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socialistas que dicen estar en la izquierda o a la izquierda del laborismo. Se defienden<br />
argumentos tanto negativos como positivos a favor de este realineamiento. Negativos,<br />
como los de aquellos que dicen que no existen esperanzas de que los laboristas<br />
vuelvan a ganar por sí mismos unas elecciones: después de todo, han tenido una<br />
oportunidad sin precedentes en éstas, celebradas en medio de una profunda recesión.<br />
Deben por lo tanto, se argumenta, hacer un pacto con los liberales demócratas, repartirse<br />
las circunscripciones para no enfrentar a sus respectivos candidatos y preparar un<br />
programa conjunto para un Gobierno de coalición.<br />
¿"Refundación" de la izquierda<br />
Los argumentos positivos hacen hincapié en la idea de que hay una tarea cuya importancia<br />
supera a todas las demás: la reforma electoral y constitucional. Como los liberal<br />
demócratas defienden estas reformas, hay sectores en la izquierda que consideran<br />
que no solamente sería necesario, sino también progresista -un "paso adelante"- alcanzar<br />
un pacto electoral en estos términos.<br />
Nadie en la izquierda puede negar el carácter reaccionario del orden constitucional<br />
británico, ni la naturaleza globalmente antidemocrática de su sistema electoral. Pero<br />
el programa constitucional de los liberal demócratas no supondría ningún avance<br />
sustancial en relación con el status quo: su incapacidad para plantear una revisión<br />
global del sistema judicial y reforzar los poderes del Parlamento implica que una<br />
reforma constitucional de estas características, significaría tan sólo un reforzamiento<br />
de un sistema judicial profundamente reaccionario y de su capacidad para intervenir<br />
en el proceso político contra la izquierda. Por lo que se refiere a la posible sustitución<br />
del sistema electoral a favor de algún tipo de representación proporcional, sin duda<br />
supondría un paso adelante, pero probablemente produciría nuevos y más importantes<br />
obstáculos para el avance de una alternativa socialista en Gran Bretaña. Por ello,<br />
aunque la izquierda difícilmente puede oponerse a la introducción de un sistema más<br />
representativo, sería absurdo que apoyase una medida de este tipo como una vía para<br />
hacer avanzar el movimiento laborista o como una de las claves para mejorar la vida<br />
del conjunto de la población.<br />
El laborismo, sin estrategia<br />
La lección fundamental de la derrota electoral reside en la simple constatación de que<br />
el laborismo carece de cualquier credibilidad a nivel programático. Ni siquiera pretende<br />
tener una estrategia alternativa para modernizar y transformar la vida de la<br />
gente. Las propuestas thatcheristas de los ochenta se han desacreditado en gran medida,<br />
al menos en los círculos financieros y políticos, por la simple razón de que no han<br />
podido frenar la decadencia económica, para no hablar de la social, del país. El<br />
thatcherismo solo funcionó como una herramienta para redistribuir de los pobres a<br />
los ricos. Pero como estrategia para el crecimiento ha sido un fracaso total y Major ha<br />
procurado evitar que se le pudiera identificar como un mero continuador de él.<br />
Para que el laborismo pueda ganar después de tantos años fuera del poder, tiene que<br />
VIENTO SUR Número 3/Juniol992 21