You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
o marginados, entre lo que se encuentran los económicamente excluidos, los considerados<br />
en el discurso dominante racialmente distintos, culturalmente diferentes o, simplemente,<br />
"desviados" socialmente. Pese a que se trata de un bloque social extremadamente<br />
diverso, dado el sombrío futuro del Estado del bienestar, su crecimiento es<br />
innegable, por lo que urge un giro en el comportamiento hasta ahora tradicional.<br />
Recordemos que desde el 68 se iniciaron corrientes de denuncia de ese "archipiélago<br />
de absolutismos" que trata de controlar todo tipo de comportamiento anómico que<br />
surja entre la masa de excluidos; pero el politicismo de la vieja extrema izquierda y la<br />
misma composición social de los "nuevos" movimientos limitaron enormemente la<br />
preocupación por la crítica micro-cultural del poder, de las causas sociales de la<br />
marginación, del etnocentrismo occidental, de instituciones como la escuela, los hospitales,<br />
los psiquiátricos, las cárceles o, en general, de las cada vez más variadas<br />
formas de actuación discriminatoria de la propia sociedad civil respecto a un número<br />
creciente de "sujetos frágiles"/8.<br />
Pero en el momento actual la relación con ellos no obedece sólo a una elemental<br />
solidaridad; va unida a la necesidad de denunciar juntos fenómenos como el refuerzo<br />
que las nuevas tecnologías ofrecen a la capacidad de vigilancia y de control de los<br />
Estados y de una parte de la sociedad civil sobre cualquier foco de disenso o de<br />
actuación que, sencillamente, esté fuera de las normas dominantes. Hay así puntos de<br />
confluencia frente a unas tendencias totalitarias que resurgen, sobre todo si tomamos<br />
el mundo como una unidad global, tal como sucedió durante la guerra del Golfo: el<br />
maccarthysmo y el disciplinamiento ideológico que sufrimos en la "aldea global"<br />
durante esos meses fueron sólo un ensayo del "nuevo orden" y hacen prever un panorama<br />
de fuerte conflictividad ante la irreversible realidad de unas sociedades cada<br />
vez más multirraciales, plurinacionales y diversas y, al mismo tiempo, más intolerantes.<br />
Convergencia y pluralismo<br />
Grupos y corrientes procedentes de la izquierda tradicional y radical, del "cristianismo<br />
de liberación" o, simplemente, de la izquierda sumergida, aspiran a reconstruir o<br />
fortalecer los movimientos sociales alternativos y a asociarlos con el viejo movimiento<br />
obrero o con corrientes nacionalistas solidarias.<br />
Ese deseo parece partir también de constatar que existe una pluralidad de contradicciones,<br />
conflictos u oposiciones que desgarran a la "fábrica social" en que vivimos,<br />
y que sería erróneo establecer una u otra como central. Ese relativismo tiene<br />
especial relevancia porque también en cada uno de los grupos de los que formamos<br />
Facmum), 1, (nov. 1989); y, más en general, la necesidad de recurrir a las técnicas cualitativas, a los grupos do<br />
discusión, según proponen desde hace tiempo sociólogos críticos como Jesús Ibáñez, dentro de la perspectiva del<br />
llamado "movimiento de potencial humano".<br />
8/ La denuncia del contraste entre el trato a esos sujetos y el dedicado a los "delitos de cuello blanco" en estos<br />
tiempos de corrupción de la "nueva clase" es también una función imprescindible de los movimientos. (Ver, por<br />
ejemplo, Sutherland, E, H: Ladrones profesionales, Madrid, La Piqueta, 1988, y Várela, Julia y Alvarez Uría, Fernando:<br />
Sujetos frágiles, Madrid, FCE, 1989).<br />
90 VIENTO SUR Número 3/Juniol992