convertirse en una montaña.El Güero PaparruchasLas piedras refractaban con fulgor intenso <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong> un sol que en sutrayectoria <strong>de</strong>smembraba al cielo en dos, como hacha <strong>de</strong> fuego. Una docena<strong>de</strong> <strong>la</strong>briegos araba <strong>la</strong> tierra al paso <strong>de</strong> caballos bañados <strong>de</strong> sudor quetiraban <strong>de</strong> arados egipcios con puntas <strong>de</strong> hierro y manceras <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra.Sonaban <strong>la</strong>s ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s guarniciones y el rumor <strong>de</strong> terrones que sequiebran. Zanates y cuervos que revoloteaban a ras <strong><strong>de</strong>l</strong> suelo y bajaban acomer lombrices <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra recién abierta; llenaban los ámbitos <strong>de</strong>graznidos estri<strong>de</strong>ntes.El Güero Paparruchas se acercaba al grupo montado en su caballo a<strong>la</strong>zán.Ambos, jinete y animal, eran huesudos y <strong>la</strong>rgos. Miren, ahí viene elmentiroso. ¿Qué no irá a sembrar maíz, este Güero? Prefiere andar contandosus mentiril<strong>la</strong>s. Pues sí, haciendo per<strong>de</strong>r tiempo. Vamos a parar por unrato, cosa que le damos resuello a los caballos. A ver qué cuenta <strong>de</strong> nuevoeste Paparruchas. ¡Quiubo, gente! Ya mero comemos elotes asados ¿eh? Vamosa ver, Güero, mientras bebemos agua, dinos qué historia inventaste ahora.No señor, oiga, yo soy muy verda<strong>de</strong>ro. Para qué les digo lo que me acaba <strong>de</strong>suce<strong>de</strong>r, si al cabo nadie me va a creer. Anda hombre, cuenta, yo sí tecreo. Si no se ríen, les cuento <strong>la</strong> cosa tan increíble que me acaba <strong>de</strong>pasar. Acuér<strong>de</strong>nse que lo que les voy a p<strong>la</strong>ticar es serio y muy cierto, por<strong>vida</strong> <strong>de</strong> Diosito santo. <strong>De</strong>monio <strong>de</strong> Güero ya está jurando en vano.Ahorita vengo <strong><strong>de</strong>l</strong> monte, ya hace tres días que se me perdió <strong>la</strong> vaca pintay <strong>la</strong> he buscado día y noche por el campo. Todavía vengo asustado; yo <strong>la</strong>buscaba en <strong>la</strong> tierra; resulta que <strong>la</strong> encontré en una manera tan rara, quees para dudar que pasen cosas tan extrañas. ¡Ah! Güero hab<strong>la</strong>dor, ahora vasa <strong>de</strong>cirnos que <strong>la</strong> encontraste bai<strong>la</strong>ndo mambo. Se los dije, incrédulos, yase están riendo. Ya estaba por parir <strong>la</strong> pinta cuando se fue al monte.Bueno, dije yo, ya volverás con becerro. No, qué iba a andar volviendo.Pos en <strong>la</strong> mañana le dije a mi a<strong>la</strong>zán: anda tú, te voy a ensil<strong>la</strong>r y nosvamos para el monte y a ver qué pasa con esa vaca. Con este calor <strong><strong>de</strong>l</strong><strong>de</strong>monio <strong>de</strong>be estar amatorrada, porque lo que es en los l<strong>la</strong>nitos, con estesol, amigo, no se encuentran ni liebres, ni cachoras, nada, nada. Porhoras y horas, <strong>la</strong> busqué toda <strong>la</strong> mañana y anda vete vaca; ya no está viva;ni señas <strong>de</strong> <strong>la</strong> cría, ni <strong>de</strong> <strong>la</strong> madre. Pero qué extraño, no se venzopilotes, perros ni coyotes, que se <strong>la</strong> estén comiendo. Aquí, amigos,viene lo bueno.Vas a salir con que te