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adquirirá algún día el poder político y ocupará una posición dominante en el Estado<br />
y en la nación, y será entonces, cuando en cierta medida (!) se haya constituido ella<br />
misma en tanto que nación, que será también nacional y se sentirá nacional, por más<br />
que su nacionalismo sea de una naturaleza distinta que el de la burguesía» /3.<br />
Esta interpretación de Cunow se funda en una pequeña palabra, realmente pequeñísima:<br />
«todavía», («Mas, por cuanto el proletariado debe...constituirse en nación,<br />
todavía es nacional...»), que, de hecho, implica todo un mundo y diferencia al<br />
internacionalismo proletario del nacionalismo burgués.<br />
La interpretación de Cunow ha hecho escuela en el campo reformista; pero, tras la<br />
II Guerra Mundial, se ha abierto también un espacio en los círculos comunistas. Así,<br />
en la "introducción" a la edición del Manifiesto aparecida en 1946, de ediciones<br />
Stern-Verlag de Viena, leemos:<br />
«Cuando Marx dice en el Manifiesto Comunista: Mas, por cuanto .el proletariado<br />
debe en primer lugar conquistar el poder político, elevarse a la condición de clase<br />
nacional, constituirse en nación, todavía es nacional, nos encontramos precisamente<br />
hoy en día en la época en que la clase obrera se presenta nacionalmente como la<br />
columna vertebral de la nación en la lucha contra el fascismo y por la democracia. La<br />
clase obrera de Austria lucha en la actualidad junto a todo el pueblo trabajador para<br />
conquistar su patria austríaca mediante la creación de una Austria independiente,<br />
libre y democrática» /4.<br />
Es evidente que esta interpretación es a todos los efectos la misma que la de Cunow,<br />
aunque exagerándola.<br />
En total oposición a estas tentativas de interpretación nacionalistas, encontramos la<br />
explicación de las frases mencionadas del Manifiesto en el ensayo de Lenin, Karl<br />
Marx:<br />
«Las naciones son el producto inevitable y la forma inevitable de la época burguesa<br />
de desarrollo de la sociedad. La clase obrera no podría reforzarse, entrar en la edad<br />
adulta sin constituirse en nación, sin ser nacional (aunque en absoluto en el sentido<br />
burgués de la palabra). Pero el desarrollo del capitalismo destruye cada vez más los<br />
límites nacionales, aniquila el aislamiento nacional y reemplaza los antagonismos<br />
nacionales por las contradicciones de clase. En los países imperialistas desarrollados,<br />
es, por consiguiente, absolutamente cierto que los obreros no tienen patria y que la<br />
acción común del proletariado, al menos en los países civilizados, es una de las<br />
primeras condiciones de su emancipación .»<br />
Esta interpretación de Lenin, aún estando por su contenido totalmente dentro del<br />
espíritu del marxismo, no es tampoco satisfactoria. Nos referimos a lo siguiente:<br />
mientras que en el Manifiesto el proletariado es, incluso antes de la conquista del<br />
3/Cunow no fue verdaderamente el primero que interpretó el Manifiesto en este sentido. Al igual que otras muchas<br />
innovaciones reformistas, ésta se remonta al padre del reformismo, Eduard Bemstein. En su artículo "La socialdemocracia<br />
alemana y los problemas de Turquía" [Die Neue Zeit, 4,(1896-97), 111], podemos leer: «La frase según la cual<br />
el proletario no tiene patria se modifica a partir del momento y en la medida en que éste tiene, como ciudadano con<br />
todos sus derechos, el derecho de participar en el Gobierno y en la legislación de su país y de poder modificar las<br />
estructuras de éste según sus deseos.»<br />
4/ Que la clase obrera de Austria, a quien la llamada patria austríaca fue impuesta por la victoria de los aliados,<br />
pueda en alguna medida luchar por la realización del socialismo, no cabe en el espíritu del autor de la "introducción".<br />
78 VIENTO SUR Número 3/Junio¡992