sonreía. ¡Qué puntadas <strong>la</strong>s <strong>de</strong> sus compañeros! Ya se ve él cruzandoterritorios, montado en una alfombra mágica hecha <strong>de</strong> pesos flotantes.<strong>De</strong>s<strong>de</strong> arriba los verdores apelmazados <strong>de</strong> Nayarit y Sinaloa, y el bruscocontraste <strong>de</strong> <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>nuras <strong>de</strong> Sonora. Una alfombra mágica hecha <strong>de</strong> pesos.Esa tierra <strong><strong>de</strong>l</strong> valle <strong><strong>de</strong>l</strong> Yaqui, todoparidora, generadora <strong>de</strong> donesalimenticios que ignoran <strong>la</strong>s panzas <strong>de</strong> los pobres. Seguido ¡el <strong>de</strong>sierto!<strong>de</strong>terminador <strong>de</strong> rostros tatemados y <strong>de</strong> miradas que se extravían en losconfines <strong>de</strong> los horizontes encenizados. En su alfombra <strong>de</strong> pesos flotadoresvo<strong>la</strong>ría más alto aún que esas tolvaneras que borran siluetas <strong>de</strong>peregrinos, sepultan todos los rastros. Así no tendría que sufrir loschubascos que bombar<strong>de</strong>an a <strong>la</strong> tierra con diluvios efímeros y rayos queretumban como cañonazos. <strong>De</strong> arriba divisaría <strong>la</strong>s ciuda<strong>de</strong>s conste<strong>la</strong>das <strong><strong>de</strong>l</strong>uciérnagas, sin oír los aullidos dolorosos <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ambu<strong>la</strong>ncias, sinrespirar el vaho <strong>de</strong> <strong>la</strong> gasolina, y sin que le <strong>la</strong>stimaran el alma con <strong>la</strong>frialdad <strong><strong>de</strong>l</strong> hierro que emanan.A<strong>de</strong>más... arriba en el cielo no se sufre hambre... ni punza el egoísmo <strong><strong>de</strong>l</strong>os que ignoran <strong>la</strong> <strong>de</strong>sgracia ajena. ¡Qué ocurrencias <strong>la</strong>s <strong>de</strong> suscompañeros! Que el peso vale tan poco, que es tan flotante y leve, que losespaldas mojadas pue<strong>de</strong>n tejerse alfombras con ellos y vo<strong>la</strong>r por sobre <strong>la</strong><strong>frontera</strong> en busca <strong>de</strong> dó<strong>la</strong>res, para que sus familiares no perezcan <strong>de</strong>hambre. Una alfombra mágica... Quien tuviera una alfombra mágica... maj...Juan y su mujer tejen afanosamente ro<strong>de</strong>ados <strong>de</strong> sus seis chiquillos. Laatmósfera se impregna <strong>de</strong> volátiles ver<strong>de</strong>s. Son raros. Los mocososcorretean, brincan y los agarran. Alumbran como lámparas. Ríen y gritanlos niños: «¡Son billetes! ¡Son pesos!». En su empeño por asirlos, losaprietan: éstos se <strong>de</strong>smayan sin aliento, sus ayes se ahogan, <strong>la</strong>s bocassemiabiertas. Con <strong>la</strong>s últimas <strong>de</strong>valuaciones han quedado extenuados; sufren<strong>de</strong>rrames internos, sangran. Los entes luminosos emigran en parvadas comogolondrinas, pero aletean como mariposas. Lucita, plena <strong>de</strong> amor, trae enbrazos a su muñeca rubia <strong>de</strong> ojos azules. El<strong>la</strong> permanece quieta. Tejen conextraordinaria rapi<strong>de</strong>z los cónyuges: tan sólo con <strong>de</strong>slizar <strong>la</strong>s manos vandando forma a su obra, más que pisar el suelo caminan por el aire. Tantafelicidad y gozo los torna fosforescentes. Sus trajes son áureos, <strong>de</strong> p<strong>la</strong>talos dientes. Todo el ambiente irradia un júbilo anaranjado en contrastecon el ver<strong>de</strong> <strong>de</strong> los mar-pesos. <strong>De</strong> un enorme promontorio temb<strong>la</strong>nte <strong>de</strong>billetes que pugnan por flotar y <strong>de</strong>slizarse, tejen una alfombra.Una alfombra mágica hecha <strong>de</strong> pesos flotantes. ¡Ya está! ¡Arriba todomundo!Alfombrita, alfombril<strong>la</strong>alfombrita <strong>de</strong>valuadasube y vue<strong>la</strong> como un águi<strong>la</strong>-¡Qué bonito! ¡Qué lindo! Juan. ¡Papá, papá! Dinos don<strong>de</strong> trabajaste en losEE. UU. Aquel<strong>la</strong>s rayas torcidas son ríos y aquellos hilos, carreteras.¡Miren! ¡Qué azules esos montes y esas sierras! ¡Se cayeron los astros!Tontuelos, esas son luciérnagas. No, vieja, no, es una ciudad, ja, ja, ja.-Alfombrita <strong>de</strong>valuada alfombrita alfombril<strong>la</strong> llévanos hasta Gringuía.
