dando el control del Ejército, maneja tras el telón muchos hilos de la política en<br />

Nicaragua.<br />

Pensamiento Propio/ Marzo de 1992/ Managua<br />

32 VIENTO SUR Número 3/Juniol992

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