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De la vida y del folclore de la frontera - Folklore Tradiciones

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agazo. Lo hacen para contentar al capataz que los vigi<strong>la</strong>, y merecer asílos billetes que les otorga un tal patrono, <strong>la</strong>na que no hal<strong>la</strong>n en su mismapatria por causas que hasta los gatos comentan. Es leyenda que allí hanmuerto mojados, extenuados por <strong>la</strong> <strong>la</strong>bor, más que ardua, cruel. También lostuerce el asedio ponzoñoso <strong><strong>de</strong>l</strong> sol, ese sol que recuece hasta lostuétanos. Se dice entre murmullos y alguna pa<strong>la</strong>bra altisonante, sin que sesepa a ciencia cierta, que entre esos surcos, bajo los naranjos, hanparido a sus escuincles algunas mujeres que siguen a sus hombres comosolda<strong>de</strong>ras.Cuando está en fruto el naranjal, saturado <strong>de</strong> múltiples esferas doradas,se ve <strong>de</strong>s<strong>de</strong> arriba como un mar <strong>de</strong> oro burbujeante, o quizá como una nochever<strong>de</strong>, muy ver<strong>de</strong>, p<strong>la</strong>gada <strong>de</strong> estrel<strong>la</strong>s anaranjadas.<strong>De</strong>s<strong>de</strong> hace cosa <strong>de</strong> un mes, Juanrobado pizca naranjas. Sus brazos huesudosse mueven certeros. ¡órale, naranjas zanjas, acá mangas y remangas! Sesuce<strong>de</strong>n <strong>la</strong>s cajas llenas <strong>de</strong> jugosos cítricos. Allá andan <strong>la</strong> bo<strong>la</strong> <strong>de</strong>mojarrines encaramados en escaleras. Se retuercen y se estiran comochangos. ¡Pícale, Juanrobado! ¡Malditos cestos! dijo el <strong>de</strong> los canastos.¡Échale maíz al gallo! ¡Llénale el buche <strong>de</strong> grano en grano! ¡Pero, pues,mueve el esqueleto, más, más, más! ¡Ocho horas, diez...!Acá en <strong>la</strong> finiquera se siente el calorcito, pa' que lo sepas. Si se teduerme <strong>la</strong> paloma te vuelves empanada, camarada. Ten cuidado, batogarabato; <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que amanece, te pega el sol con el puño cerrado. Lo ves yno tienes otra cosa más que echarle <strong>de</strong> <strong>la</strong> madre. Tú que le entras al jaley el sudor que te chorrea, y entonces sí, es una so<strong>la</strong> exprimi<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> <strong>la</strong>retostada. Tuerce <strong>la</strong> camisa fuerte, así para que se medio seque, ora elpañuelo. ¡Oye! ¡oye! no, los pantalones no te quites por respeto a <strong>la</strong>sviejas. Míra<strong>la</strong>s como <strong>de</strong>jan el alma entre los naranjales. Todavía tienenque hacer tortil<strong>la</strong>s y a media noche corretear a <strong>la</strong> cigüeña, como que estánmás amo<strong>la</strong>das <strong>la</strong> rucas. ¿Tú, qué piensas? ¿La migra? No'mbre. ¡Aquí te hacelos mandados y te come los pilones. Dicen que todo esto es <strong><strong>de</strong>l</strong> hermano <strong>de</strong>un coyote gran<strong>de</strong>, con dientes <strong>de</strong> lobo y co<strong>la</strong> <strong>de</strong> perro. Pa' que no se lespierdan algunas cosechas, los batos <strong>de</strong> <strong>la</strong> migra se hacen como que no«huachan», ya tú sábanas, carnal carnaval. Si acaso alguien te ha dichoque pizcar naranjas es jugar al trompo, ¡Chale! Te está vaci<strong>la</strong>ndo esecuate. No vayas a creer que este jale tan gacho es igual que agarrarles<strong>la</strong>s toronjas a <strong>la</strong>s chavas.Juanrobado no tiene pelos en <strong>la</strong> cara. Como buen indio, es <strong>de</strong> naturalprieto, requemado a<strong>de</strong>más por <strong>la</strong> tatema, más f<strong>la</strong>co que una bicicleta. Poreso tiene aires <strong>de</strong> chamaco, pero ya le peina a los treinta. Sobre su grantristeza le hormiguea siempre una sonrisa. Sus compañeros le hacen bromas.A veces se pasan <strong>de</strong> <strong>la</strong> raya, pero él sonríe <strong>de</strong> continuo: «¡Órale!,Juanrobado, ya sé cómo vinites. Como el peso anda flotando y se resba<strong>la</strong> yno vale una tiznada <strong>de</strong> tan liviano, pos, ticites una alfombra <strong>de</strong> billetesy te vinites vo<strong>la</strong>ndo. ¿<strong>De</strong> dón<strong>de</strong> eres, Juanrobado? <strong>De</strong> Santa María Todo elMundo. Dice que es <strong>de</strong> Santa María Todo el Mundo». <strong>De</strong> tar<strong>de</strong> le dantortil<strong>la</strong>s y frijolones graneados. Hay algo que lo hace aparecer más<strong>de</strong>svalido que los otros, no obstante que a todos los ha meado <strong>la</strong> chucha.Un domingo <strong>de</strong> tantos se volvió un <strong>de</strong>smerequetengue entre los naranjos. Sehizo <strong>de</strong> parranda. Con <strong>la</strong> traga<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> cerveza, cantaron los amigos <strong>de</strong> <strong>la</strong>tandaraleo<strong>la</strong> y <strong>de</strong> paso pusieron hasta <strong>la</strong>s manitas a Juanrobado. Cómo lloró

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