espantó <strong>la</strong> vaca, con<strong>de</strong>nado Güero. Ahora sal con quete correteó el animal. Va a <strong>de</strong>cir que encontró a <strong>la</strong> vaca cantándole el«hilo que lulo» al becerrito.No, miren, pongan atención, ya había perdido <strong>la</strong> esperanza <strong>de</strong> encontrar<strong>la</strong>,saqué el pañuelo para limpiarme el sudor <strong>de</strong> <strong>la</strong> cara, y cuando me secaba <strong>la</strong>frente, vi algo muy lejos y muy alto que venía vo<strong>la</strong>ndo. Pos qué diablos eseso, no parece pájaro. No, pájaro no es, no tiene a<strong>la</strong>s. ¡Ay, jijo! ¡Es mivaca! Se me vino <strong>de</strong>rechito, <strong>de</strong>rechito. ¡Cuidado, va a apachurrarnos!¡Sssss! La vi <strong>de</strong> reojo. Venía riéndose <strong>la</strong> con<strong>de</strong>nada vaca, riéndose a
carcajadas. Hasta me tumbó el sombrero. Ahí va para arriba otra vez bienalto, luego ahí viene p<strong>la</strong>neando, suavecito. ¡Diablo, viene para acá! Estavez sí nos ap<strong>la</strong>sta, a<strong>la</strong>zán; já<strong>la</strong>le para <strong>la</strong> casa. Luego vi que aterrizó e<strong>la</strong>nimal, y pensé, «Con esta vaca me hago rico, <strong>de</strong> perdidas se <strong>la</strong> vendo a uncirco».¿Qué pasó, Güero, tenía a<strong>la</strong>s <strong>la</strong> vaca? ¿Todavía se estaba riendo? Cada díaestás más refinado, nadie me había dicho que una vaca vo<strong>la</strong>ra. ¿También elbecerro vo<strong>la</strong>ba tras el<strong>la</strong>? No, fíjense bien, <strong>la</strong> cosa tiene explicación, <strong>la</strong>verdad es que <strong>la</strong> vaca ya estaba muerta. Para acaba<strong>la</strong>r<strong>la</strong>, <strong>de</strong> modo que erael espíritu el que vo<strong>la</strong>ba.Bueno, ora verán, me acerqué con mucho cuidado, no vaya a ser... ¡Adió!Esta vaca está muerta. Parece tambora <strong>de</strong> tan hinchada, se le oyen ruidosa<strong>de</strong>ntro. Voy a asomarme ¡Ah! Con razón. Le di una patada en <strong>la</strong> panza yluego vi que se le salía un zopilote por <strong>la</strong> co<strong>la</strong>. Seguí dándole patadas,hasta que salió toda <strong>la</strong> zopilotada. Hubo un momento en que creí que <strong>la</strong>vaca paría zopilotes, eran siete. Luego di con lo que era: resulta que lospájaros éstos ya le habían comido <strong>la</strong>s entrañas a <strong>la</strong> vaca y seguíanpicoteándole los huesos, cuando en esto llegó un coyote. Éste metió <strong>la</strong>cabeza por <strong>la</strong> co<strong>la</strong> y les pegó un aullido muy fuerte. ¡Amigo, con ese sustoy sin po<strong>de</strong>r salirse <strong><strong>de</strong>l</strong> cuero, vo<strong>la</strong>ron los zopilotes estando a<strong>de</strong>ntro y ahívan para el cielo con todo y carcaje a vue<strong>la</strong> que vue<strong>la</strong>! Pues nomás dígame,a ver, cualquiera en su sano juicio hubiera creído que era una vaca quevo<strong>la</strong>ba.Te va a cargar el diablo con todo y guaraches, por embustero. Basta <strong>de</strong>paparruchas, ¡a trabajar! Ya me voy, raza, adiós. Adiós, mentiroso, a verqué más inventas. Si en aquellos días hubiera sabido <strong>la</strong> importancia <strong>de</strong> loque <strong>de</strong>cían los viejos me <strong>la</strong> habría pasado oyéndolos.En ese entonces, también yo creía que el Güero Paparruchas era el hombremás mentiroso <strong><strong>de</strong>l</strong> mundo. Todos los días regaba sus historias fabulosas portodos <strong>la</strong>dos. No bien <strong>la</strong>s p<strong>la</strong>ticaba cuando ya andaban <strong>de</strong> boca en boca,haciendo <strong>la</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong>icias <strong>de</strong> chicos y gran<strong>de</strong>s. Todo el mundo se regocijaba consus re<strong>la</strong>tos. Ahora, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tantos años, el Güero Paparruchas se me havuelto un misterio. El Güero carecía en absoluto <strong>de</strong> instrucción formal; nosabía ni leer ni escribir, pero era un maestro consumado, como el que más,en el arte <strong>de</strong> p<strong>la</strong>ticar. Su prodigiosa memoria le había permitido almacenartoda anécdota o acontecimiento notable a través <strong>de</strong> sus cincuenta años.Todavía más, era tal su imaginación y el vuelo <strong>de</strong> su fantasía, que noimporta qué p<strong>la</strong>ticara, todo lo adornaba con sumo interés y gracia. Estehombre era sencil<strong>la</strong>mente un creador nato, un folklorista, que en otracircunstancia quizá hubiera podido convertirse en un extraordinarioescritor. Sin embargo, como conductor y exponente <strong>de</strong> <strong>la</strong> tradición oral fueun gran contribuyente. En el pequeño pueblo <strong>de</strong> mi infancia, Santa María <strong>de</strong><strong>la</strong>s Piedras, se va diluyendo el recuerdo <strong><strong>de</strong>l</strong> Güero, yéndose en <strong>la</strong> memoria<strong>de</strong> los viejos que mueren. Pero sus re<strong>la</strong>tos siguen en boca <strong>de</strong> jóvenes,cambiando <strong>de</strong> forma, pero no <strong>de</strong> esencia, alimentando así el río <strong>de</strong> <strong>la</strong>stradiciones que dan carácter a <strong>la</strong> cultura <strong>de</strong> un pueblo. El Güero murióhace muchos años. Ahora se me ocurre evocarlo, porque en todos lospueblos, a través <strong>de</strong> los tiempos, siempre se darán estos extraordinariosnarradores que nunca se apasionan <strong>de</strong> <strong>la</strong> fama, ni sufren <strong>de</strong>svelos poranhe<strong>la</strong>r vanos homenajes o inútiles reconocimientos.
- Page 3: siempre tensa. De allí brota la ch
- Page 7 and 8: -Okey, mi bailar amigous, si querer
- Page 9 and 10: dinero. Equiparemos un pozo para re
- Page 11 and 12: ligero crispar de llamas y por últ
- Page 13 and 14: del Cid, atragantado del mezcal mal
- Page 15 and 16: esaltara sus pechos y el pubis prin
- Page 17 and 18: saliste, hecha una reina, abuelita!
- Page 19 and 20: se le ocurrió quemar viejecillos p
- Page 21 and 22: Aztlán ¡la semilla que dejaron pl
- Page 23 and 24: caja, seguido montaron ellos y de a
- Page 25 and 26: pensando con las tripas, buscando t
- Page 27 and 28: pesar de ser tan ñengo y canijo. C
- Page 29 and 30: simulaba una enorme sandía. De seg
- Page 31: De cuando Dios visitó a unos labri
- Page 36 and 37: que colocó a un lado sobre el cés
- Page 38 and 39: por su parte, les había hecho acla
- Page 40 and 41: -¡Ah! con que es él; ya era hora
- Page 42 and 43: ¡Ay cómo lloran por él!Si quiere
- Page 44 and 45: como para reponer las cuotas atrasa
- Page 46 and 47: Ya amainó; se fueron las nubes de
- Page 48 and 49: agazo. Lo hacen para contentar al c
- Page 50 and 51: sonreía. ¡Qué puntadas las de su
- Page 52 and 53: «¡Mijita del alma aquí está tu
- Page 54 and 55: -Sí, y también mamá, hermanos y
- Page 56 and 57: comprar comida, una tela bonita par
- Page 58 and 59: comunidad hispana nos veían con en
- Page 60 and 61: una humanidad irredenta en continua
- Page 62 and 63: tangible con la que se diera la sí