Elementos nº 49. CIORAN - El Manifiesto
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sufrido por todos los flancos había venido<br />
generando una rumanidad plegada sobre sí<br />
misma en la que un autoctonismo arcaico<br />
constituía el núcleo duro. Como capas<br />
alimentarias y protectoras operaban la<br />
religión ortodoxa y la idiosincrasia rural, y<br />
todo ello adobado por un atraso y pobreza<br />
considerables. Rumanía al fin existía, pero<br />
en esas condiciones. Había que levantarla de<br />
su estado de postración. <strong>El</strong> democratismo<br />
incipiente pronto mostró su incapacidad y<br />
su corrupción. Por el otro lado, el soplo y la<br />
sugestión comunistas no resultaban<br />
atractivos, no en vano su inspirador era su<br />
enemigo ancestral y el partido comunista<br />
había sido prohibido en 1924. Asimismo, el<br />
socialismo era precario y minoritario. ¿En<br />
nombre de qué serían tocadas a rebato las<br />
campanas? Los padres, los maîtres à penser<br />
de la Joven Generación y sus discípulos se<br />
aprestarían a ello.<br />
Hay consenso en señalar a los Nae<br />
Ionescu, Mircea <strong>El</strong>iade, Vulcanescu, Crainic,<br />
Blaga, C. Noica, Staniloiae, Petre Tutea…<br />
como inspiradores del esprit de este intento<br />
de renacimiento. Y en medio de ese élan está<br />
el joven Cioran con sus adhesiones y sus<br />
aportaciones. De entre todos ellos merecen<br />
especial atención Nae Ionesco y Mircea<br />
<strong>El</strong>iade (su asistente durante unos años). Nae<br />
Inonescu fue el intelectual que los electrizó a<br />
todos y el que condujo a gran parte de ellos<br />
en torno a 1933 a la tristemente famosa<br />
Guardia de Hierro. Cuando uno lee los<br />
rasgos con que se ha compuesto la figura de<br />
este profesor parece que está viendo<br />
dibujado al intelectual fascista de libro.<br />
Incluso más, le da la sensación de que el<br />
libro del intelectual fascista hubiera sido<br />
escrito inspirándose en él. Había nacido en<br />
1890 y tras una estancia en Alemania y<br />
varios avatares docentes menores acabó<br />
siendo profesor de filosofía en la facultad de<br />
Bucarest. Alrededor de él, de su revista y de<br />
sus seminarios se congregó un buen número<br />
de jóvenes. La fascinación que el personaje<br />
ejercía en su entorno ha sido descrita varias<br />
veces, tanto por sus discípulos como por los<br />
historiadores. Nae Ionesco fue el maestro de<br />
todos. Según nos cuenta A. Laignel-<br />
Lavastine, no es que fuese un intelectual<br />
especialmente erudito o genial, fue más<br />
bien un personaje carismático que sabía<br />
embelesar con una oratoria trufada de<br />
“autenticidad”, de filosofía existencial y de<br />
apelaciones a la necesidad de un hombre<br />
nuevo (viejo tema donde los haya). Cioran,<br />
en su entusiasmo, llegó a proclamar que<br />
“nadie como él nos obligaba a ser nosotros<br />
mismos”. En torno a 1933 este Sócrates<br />
balcánico se indispuso con los monárquicos<br />
y se aproximó al Movimiento legionario de<br />
Codreanu —el otro punto fatídico de toda<br />
esta historia—. Todo se exacerbó aún más en<br />
Nae Ionesco: el racismo, la xenofobia, el<br />
antisemitismo, el sentido de la comunidad<br />
frente a lo individual, el elitismo y el odio a<br />
la democracia.<br />
Asimismo, Mircea <strong>El</strong>iade también se<br />
convirtió en maître à penser. Al decir de<br />
Cioran, <strong>El</strong>iade era el hermano mayor de todos<br />
ellos (padre ya tenían y se llamaba Nae). Fue<br />
profesor en la universidad de Bucarest<br />
desde 1925 hasta 1940 —viaje a la India por<br />
medio— y durante bastantes años ejerció<br />
una filosofía espiritual que no tiene<br />
desperdicios ni en sus términos ni en sus<br />
consecuencias tanto desde la cátedra como<br />
desde la prensa. Dicha filosofía se presentó<br />
por primera vez en 1927 a través de una<br />
docena de artículos bajo el título general de<br />
<strong>El</strong> itinerario espiritual. ¿Dónde? En Cuvântul,<br />
la revista que dirigía Nae Ionesco. En<br />
principio, <strong>El</strong> itinerario afectó a jóvenes<br />
intelectuales de todas las tendencias porque<br />
era tan evanescente que podía usarse en<br />
diversas direcciones. Los artículos<br />
transitaban por unos tópicos que estaban<br />
muy en boga en los inicios de siglo: la crítica<br />
a la cultura moderna, al positivismo, a<br />
Occidente, al materialismo rampante, al<br />
progreso, al racionalismo…; y también<br />
había, por contra, un intenso aliento a la<br />
búsqueda de lo espiritual, la experiencia<br />
íntima, la autenticidad (de nuevo), lo<br />
autóctono, la esencia nacional, la<br />
religiosidad, incluso la mística. Sin embargo,<br />
lo que poco a poco le fue aproximando al<br />
Movimiento legionario fueron sus<br />
coincidencias en la valoración de la<br />
religiosidad cristiana, su amor por el<br />
mitologismo nacional, su admiración por el<br />
pensamiento político de Gentile, su fe en el<br />
poder del guía y en el espíritu de sacrificio,<br />
su antisemitismo creciente y sus cada vez<br />
más frecuentes participaciones en los<br />
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