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Paradójicamente, durante la segunda mitad<br />

del siglo XVIII, se produce una importante<br />

torsión positiva en cuanto a «lo gitano» que<br />

provocará la puesta en marcha de dos procesos<br />

culturales. En primer lugar, nos encontramos<br />

ante la emergencia de una literatura gitanófila,<br />

practicada por los viajeros románticos, por los<br />

costumbristas y poetas que cala en los espacios<br />

anti-ilustrados, alcanzando su cénit en el siglo<br />

XIX. Por otra parte, en España a causa del caldo<br />

de cultivo favorecido por lo anterior, se fragua<br />

la aparición de una nueva moda influenciada<br />

por el majismo madrileño; hablamos de los<br />

antecedentes históricos de «la afición».<br />

«Lo gitano», antes de que el flamenco o incluso<br />

el toreo de a pie, monopolicen el término<br />

«afición», se pone de moda entre amplias capas<br />

de las sociedades andaluzas y posteriormente<br />

se transforma en objeto de consumo en aquella<br />

sociedad precapitalista. Hasta tal punto es así<br />

que, como ejemplo de ello, podemos encontrar<br />

un escrito del corregidor de Jerez de la Frontera<br />

en el que dice haber “comisionado a ocho<br />

personas del Ayuntamiento para llevar a cabo<br />

las gestiones pertinentes”, y estas personas<br />

plantean el 23 de marzo de 1784 un problema<br />

concreto: “Mediante a que consideraban ser las<br />

intenciones de Su Majestad y espíritu de dicha<br />

pragmática extirpar la memoria de la referida<br />

clase de gente por lo que quería igualmente<br />

se extinguiesen sus jerigonzas, trajes, método<br />

de vida advirtiéndose en estos ciudadanos<br />

o vecinos (que no eran al menos conocidos<br />

por gitanos) trajes, y remates, o patillas al<br />

uso de éstos, cuyos rostros se desconocían,<br />

y horrorizaban, y dejaba viva la memoria de<br />

aquellos en quienes aún se notaba rebeldía<br />

en el destierro de tales usos por decir que los no<br />

gitanos los continuaban y que para que en todo<br />

procedieran dichos comisionados con el mejor<br />

acierto esperaban que por mí se les pasase<br />

nuevo oficio explicándoles si en la parte de<br />

trajes, y remates se había de proceder contra<br />

todos indistintamente”.<br />

¿Qué quería decir el escrito al hacer mención<br />

a que «Mediante a que consideraban ser las<br />

intenciones de Su Majestad y espíritu de dicha<br />

pragmática extirpar la memoria de la referida<br />

clase de gente»? Carlos III consideró que, para<br />

enmendar los errores de sus predecesores en<br />

lo que respecta a las tentativas de reducción<br />

y exterminio programadas para anular la<br />

diferencia gitana, lo más adecuado era prohibir<br />

cualquier mención o atención pública a la<br />

misma.<br />

Sin embargo, tal y como hemos afirmado, «lo<br />

gitano» se pone de moda. Y tal fenómeno<br />

resulta tener efectos contradictorios. Por una<br />

parte, la atracción que lo gitano despierta<br />

en determinados segmentos de la sociedad<br />

mayoritaria pone en marcha mecanismos de<br />

acercamiento sincero hacia el Pueblo Gitano.<br />

Como efecto de ello, algunas investigaciones<br />

desembocan en el descubrimiento, por parte de<br />

los estudiosos de lo indoeuropeo, de que aquella<br />

jerga a la que hacían mención los intelectuales<br />

del Antiguo Régimen y los del no tan antiguo,<br />

resulta ser una antigua lengua neosánscrita, de<br />

raíz indoeuropea, emparentada con lenguas<br />

actuales como el bengalí, el guyaratí, el hindi, el<br />

cachemiro, el maratí o el punyabí denominada<br />

por los propios gitanos y gitanas como<br />

romanó (Jiménez, 2009). Fue a partir de tales<br />

descubrimientos como se comienza a ahondar<br />

en la hipótesis del origen indio de los Rroma.<br />

Por otra parte, la emergencia de cierto gitanismo<br />

cuyo motor principal es el fortalecimiento de gran<br />

parte de los estereotipos exóticos atribuidos a<br />

los Romá por la sociedad mayoritaria, servirá<br />

de acicate a las clases poderosas para seguir<br />

disciplinando y oprimiendo a gran parte de<br />

nuestro Pueblo. Los y las gitanas seguiremos<br />

entonces representando un objetivo a controlar<br />

de manera especial, ya que, tal y como recalca<br />

el sociólogo Denis Muzet, “la etnia romaní<br />

simboliza sobre todo el desorden al que el<br />

Estado declara la guerra” (Voxeurop, 2010).<br />

62 GUÍA DE RECURSOS CONTRA EL ANTIGITANISMO

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