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Scherzo. Núm. 66

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DISCOSdespués de la exposición del temo, el Quintetopora viento sigue desarrollándose en lineascontinuas, formando un todo homogéneo eindisoluble, anunciando algunas texturas deLigeti. De la misma manera, Atherton no dirigeel Op, 29 como si se tratara de una obraen la cual Schoenberg no supiera deshacersede su herencia tonal, sino al contrario, poniendoen evidencia lo que seria mucho mástarde otro de los descubrimientos fundamentalesdel compositor: la aparición de polosno tonales; la cita de una canción popularen el Tema con variación aparece, con todacoherencia, como un espejo deformante.Tampoco los intérpretes creen en una parodiadel jazz, fox-trot o tango, sino que devuelvenal Op. 29 su swing, su carácter lúdicopropio de las cosas graves, tal como lo hicieronKafka o Chariot ayer, Woody Alien hoy.P.É.SCHUBERT: Sonata D. 574 (Dúo en lamayor). Rondó en si menor D. 695. Fantasíaen do mayor D. 934, Gidon Kremer, violin;Valeri Afanassiev, piano. DEUTSCHEGRAMMOPHON -431 654-2. DDD.<strong>66</strong>-57". Grabación: 1990. Productor: W.Stengel. Ingeniero: K. Behren*.Todo Schubert está en las obrasde títulos simples: Dúo. Rondó.Fantasía... el Schubert íntimo ycompañero (Allegro moderato del Dúo enfa), el buen humor procaz (Rondó), la despreocupacióny la angustia (Fantasía). La escrituramisma lleva el sello especifico deSchubert al contrario de Schumann o Beethovenque escriben, en los dúos, partes tancoherentes que podrían ser escuchadas porseparado, casi autosuficientes, Schubert (esobvio en sus heder) escribe partes tan dependientes,casi inseguras, que sólo alcanzansu equilibrio, su justa tensión dialéctica, al sertocadas y escuchadas juntas. Afanassiev hablafirmado un disco solista (Sonata en si deSchubert ECM) que le sitúa en el firmamentoschubertiano; en dúo con Kremer, vuelvea emplear la receta de sus aciertos brahmsianos(DG): riesgos asumidos al máximo, tantoen el estiramiento máximo de los tiemposlentos como en los pasajes paganinianos. Unmaravilloso disco schubertiano, para llorar,reír y soñar.P.£SCHÜTZ: Músico coral sacra de 1648,SVW 369-397. Knabenchor Hannover.Conjunto instrumental. Director: HeinzHennrg. 2 CD DEUTSCHE HARMONÍAMUNDI GD77I7I. DDD. M5'I2". Grabación:Mandelsloh, St, Osdag (Alemania).19BI/1982/1984. Productora; Barbara Schwendowius.Ingenieros: Klaui L Neumann,Thomas Gal lia, Benjamín Bemfeld.La casa EW1G reedita ahora enserie media este áfbum que yaantes habla estado publicado(ignoro si llegó a distribuirse en España). Setrata de la serie completa de 29 motetesque Heinnch Schüiz hizo imprimir en 1648,y que (sah/o error por mi parte) encuentranen este álbum la única grabación completa.La música es realmente bella, si bien losque desconozcan la obra de Schütz han detener en cuenta que se trata del mayor músicoalemán de una época un tonto intermedio,ya que estamos acostumbrados a lasgrandes obras barrocas del siglo XVIII, y a lapolifonía flamenca del XV e italiana del XVI.pero la Alemania del XVII es poco conocidaentre nosotros. En ese aspecto, se encuentratanto el recuerdo de aquella polifonía queSchütz recibió de la tradición alemana, comola nueva música que él estudió en Italia.Los motetes de este disco forman un vastofresco, en el que podemos encontrar lasmás diversas combinaciones vocales e instrumentales;en este aspecto, recuerdan otragran obra del maestro alemán: Der SchwanengesangEl canto del cisne, su Opus Ultimum,compuesto por una selección de salmos.El conjunto que dirige Heinz Henning hallevado al disco ambas obras (el Opus Uttimum,también bajo los auspicios de la NDR.para EMI). y podemos afirmar que su colosaltarea obtiene unos excelentes resultados.Hennig es un músico ya con años, por loque su arte se inscribe dentro de la tradición,pero intensamente renovada por el estudiomusicológico. Se esfuerza por presentar lasobras de forma atractiva, para que entren fácilmenteal oído actual. Por todo ello, la recomendaciónno puede denegarse. El sonidoes excelente, y la presentación (que no hacambiado nada de cuando la Deutsche HarmoníaMundi era distribuida por EMI), estambién muy buena.