-¡El mar! ¡El mar! ¿Que pasó aquí, papá? ¡Cuántos soldados! No, mismuchachitos, son pitahayas y sahuaros. ¡Miren el <strong>de</strong>sierto! Yo lo crucé apie: es <strong>de</strong> arena y es <strong>de</strong> fuego.-¡Cuánta alfombra! ¡Cuánta, cuánta, cuánta alfombra mágica! Son espaldasmojadas que vue<strong>la</strong>n hacia los EE. UU. ¿Por qué, papá? Porque los pesosflotan y uno pue<strong>de</strong> vo<strong>la</strong>r encima <strong>de</strong> ellos, pero no sirven para comprarcomida. A<strong>de</strong>más, se <strong>de</strong>slizan <strong>de</strong> entre <strong>la</strong>s manos.-¡Miren! Miren, un mar <strong>de</strong> oro. Ahí trabajé yo en esos naranjales. Ahí,ahí, ahí.-¡Papá! Papá, a Lucita se le cayó su muñeca rubia. No llores mi niña, nollores.-Alfombrita <strong>de</strong>valuada alfombril<strong>la</strong> alfombrita ¿dón<strong>de</strong> quedó <strong>la</strong> muñeca <strong>de</strong>Lucita? ¿Dón<strong>de</strong> quedó <strong>la</strong> muñeca? La muñeca, <strong>la</strong> muñeca, <strong>la</strong> muñeccaaa.-Señor, señor, <strong>de</strong>spierte, ya llegamos. ¿Qué le pasa? Ya estamos en <strong>la</strong><strong>frontera</strong>.-Perdón... ¡qué sueño tan extraño!Ya está, Juanrobado, en <strong>la</strong> ciudad fronteriza, nimbado <strong>de</strong> los fogonazos <strong><strong>de</strong>l</strong>mediodía. Antes <strong>de</strong> pasar <strong>la</strong> cerca divisoria, <strong>de</strong> regreso a México, estandotodavía en territorio norteamericano, le vuelve a <strong>la</strong> mente con niti<strong>de</strong>z <strong>de</strong>relámpago el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> su niña: <strong>la</strong> muñeca rubia <strong>de</strong> ojos azules. ¡Dios mío!-¿Cuánto costará una muñeca?Los clientes <strong>de</strong> <strong>la</strong> gran tienda fronteriza contemp<strong>la</strong>n al mexicano conextrañeza. Tiemb<strong>la</strong> <strong>de</strong> miedo, asustado <strong>de</strong> <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras inglesas, aquellujo, aquel<strong>la</strong> inmensidad <strong>de</strong> cosas bel<strong>la</strong>s, <strong>de</strong> gentes tan elegantes, y eljuego <strong>de</strong> espejos que lo repiten todo hasta el infinito. Juanrobadoencuentra a <strong>la</strong> muñeca <strong>de</strong> su niña enferma: «¡Es <strong>la</strong> misma que vio ensueños!». La empleada méxicoamericana le sentencia: «Son 75 dó<strong>la</strong>res señor.Es lo que cuesta esta muñeca». Juan se queda petrificado; piensa uninstante y en otro contemp<strong>la</strong> a <strong>la</strong> beldad <strong>de</strong> porce<strong>la</strong>na. <strong>De</strong> pronto <strong>la</strong>abraza, <strong>la</strong> acaricia ¡<strong>la</strong> besa! La gente se <strong>de</strong>tiene y lo observa. Algunoscuchichean y ríen. Otros mueven <strong>la</strong> cabeza: «¡Vaya espectáculo!». No envano afirman ciertos señores que el mexicano no va a Gringuía espoleadopor <strong>la</strong> miseria, sino que se aventura en tierra extranjera con <strong>la</strong> obsesiónfija <strong>de</strong> conquistar