Vivienda latinoamericana - HDRNet

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y el conjunto habitacional Bosques del Valle; por el sur,
con una zona ecológica y el Municipio de Tultitián; y
por el este, con el colegio Don Bosco, la zona ecológica
mencionada y la cabecera municipal de Coacalco. En
el centro del terreno hay un área ocupada por un
convento de monjas.
El terreno tiene forma rectangular y su superficie es de
52 ha., de las cuales 33 ha. forman parte de la reserva
ecológica y 19 ha. pueden utilizarse como zona
habitacional. Según los planes municipales, la zona es
adecuada para el desarrollo urbano, pero no hay
recursos para dotar al predio de infraestructura básica.
Según el análisis de la asesoría, el terreno puede dividirse
en cinco zonas. Las zonas 1 y 2 suman 33 ha. Y constan
de la reserva ecológica, caracterizada por una
pendiente fuerte, apta para sistemas ecotécnicos, y
por otro declive muy pronunciado que haría costosa
la construcción. Las zonas 3, 4 y 5 suman 19 ha. La zona
3 se caracteriza por una leve pendiente, y es la más
apta para la construcción de viviendas. La zona 4
puede convertirse en un área de servicios y comercios,
con vivienda unifamiliar, por su proximidad con la
avenida López Portillo. La zona 5 colinda con el
barranco de una mina de tepetate. En ella, se localiza
el convento. Es regularmente apta para viviendas. El
programa de Calpulli del Valle alcanzará un máximo
de 900 viviendas. Siendo un proyecto de desarrollo
progresivo, contempla para la primera fase la
realización de 400 acciones.
El concepto de desarrollo progresivo se refiere a las
formas de producción del espacio por los sectores
populares. Está presente en la autoproducción popular
colectiva y autogestionaria, en la autoproducción
popular individual y en la producción por encargo que
hace el usuario popular. La progresividad surge como
una necesidad de los grupos de más bajos ingresos de
la población. Por falta de recursos suficientes para una
vivienda terminada y un desarrollo urbano completo,
ellos construyen en la medida de sus ingresos y de su
poder de gestión ante las autoridades. Su meta es lograr
la dotación de servicios y la consolidación de su hábitat,
mediante los así llamados asentamientos de desarrollo
progresivo. El concepto fue acuñado por urbanistas y
arquitectos que trabajan con los grupos populares. La
progresividad favorece proyectos integrales como el
que Calpulli del Valle realiza, pues el crecimiento por
etapas permite la participación y el desarrollo
comunitario y la realización planificada del programa.
Los criterios generales que se tuvieron en cuenta en el
diseño urbano del conjunto son:
Integración respetuosa al medio físico;
Máximo aprovechamiento de pendientes y
escurrimientos naturales pluviales;
Mínimo movimiento de tierras;
Generación de un mayor número de vialidades
peatonales, desarrollando sistemas de pavimentación
económicos, por autoconstrucción y con elementos
naturales procesados;