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Mitos y tópicos sqbre<br />
la economía marxista<br />
Una introducción a Karl Marx<br />
Jon Elster.<br />
Siglo XXI de España.<br />
Madrid, 1991.<br />
En los últimos dos siglos, ha habido muchas<br />
teorías sobre el funcionamiento del<br />
capitalismo. La crisis del socialismo real y el<br />
avance del mercado en la práctica no<br />
demuestran que las construcciones teóricas de<br />
los economistas clásicos, neoclásicos o<br />
keynesianos sean mas correctas que las del<br />
marxismo. Pero en la práctica, las teorías<br />
sobre el mercado también funcionan como<br />
ideologías: como liberalismo económico,<br />
como keynesianismo o como marxismo.<br />
Funcionan como ideas motrices que calan en<br />
la mente de la gente y que modelan su<br />
comportamiento como sujetos activos del<br />
mundo que les rodea. En este terreno<br />
ideológico, el retroceso del marxismo es<br />
innegable.<br />
Vivimos en un período en el que el<br />
liberalismo y su correlato teórico, la economía<br />
neoclásica, campan por sus respetos y su<br />
potencia ideológica es tanta que mitos y<br />
tópicos sobre la economía marxista carentes<br />
de cualquier fundamento teórico, son<br />
aceptados hoy como verdades inconmovibles.<br />
El tratamiento de la economía marxista en el<br />
libro de Elster es un ejemplo de como ideas<br />
erróneas y críticas que ya habían sido<br />
superadas y suficientemente contestadas<br />
vuelven a calar incluso entre la gente mas<br />
letrada.<br />
¡Viva el marginalismo! El nacimiento de<br />
la teoría económica convencional se produjo<br />
en 1870, con la publicación de las principales<br />
obras de los que se consideran fundadores de<br />
la escuela neoclásica o marginalista: W.S.<br />
Jevons (1835-1882), K. Menger (1840-1921)<br />
y L. Walras (1834-1910). La teoría del valor<br />
trabajo, característica de Marx y de los<br />
economistas anteriores a él, fue sustituida por<br />
una teoría subjetiva del valor, en la que la<br />
piedra angular es el "individuo racional" y no<br />
ningún conflicto entre clases antagónicas, por<br />
lo que la economía neoclásica,<br />
pretendidamente neutral y científica por<br />
excelencia, encontró una buena acogida entre<br />
las clases dominantes. A partir de entonces, la<br />
controversia entre la teoría económica<br />
convencional y la marxista ha dado pie a<br />
decenas de libros y centenares de artículos,<br />
muchos de ellos verdaderos monumentos al<br />
pensamiento económico.<br />
Elster pretende resolver la polémica en unas<br />
pocas páginas tomando partido por el<br />
marginalismo. Para él, la economía marxista<br />
está «intelecrualmente muerta», a pesar del<br />
rigor técnico y la sofisticación matemática que<br />
le han caracterizado últimamente, porque<br />
dichas técnicas se han aplicado a «problemas<br />
espurios». En cambio, la teoría económica<br />
convencional, al introducir las técnicas<br />
marginalistas diseñadas a medida para el<br />
análisis de la «elección racional», se ha hecho<br />
las preguntas adecuadas: es decir, qué<br />
determina la demanda y la oferta de las<br />
mercancías; de qué depende la demanda de<br />
trabajo, etc.<br />
La crítica es sustancialmente la misma que<br />
hizo Bóhm-Bawerk en el siglo XIX desde el<br />
punto de vista del marginalismo, pero mucho<br />
peor formulada. Además, no tiene en cuenta ni<br />
la contundente contestación contemporánea de<br />
Hilferding a Bóhm, ni las conclusiones del<br />
debate de los años sesenta y setenta sobre la<br />
teoría marginalista del valor al que dio pie la<br />
publicación del libro de Sraffa. Dicho debate,<br />
mostró exactamente lo contrario de lo que<br />
sostiene Elster: que las preguntas adecuadas<br />
son las del marxismo y no las de los<br />
neoclásicos y que la teoría subjetiva del valor<br />
es inconsistente lógicamente. La derrota<br />
neoclásica en el terreno teórico fue de tal<br />
calibre que, hasta muy recientemente, nadie<br />
osaba defender los postulados neoclásicos en<br />
las universidades de los países occidentales<br />
por temor a hacer el ridículo. Desde entonces,<br />
no se ha producido nada que haya cambiado<br />
las conclusiones teóricas de este debate, lo que<br />
no quiere decir que la ideología liberal no<br />
haya avanzado. Como muestra el libro<br />
comentado, ha ocurrido mas bien lo contrario.<br />
Elster hace, además, unas incursiones en el<br />
110 VIENTO SUR Número 3/Juniol992