a <strong>la</strong>s <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s rubias y gozar a plenitud <strong>de</strong> sus blondasbellezas. Ahí está <strong>la</strong> prueba. Ese loco <strong>de</strong>sarrapado está acariciando a unamuñeca. Los momentos se eternizan: «¡Son 75 dó<strong>la</strong>res, señor!». Juan noescucha. Sólo viaja en su alfombra mágica tejida con pesos, y hab<strong>la</strong>incoherencias. Se acerca un policía <strong>de</strong> ésos que vigi<strong>la</strong>n en <strong>la</strong>s tiendas.Juan extrae <strong>de</strong> <strong>la</strong> cintura un pañuelo mugroso, le <strong>de</strong>shace los nudos ycuenta billetes con manos temblorosas y una excitación que le convierte alos ojos en extrañas criaturas. Ahora se <strong>la</strong> dan envuelta, sale embargado<strong>de</strong> ternura.Ya cruza <strong>la</strong> línea fronteriza, Juanrobado, entre un gentío que multiplicasus pasos, tal un hormiguero alborotado. Le aletea el corazón como palomarecién <strong>de</strong>capitada. ¿Quién lo <strong>de</strong>tiene? Por el cielo, por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> <strong>la</strong>tierra o sangrando sus pies por <strong>la</strong>s superficies afi<strong>la</strong>das, <strong>de</strong>rrumbará loshorizontes. Ni ríos, ni montañas, ni tempesta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>tendrán su marcha <strong>de</strong>regreso hasta Santa María Todo el Mundo. Ya en su casa, <strong>de</strong>snuda <strong>de</strong> todaprotección, abrazará a los suyos con todo el universo <strong>de</strong> cariño queencierra su querencia. A su niña moribunda le dirá con aire victorioso:
- Page 3: siempre tensa. De allí brota la ch
- Page 7 and 8: -Okey, mi bailar amigous, si querer
- Page 9 and 10: dinero. Equiparemos un pozo para re
- Page 11 and 12: ligero crispar de llamas y por últ
- Page 13 and 14: del Cid, atragantado del mezcal mal
- Page 15 and 16: esaltara sus pechos y el pubis prin
- Page 17 and 18: saliste, hecha una reina, abuelita!
- Page 19 and 20: se le ocurrió quemar viejecillos p
- Page 21 and 22: Aztlán ¡la semilla que dejaron pl
- Page 23 and 24: caja, seguido montaron ellos y de a
- Page 25 and 26: pensando con las tripas, buscando t
- Page 27 and 28: pesar de ser tan ñengo y canijo. C
- Page 29 and 30: simulaba una enorme sandía. De seg
- Page 31 and 32: De cuando Dios visitó a unos labri
- Page 33 and 34: carcajadas. Hasta me tumbó el somb
- Page 36 and 37: que colocó a un lado sobre el cés
- Page 38 and 39: por su parte, les había hecho acla
- Page 40 and 41: -¡Ah! con que es él; ya era hora
- Page 42 and 43: ¡Ay cómo lloran por él!Si quiere
- Page 44 and 45: como para reponer las cuotas atrasa
- Page 46 and 47: Ya amainó; se fueron las nubes de
- Page 48 and 49: agazo. Lo hacen para contentar al c
- Page 52 and 53: «¡Mijita del alma aquí está tu
- Page 54 and 55: -Sí, y también mamá, hermanos y
- Page 56 and 57: comprar comida, una tela bonita par
- Page 58 and 59: comunidad hispana nos veían con en
- Page 60 and 61: una humanidad irredenta en continua
- Page 62 and 63: tangible con la que se diera la sí