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Descargar - Viento Sur

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Contemplo ahora una foto en la que se ve un<br />

Sarajevo copiosamente nevado (aún estaba<br />

vivo el recuerdo de los XIV Juegos Olímpicos<br />

de Invierno de 1984). Esta ciudad, de unos<br />

500.000 habitantes y de 600 a 700 metros de<br />

altitud, parecía ideal para serenar el espíritu,<br />

huir de los horrores de la vida o detener el<br />

tiempo... Conservadora de su pátina oriental<br />

como ninguna otra ciudad en Europa, se ha<br />

mantenido -en palabras del escritor Ivo<br />

Andric- «exhausta y agonizante y ala vez<br />

renaciente y transformada». Contemplo la foto<br />

del viejo puente de 1798 sobre el río Miljacka,<br />

erigido sobre las fundaciones de otro del siglo<br />

XVIy cuya suerte en esta guerra desconozco;<br />

fue dedicado al joven estudiante Gavrilo<br />

Princip, militante del movimiento nacionalista<br />

revolucionario Miada Bosna (Joven Bosnia),<br />

autor, como es sabido, del asesinato, en julio<br />

de 1914, del archiduque Francisco Fernando,<br />

heredero del trono austro-húngaro. Las<br />

huellas de sus botas están grabadas en el<br />

pavimento de granito en el mismo lugar del<br />

atentado, junto al puente, y en la posición que<br />

adoptó para hacer fuego contra su víctima,<br />

todo ello, sin duda, para mayor diversión de<br />

los turistas... ,<br />

Desde el siglo XV en manos de los turcos,<br />

Bosnia había protagonizado una serie de<br />

alzamientos antifeudales de los campesinos a<br />

finales del siglo XIX, hasta que fue primero<br />

ocupada (1878) y definitivamente anexionada<br />

después(1908) por el Imperio austro-húngaro.<br />

Contemplo también fotos de Bascarsija, el<br />

viejo bazar jalonado de calles y tiendas<br />

artesanales. De entre sus ochenta mezquitas<br />

destaca la de Ghazi Khusraw-Bey, de 1531, el<br />

más grande santuario musulmán de Bosnia; el<br />

muecín que convoca a la oración desde el<br />

alminar (un estudiante de la cercana<br />

"medresa ") aún hoy no utiliza el altavoz, y<br />

dicen que la llamada a la plegaria era en<br />

tiempos pasados acompañada por un<br />

respetuoso silencio por los herreros ortodoxos<br />

que, en ese momento, dejaban de golpear sus<br />

yunques. No en vano se cuenta también esta<br />

otra leyenda de Sarajevo (nombre que<br />

proviene de saraj, residencia del pacha o bey<br />

turco): un musulmán quiso vender su casa a<br />

un amigo, y lepidio 300.000 dinares, pero en<br />

ese precio -le decía- iban incluidos sus<br />

vecinos, un católico y un ortodoxo: «Y cuando<br />

llores, llorarán contigo; cuando rías, reirán;<br />

cuando estés enfermo, estarán a tu lado... y<br />

esto, ya sabes, no tiene precio».<br />

Bosnia-Herzegovina ha sido crisol de<br />

muchas culturas y escenario de innumerables<br />

enfrentamientos en el pasado. Tras la Segunda<br />

Guerra Mundial se creó -según explicaba<br />

hasta hace poco la propaganda oficial- «una<br />

república libre dentro de la comunidad<br />

socialista yugoslava». Y se agregaba<br />

enfáticamente: «De la fragua de la guerra de<br />

liberación y de la revolución salió el firme<br />

hierro de la hermandad y la unidad». La<br />

fragilidad de tal hierro es más que evidente.<br />

Este país confederado, pionero en la<br />

heterodoxia comunista, pertenecía con todo<br />

derecho al club de los países llamados, con<br />

notable eufemismo, civilizados (ya apuntó<br />

Osear Wilde que la civilización no suprime la<br />

barbarie, sino que la perfecciona). La<br />

aparente civilidad yugoslava se ha trocado así<br />

en una guerra civil con ambiciones<br />

expansionistas; una guerra también con<br />

caracteres de reconquista, que a semejanza de<br />

la española, ahora por motivos más étnicos<br />

que religiosos, quiere romper brutalmente un<br />

delicado equilibrio en el respeto y la<br />

tolerancia entre tres etnias y tres culturas que<br />

parecían haber logrado convivir en armonía,<br />

como nos hacían pensar los relatos del pasado<br />

y las muestras de los últimos años.<br />

Por otra parte, es sabido que esta feroz<br />

guerra, desde la perspectiva y los objetivos del<br />

imperio hoy dominante, es sólo una guerra<br />

marginal, regional, ajena por tanto a los<br />

grandes circuitos mediáticos y televisivos<br />

actuales. Y aun cuando tiene lugar<br />

peligrosamente cerca del corazón de Europa,<br />

se estrella ante la indiferencia de la mayoría<br />

de los ciudadanos de la mayoría de los<br />

llamados países desarrollados de nuestro<br />

continente. Aun teniendo presentes sabias<br />

advertencias (Einstein decía que en la<br />

humanidad fermenta una necesidad atávica de<br />

odiar y aniquilar), es difícil imaginar que, por<br />

sisólos, rescoldos de pasadas masacres (de<br />

crueldad ciertamente indescriptible)<br />

protagonizadas por ustashis, chetniksy<br />

116 VIENTO SUR Número 3/Juniol992

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