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Scherzo. Núm. 66

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ACTUALIDADNo sabremos nunca si fue el Fatumo Fortuna el que hizo queen 1982 y en el marco de laTrienal de Liuterna, en Cremona, secreara el Giovane Quartetto Italiano, agrupaciónque contó entonces con el respaldodel Maestro Borciani y de los demásmiembros del mítico Quartetto Italiano.Los cuatro integrantes del conjuntofueron discípulos del mencionado cuarteto,por lo que la critica italiana ha señaladosiempre la clara herencia espiritual ytécnica entre ambos -como la de unospadres y unos hijos- que pocas veces tenemosocasión de apreciar. Ellos mismosestán convencidos de esta relación cuandodeclaran que: «haber sido alumnos delas mismas personas que tocaron juntosen un cuarteto durante años (¡y con quéexcelentes resultados!) nos ha permitido,sin duda, desarrollar una visión uniforme.Los obstáculos que habitualmenteplantea el trabajode un cuarteto, nosotros yalos hablamos superadocuando nos reunimos porprimera vez; gracias a quenuestros maestros nos habíandado, por ejemplo, la¡dea musical con la que debíamostrabajar». Uno delos logros de esta agrupaciónes el vibrato y la intonazJone,fundamental para elbuen desarrollo del conjunto,que logró armonizarperfectamente desde su primerainterpretación en públicohace diez años.Durante todo este tiempohan tocado en los teatrosmás importantes de Italia,Austria, Alemania, los EstadosUnidos, la UniónSoviética. Japón y Francia,pero todavía no habían tenidola oportunidad de participaren alguno de los festivaleso ciclos de música decámara de nuestro país. Lafecha prevista para su primeracita con el público españolse ha fijado para el I de agosto, enel Castillo de Manzanares del Real, dentrodel Quinto Festival de Música de Cámarade la Comunidad. Sus grabacionesen disco compacto incluyen obras de losmejores compositores líricos de la primeramitad del siglo XIX en Italia (Donizetti,Verdi y Puccini) para ADDA, asi comolos seis Cuartetos, op. 45 de Haydn paraClave o el Quinteto n° 5, op. 45 y el Tríoen do mayor de Martucci también para10 SCHERZOUn cita conII Giovane Quartetto ItalianoII Govonne Q/janeuo llolionoClave. El último trabajo incluye dos Cuartetosde Mendelssohn, Op. 12 y 44, n° 2,para Si parió.Es indudable que el Giovane Quartettotuvo una gran escuela cuando aprendióa leer y tocar las partituras con lamisma fidelidad que el Quartetto -formadopor Borciani y Pegreffi (violines),Farulli (viola) y Rossi (violonchelo)- perotambién debemos reconocer que, despuésde diez años de trabajo, tienen unaidentidad propia. Por ejemplo, las diferenciasempiezan ya por las característicasde sus propios instrumentos que lesconfieren una particularidad y una vozmusical propia y única.Lo importante en este tema de la definiciónde la sonoridad y la voz del cuarteto,no es que los instrumentos sean deun mismo constructor artesano, sino queexista cierta afinidad sonora, según el re-pertorio que se interprete. Pero el sonidodeberá ser siempre claro, transparente-algo que no viene dado, sino que sehace-; el primer violln, normalmente, esmás brillante, el segundo más cálido paraque se aproxime a la sonoridad de la violay ésta, a su vez, a la del violonchelo.Como se ha dicho siempre, la dificultadpara lograr una imonazione homogéneaexige, no sólo un equilibrio entre las partes,sino también, una capaddad de poderescucharlas simultáneamente y en todomomento, algo que estos gentiluominiconsiguen ciertamente.El otro punto fundamental de estemismo tema y que los diferencia delQuartetto Italiano original, son las cuerdas;mientras aquéllos usaban cuerdas deacero, éstos han optado por una soluciónsalomónica al combinar las de aceropara las altas y de tripa para las bajas, conexcepción del violonchelo, claro está,que sólo tiene de acero por los problemasde afinación.Sin embargo, cuando cada uno de estosgentilnomini habla del instrumentoque tiene en sus manos, descubrimosque lo hace casi como si se tratara de unser vivo. El violín de Simoncini es un «FerdinandoGagliano de 1761, que si bien noes muy brillante de sonido, es cálido y sedestaca extraordinariamente bien». Elviolonchelo del otro hermano5imoncini, es un Antoniazzide 1737 y «tieneuna voz oscura, aunquemuy dulce». Para Mazza, suvioíín «pertenece a la escuelaflorentina del sigloXVIII, pero no tiene nombre.Sólo sé que pertenecióal Maestro Borciani,que tiene un sonido espléndidoy que le va muybien al cuarteto». Comuzzi,por su parte, comenta quetiene «una viola Eberte de1803 con el mástil antiguo.Es muy grande, y al principioha hecho falta un pocode paciencia, por los quebraderosde cabeza queme han dado las dimensionesde la caja. Pero aun así,es un instrumento estupendoque me da muchas satisfacciones».A los componentes delcuarteto les une no sólo elmismo amor (¡o pasión!)por la música de cámara yel interés (JO deleite!) portocar como si fuera un únicoinstrumento de 16 cuerdas, sin sentirsenunca protagonistas -como decía suMaestro Borciani-, sino también -y estoes muy importante para el grupo- unabuena amistad que les permite divertirseinterpretando y transmitir esta sensacióna un público que ha sabido apreciarlo yque les ha acogido siempre como grandesgentí/uomírv da música.Pagan y Prieto

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