ÍB.S.SHOSTAKOVICH: Sinfonía n° 4 en domenor, Op. 43. Sinfónica de San Luis. Director:Leonard Slatkin. RCA RD 60887.DDD. 63'48". Grabación: 1989. Productores:J.D. Saks y D. Frost. Ingeniero: W. Hoeskstra.La extrema modernidad de laCuarta Sinfonía de Shostakovichno escapó ni siquiera a Jdanov,que la hizo prohibir antes de su estreno queestaba previsto en 1936. La Cuarta tiene todaslas cualidades y defectos, las característicasen una palabra, del compositor su grandilocuencia(orquesto generosa de 20 maderas,17 metales, 6 timbales...) y suexperimentación arriesgada. Es la Sinfonía,junto a la Segunda, que recomendaría paraacercarse de manera radical al universo sinfónicodel compositor. Mis colegas de LeMonde de la musiqtie y de Diapasón no estánen absoluto de acuerdo sobre la interpretaciónde Slatkin; uno le pone un cero, otro,un diez. Siendo ejemplar el sonido de la Sinfónicade San Luis (al igual que la de Atlanta,tiene un primerlsimo nivel), las opiniones parecencentrarse sobre el clima de la obra.Slatkin, en efecto, no juega la carta rusa tipoexplosión volcánica que consiguieron Kondrashin(Chant du Monde) y Rozhdestvenskj(Olympia), traicionados por ia toma de sonido;tampoco consigue el clima de ensoñación,o pesadilla, bartokiana (Música paracuerdas, barbe Azul, Mandarín) como lo hizoacertadamente Haitink (Decca); se acercamás a la visiones de Ashkenazi (Decca) y deDoble sorpresaNo sé lo que es más sorprendente,si la versión queKremer da del Concierto deSibelius, si la música de Schnittke. Sibeliuses un compositor que ha descubierto ytratado de manera radical, en 1910, elatonalismo, aunque por poco tiempo,unos minutos en su Cuarto Sinfonía, antesde emprender otras aventuras. Desarrollandolo que Heifetz (RCA) ya habla entrevisto.Kremer propone, impone un Sibeliusvisionario, que uno no podía imaginarni en los mejores sueños. Ayudadopor uno de los grandes maestros de la rítmica.Rozhdestvenski, Kremer, más aúnque Heifetz, saca el Concierto poro vioíCn,escrito en 1903, del postromanticismo,del posible impresionismo, y lo proyectaen pleno siglo XX., muy cerca del Conciertode Berg, y descubre para nosotros ununiverso rítmico que volveremos a encontraren las últimas obras de Sibelius, Tapioío.por ejemplo, escrita en 1926. Ocasión,pues, de lamentar una vez más la destrucciónde la Octava Sinfonía.Después de este preludio, el públicopuede esperar todo... y aquí esto la músicaviva, extraordinaria, el equivalente de laHistoria del cinema de Jean-Luc Godard;una historia de la música comprimida, sacudidaal igual que su público. Vivaldi -¡oBachí- estirado hasta el micro-rntervalismotiene el (buen) humor de marcarseunos pasos de haendeliano tango. Grabadopocos días después del estreno, porquienes la estrenaron, esta versión delConcertó Grosso que no se llamaba aún«n° I» tiene un plus sobre la reediciónpor la DG: el trac y la entrega propios delos estrenos mundiales.RESIBELIUS: Concierto para violin y orquestaOp. 47 en re menor. SCHNITTKE ConcertóGrosso (1977). Gidon Kremer y TatjanaGrindenko. violines. Sinfónica de Londres.Director Gennadí Roihdestvenski. RCAGD 60957. ADD. 1977.60",JSrvi (Chandos), ambos comentados enSCHERZO n" 41. Menos salvaje que Jarvi,Slatkin traduce los climas paroxísticos, losclusters prevaresianos. la sucesión infernal delos episodios heterogéneos y expresionistas;dentro del estilo de Zamiatin, el escritor de100 SCHERZO

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