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homogeneización étnica, pero ahora fueron suplidos por métodos más brutales, especialmente<br />
el genocidio y el trasplante forzoso de poblaciones. Ya habían tenido lugar<br />
algunos primeros experimentos en esta dirección, como el genocidio de los armenios<br />
o el intercambio de población entre Turquía y Grecia después de la guerra a comienzos<br />
de los años veinte, pero fueron los años cuarenta el período por excelencia del<br />
asesinato en masa y el exilio. Como consecuencia, algunas sociedades que habían<br />
sido plurales pasaron a ser incomparablemente más homogéneas: Polonia, los países<br />
checos, Bielorrusia...Otras no se "beneficiaron" tanto de los crímenes de Hitler y<br />
Stalin, y las tensiones étnicas continuaron manifestándose.<br />
5 9 etapa: si llega a existir...<br />
Por lo que se refiere a Europa del Este, la 5 a etapa no es aún un hecho histórico. Es<br />
más una esperanza, un deseo, aunque existen algunos indicios que permiten creer en<br />
sus posibilidades de existencia, tanto práctica como teóricamente. La 5 a etapa, si<br />
llega a existir, o si empieza a aparecer en algunas partes, tiene una serie de características<br />
benignas. Está caracterizada por una mayor y mejor difusión del bienestar del<br />
industrialismo tardío. Es decir, la hostilidad entre grupos culturalmente distintos no<br />
se exacerba tanto por la envidia y la humillación de la pobreza, visible, asociada<br />
conscientemente con un status étnico y considerada un "atraso". Un industrialismo<br />
más avanzado modifica también mas eficazmente la estructura ocupacional y<br />
estandariza las culturas, de manera que sus diferencias mutuas, al menos de alguna<br />
forma, pasan a ser meramente fonéticas mas que semánticas: comparten conceptos<br />
similares y hacen las mismas cosas, incluso si usan palabras diferentes. La tesis de la<br />
estandarización de las culturas industriales está lejos de haberse probado del todo, y<br />
es aún muy cuestionable (basta considerar los países industrializados del Extremo<br />
Oriente); pero a pesar de todo, cuando se trata de sociedades que comparten, de alguna<br />
manera, una misma herencia y han sido vecinas mucho tiempo, algo de verdad hay<br />
en ello. La convergencia económica y cultural disminuyen las hostilidades étnicas: el<br />
hombre del industrialismo tardío, como su predecesor del primer industrialismo, sigue<br />
encontrando su identidad, ante todo, en una cultura literaria, pero su cultura literaria<br />
no se diferencia ya tanto de la de sus vecinos étnicos. Sobre todo, cualesquiera<br />
que sean las diferencias, ya no se refuerzan por el hecho de que las personas a ambos<br />
lados de la frontera estén situados en puntos diferentes en el proceso de iniciación a la<br />
civilización industrial. (Este hecho aún ocurre en la relación entre una cultura anfitriona<br />
y los trabajadores emigrados, agravando y causando tensiones racistas).<br />
Estas condiciones relativamente benignas existen aproximadamente en partes de<br />
Europa Occidental, aunque con excepciones como el Ulster o Euskadi. No es fácil<br />
hoy imaginarse una guerra entre países de Europa Occidental por problemas territoriales.<br />
Se puede imaginar la situación, que parece aproximarse, que podría describirse<br />
como de federalización y cantonalización; en tanto que las culturas mayoritarias posean<br />
su hogar patrio, que garantiza su perpetuación, no parecen insistir ya ni en la<br />
plena independencia ni en la convergencia dentro de fronteras étnicas y políticas. Y<br />
ello, en cualquier caso, es el deseable punto final al desarrollo que, bajo el<br />
VIENTO SUR Número 3/Juniol992 57