23.01.2015 Views

Untitled - Folklore Tradiciones

Untitled - Folklore Tradiciones

Untitled - Folklore Tradiciones

SHOW MORE
SHOW LESS
  • No tags were found...

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Lengua y Poder. El argentino metropolitano.<br />

Era notorio nuestro uso del vocativo che, tan identificatorio de nuestra<br />

nacionalidad que en Centroamérica lo usaban como gentilicio sinónimo de argentino.<br />

De ahí el Che Guevara. Últimamente el che se va perdiendo especialmente<br />

en los jóvenes en beneficio del otros vocablos como chabón, boludo,<br />

loco y sus variantes femeninas usados como vocativos.<br />

También es una peculiaridad nuestra el diminutivo en boca de los hombres<br />

en forma generalizada cuando, en la mayoría de las lenguas occidentales, se<br />

asocia a la forma de hablar femenina e infantil. Este diminutivo típico ya aparece<br />

en las letras del tango: “Siempre voy con bizcochitos para tomar con matecito<br />

como cuando estabas vos”. En las últimas décadas se lo revalora aún en la<br />

poesía denominada culta: “ya que moría mañana / me moriré anteanoche /<br />

con un cuchillito fino / voy a cavar el 76 / para limpiarle las raíces a paco<br />

/ las hojitas a paco / clavado al suelo como una mula rota...” 45<br />

Cuando uno llega a un aeropuerto nos encontramos ante una nueva modalidad<br />

lingüística al escuchar la voz del locutor anunciando por el micrófono: “Pasajero<br />

X, favor de presentarse...”, versión que es la misma que se puede observar<br />

en los doblajes de las películas norteamericanas. No es que los doblajes sean<br />

los causantes de todos los cambios. Como Ulanovsky 46 pensamos que, a pesar<br />

de todo, tantos años de doblaje – y eventualmente de las telenovelas hispanoamericanas<br />

– no nos hacen decir ni emparedado ni carro ni amigo como<br />

vocativo ni melocotón ni albaricoque. Pero en el aspecto morfológico y léxico<br />

es indudable que esa lengua híbrida que no representa a nadie, una especie de<br />

espantoso esperanto destinado a llegar aún al más analfabeto latinoamericano,<br />

deja su rastro. Otra causa de este rastro puede ser el frecuente deslumbramiento<br />

por Miami y la imitación de la simple traducción del please por los locutores<br />

latinos de los aeropuertos estadounidenses. (¿O tendríamos que decir americanos).<br />

El deslumbramiento por lo miamero que proliferó en las épocas del deme<br />

dos y del deme cuatro dejó una secuela más poderosa aún que los doblajes,<br />

incluso los hechos en Argentina, seguidores de la línea de los demás. No nos<br />

parece tampoco que la elisión de la preposición por se produzca como consecuencia<br />

de la conocida tendencia a la economía lingüística que implica la ley del<br />

menor esfuerzo. De ser así, sería un fenómeno que observaríamos en otras situaciones<br />

lingüísticas en las que el por sigue incólume, dejando esta forma a<br />

45

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!