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De la vida y del folclore de la frontera - Folklore Tradiciones

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<strong>la</strong>rgas y cuello cerrado. Al viejo don Melitón lo hal<strong>la</strong>ron colgado <strong>de</strong> unpalo ver<strong>de</strong> haciéndo<strong>la</strong> <strong>de</strong> segun<strong>de</strong>ro con <strong>la</strong> ayuda <strong><strong>de</strong>l</strong> aire. No conforme con<strong>la</strong> infamia, todavía así les robó unos quesos y un liacho <strong>de</strong> tortil<strong>la</strong>s <strong>de</strong>harina. Lo <strong>de</strong>smembraron a patadas y a cu<strong>la</strong>tazos al Matías entrevociferaciones engangrenadas, hasta <strong>de</strong>jarlo como puré <strong>de</strong> papas con salsaentomatada. Pobre <strong><strong>de</strong>l</strong> infeliz que levante esta mierda <strong>de</strong> animal <strong>de</strong> aquíporque a falta <strong>de</strong> tizne, se lo lleva <strong>la</strong> encenizada. En casa <strong>de</strong> los ricoslugareños, ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> beatas, <strong>de</strong>voraba su merienda el cura <strong><strong>de</strong>l</strong> Chol<strong>la</strong>l,don Querendón Acuasacra. Récele al difunto Matías, padre. Se enmendó. Ahíestán tirados sus restos a campo raso. Entre sorbos <strong>de</strong> choco<strong>la</strong>te, con <strong>la</strong>boca repleta <strong>de</strong> galletas, movió su panza con <strong>la</strong> risa el sacerdote. Nofaltaba más, ése era lobo disfrazado <strong>de</strong> cor<strong>de</strong>ro. El diablo toma tantasformas. Ya está en el infierno. ¡<strong>De</strong>monio! quién, pues, le dio cre<strong>de</strong>ncialespara redimir almas.En el <strong>de</strong>sierto suelen ocurrir cosas raras. Quién, pues, le avisó al padreHi<strong>la</strong>rio. A ver, ¿quién le notificó que recién habían muerto a MatíasGodoy? Aparte <strong>de</strong> cualquier consi<strong>de</strong>ración argüen<strong>de</strong>ra, es el caso que <strong>de</strong>s<strong>de</strong>Santa María <strong>de</strong> <strong>la</strong>s Piedras se <strong>de</strong>sprendió el padre Hi<strong>la</strong>rio montado sobre unremedo <strong>de</strong> cabalgadura, más arpa que caballo. No le aguantó. A medio caminoquedó tendida <strong>la</strong> osamenta enfundada en pellejos. El cura prosiguió a golpe<strong>de</strong> huaraches. Llegó al Chol<strong>la</strong> atragantado con el fuego <strong>de</strong> <strong>la</strong> atmósfera,sangrados los pies con espinas <strong>de</strong> guachaporis, espoleado por chol<strong>la</strong>s,sibiris, puñales <strong>de</strong> mesquites tiernos y toda suerte <strong>de</strong> matas peleoneras.Se hincó ante el muerto rosario en mano. Las verijas le supuraban <strong>de</strong>rosadas. Le ardía el cono sur como brasa cilíndrica. Eran sus pelotasplomos que se estaban <strong>de</strong>rritiendo. Le rezó al muchacho por horas. Seguidole dieron cristiana sepultura. A los seres humil<strong>de</strong>s que lo acompañaban nose les rodaban <strong>la</strong>s lágrimas porque el sol se <strong>la</strong>s chupaba <strong>de</strong> inmediato <strong><strong>de</strong>l</strong>os cachetes tatemados. ¡Cuándo no! A modo <strong>de</strong> oración póstuma, abrió <strong>la</strong>boca Chon García, alias el Lengüe látigo. No cualquier canijo sabe lo quees el amar a su prójimo. Este cura sí cura, no como esos pinches frailespasteleros, bitoques <strong>de</strong> hospital.Lo reprendió el padre Hi<strong>la</strong>rio con una mirada dura y conmiserativa a <strong>la</strong>vez. El bocón se ocultó tras el sombrero. A modo <strong>de</strong> telón al día aciago,alumbró a los cielos un crepúsculo <strong>de</strong> púrpura tan viva como <strong>la</strong> sangre <strong><strong>de</strong>l</strong>os asesinados.Dios Nuestro Señor contempló todo esto y pensó. No quieren regenerarseéstos. Una vez que obtienen lo anhe<strong>la</strong>do se ol<strong>vida</strong>n <strong>de</strong> Mí y le dan cauce asus ambiciones e instintos. Hasta los que se autoc<strong>la</strong>sifican comojusticieros son meros negociantes. No, ya no seguiré este proyecto <strong>de</strong>rejuvenecer viejos, no da buen resultado. Pedro, doy por terminada mitarea. Ahora vuelvo a mi reino. Pórtate bien, hijo, y allá nos veremos.Pedro Mau<strong>la</strong>s se dio cuenta cabal <strong>de</strong> todo lo que pasaba. Salió disfrazado<strong><strong>de</strong>l</strong> Palofierro rumbo a otras pob<strong>la</strong>ciones, pues sabía a ciencia cierta quele iba en prenda el pellejo si se quedaba. No en bal<strong>de</strong> había sido el brazo<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> Nuestro Señor en aquel<strong>la</strong> acción <strong>de</strong> tan alta nobleza que <strong>la</strong>condición humana volvía estéril y más aún perniciosa.No faltan nunca los «peros» y los «sin embargo». Pedro Mau<strong>la</strong>s se había malimpuesto a <strong>la</strong>s fiestas y banquetes que había disfrutado tanto cuando elviejerío celebraba, enloquecido <strong>de</strong> gozo, el rejuvenecimiento. <strong>De</strong> allí que

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