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mo vasco, la situación cómoda de los castellanoparlantes, la fácil tentación de atizar<br />
fantasmas para mantener una clientela electoral o un cierto poder sobre las conciencias<br />
de muchas gentes... alimentan la inercia de un lado. Mientras que en el otro, el<br />
recurso al abertzalometro no deja de tener sus grandes ventajas para mantener la<br />
hegemonía del poder político y una autoridad social; de manera que también de este<br />
lado hay motivos de sobra para la inercia.<br />
En cualquier caso, la batalla por la identidad del pueblo vasco seguirá librándose en<br />
el terreno más conflictivo a lo largo de este siglo: la actitud de las élites y de la<br />
sociedad hacia sus dos componentes esenciales: el euskara y la pluralidad.<br />
En cuanto al euskara, es menester proponerse y conseguir un consenso más concreto<br />
y más generoso que el que ya existe hoy día, lo que está al alcance de las actuales<br />
generaciones. Dicho consenso no puede quedarse en un mero acuerdo político sino<br />
que ha de contar con el apoyo expreso de la sociedad. Debe significar un pacto social,<br />
hecho y derecho, que garantice la estabilidad de una actuación a largo plazo, con el<br />
doble objetivo de favorecer su normalización social y de que pueda ser un patrimonio<br />
real de toda la población escolarizada. Se ha de buscar también, de paso, la manera de<br />
afrontar su precaria situación en las áreas de Euskalherria donde no goza aún de la<br />
oficialidad: Iparralde y Navarra.<br />
Respecto a la pluralidad, basta con reconocerla mediante gestos que despejen toda<br />
ambigüedad. Admitir que somos un pueblo variopinto, mestizo como casi todos, plural<br />
en casi todo. Asumir que la pluralidad se muestra en muy distintas formas de<br />
sentir lo vasco, incluidas las que no conectan con las claves de nuestro nacionalismo<br />
y se sienten vasco españoles y hasta más españoles que vascos. Reconocer la legitimidad<br />
de todas ellas.<br />
Sospecho que estas dos metas son una condición indispensable para la convivencia<br />
social en una única comunidad nacional vasca. Y tanto más si se quiere ganar una<br />
lealtad básica hacia dicha comunidad de quienes se sienten diferentes en ella.<br />
VIENTO SUR Número 3'Junio¡992 75