Ya amainó; se fueron <strong>la</strong>s nubes <strong>de</strong> huida; iban riendo como loquitas.Pareció que había llovido a <strong>la</strong> inversa; lucía el cielo recién <strong>la</strong>vado, e<strong>la</strong>zul más nítido, el aire puro y fresco.<strong>De</strong> camiones <strong>de</strong> color ver<strong>de</strong> tenebroso, <strong>de</strong>scendían individuos uniformados <strong>de</strong>ver<strong>de</strong> miedo. Eran centenares; se tomaban <strong>de</strong> <strong>la</strong>s manos y así peinaban elcauce, <strong>la</strong>s márgenes y aún más allá. Tropezaban con <strong>la</strong>s piedras picudas queel agua bronca recién <strong>de</strong>scubre cuando corta a <strong>la</strong> tierra con sus filosascorrientes a modo <strong>de</strong> brusca cesárea. Se dieron <strong>de</strong> mano y hasta <strong>de</strong> trompacontra piedras ahuevadas por el rodar eterno <strong><strong>de</strong>l</strong> tiempo y <strong><strong>de</strong>l</strong> agua. Nada<strong>de</strong>tenía el avance, ni <strong>la</strong>s espinas carniceras <strong>de</strong> los arbustos, ni los<strong>la</strong>tigazos sanguinarios <strong>de</strong> los hierbazales, ni tobosos cornudos, ni víborascolmilludas, ni siquiera los hambrientos lodazales que pretendíanengullirse a los bípedos rabiosos <strong>de</strong> ver<strong>de</strong> apariencia.No habrá espacio para el <strong>de</strong>scanso, nadie comerá. ¡Que nadie beba hasta notener a río Santacruz enca<strong>de</strong>nado! Al través <strong>de</strong> <strong>la</strong> luz, por entre <strong>la</strong>ssombras, por sobre <strong>la</strong> atmósfera o por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra, daremos con ese<strong>de</strong>monio ¡río Santacruz! ¡Que se ponga en movimiento <strong>la</strong> guardia!¡Aaatención: Migra, no vuelvas al cuartel hasta que traigas prisionero arío Santacruz! ¿Entendido?Lo hal<strong>la</strong>ron al momento en que el vejete Cronos cruzaba espinado conchol<strong>la</strong>s; brincaba en una pata sobre <strong>la</strong>s meras diez <strong>de</strong> <strong>la</strong> mañana. Estaba enun recodo sito entre Tubac y Tumacácori. Dormía encuerado sobre un banco<strong>de</strong> arena, ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> gran variedad <strong>de</strong> arbustos: romeríos, cardos,mezquites tiernos, ramas y cosas raras <strong>de</strong> <strong>la</strong>s que el agua arrastra. <strong>De</strong> tanmimetizado como estaba con su piel <strong>de</strong> creciente, sus barbas <strong>de</strong> raíces, susdientes <strong>de</strong> arena, su humanidad fluida, no fue reconocido <strong>de</strong> inmediato. Yalo peinaban sin verlo, cuando en esto, un guardia se topó con él y, atiempo que caía <strong>de</strong> narices, gritó: ¡Aquí está el cabrón, án<strong>de</strong>nse contiento!Reposaba río Santacruz el p<strong>la</strong>cer <strong>de</strong> los sueños en el sueño, <strong>de</strong> espaldas,con los brazos y piernas extendidos. <strong>De</strong> almohada le servía una tortugasolícita; a modo <strong>de</strong> colchón una alfombra <strong>de</strong> sapos sustentaba su físico.Entre el <strong>la</strong>rgo cabello, <strong>la</strong>s barbas, los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> los pies, el vello <strong><strong>de</strong>l</strong>pubis y <strong>de</strong> los sobacos, circundaban viboril<strong>la</strong>s <strong><strong>de</strong>l</strong> grosor <strong>de</strong> los mismospelos. Una <strong>de</strong>cena <strong>de</strong> pájaros <strong>de</strong> patas y picos extra<strong>la</strong>rgos, <strong>de</strong> los l<strong>la</strong>madostildillos, le pizcaban semil<strong>la</strong>s y parásitos <strong>de</strong> entre <strong>la</strong> cabellera, <strong>la</strong>sorejas, <strong>la</strong>s arcas, los pies, el ombligo; también le revolvían lostestículos a caza <strong>de</strong> insectos. No obstante, río Santacruz sonreía. Ampliosparéntesis <strong><strong>de</strong>l</strong>imitaban <strong>la</strong> sonrisa en su rostro, en una expansión plena <strong>de</strong>sensualidad y picardía. Al fin lo enca<strong>de</strong>naron. <strong>De</strong>spertó sonriendo. RíoSantacruz, en nombre <strong><strong>de</strong>l</strong> supremo gobierno <strong>de</strong> los EE. UU., te <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ramospreso.Ya está en el banquillo <strong>de</strong> los acusados río Santacruz. El juez, Your HonorMister Constitution, lo observa, mientras el abogado acusador lee uncatálogo <strong>de</strong> crímenes adjudicados al reo <strong>de</strong> faz <strong>de</strong> piedra <strong>la</strong>ja con pelos.El re<strong>la</strong>mpagueo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s luces <strong>de</strong> <strong>la</strong>s cámaras <strong>de</strong>s<strong>de</strong> todos los ángulos,ametral<strong>la</strong> a río Santacruz. Lo han vestido <strong>de</strong> calzones p<strong>la</strong>yeros, sandaliasy camisa multicolor <strong>de</strong> mangas cortas; lo corona una gorra mínima a guisa<strong>de</strong> barquichuelo.Que hable tu abogado <strong>de</strong>fensor, río Santacruz, sugiere:
- Your Honor Mister Constitution. Me <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>ré yo solo; no necesitovejigas para flotar. Que se vayan los leguleyos a hacer leña al monte.<strong>De</strong>sembucha ya, viejo juez, a ver, dime, pues, ¿qué te pica?Por todas tus tropelías, abusos y <strong>de</strong>smanes, por ser extranjero vio<strong>la</strong>dor <strong>de</strong>nuestras leyes, por soberbio, grosero y reincidir en tu criminal empeño,te con<strong>de</strong>no a mil años <strong>de</strong> prisión, con <strong>de</strong>recho a ape<strong>la</strong>ción por libertadcondicionada hasta los 999 años <strong>de</strong> encierro.Río Santacruz se convulsiona hasta <strong>la</strong>s lágrimas. Coinci<strong>de</strong>n en su gesto <strong>la</strong>risa y el l<strong>la</strong>nto. Trema <strong>la</strong> sa<strong>la</strong> entera.-Yo, río Santacruz, no conozco más leyes que <strong>la</strong>s <strong>de</strong> mis abuelos, LosTiempos. Nací bajo <strong>la</strong> voluntad <strong><strong>de</strong>l</strong> Supremo, sin límites que obstruyeran mipaso. Los auténticos <strong>de</strong>rechos humanos y leyes naturales verda<strong>de</strong>ras novedan el aire, ni el espacio, ni los alimentos, a <strong>la</strong>s criaturas que viveny <strong>de</strong>ambu<strong>la</strong>n por <strong>la</strong> faz <strong>de</strong> <strong>la</strong> tierra. Las leyes con que uste<strong>de</strong>s me con<strong>de</strong>nanpor espalda mojada, son leyes muy crueles, sin más razón que <strong>la</strong> sinrazón<strong>de</strong> <strong>la</strong> fuerza y los caprichos arbitrarios <strong>de</strong> los que ignoran a Dios y a <strong>la</strong>naturaleza. Me dicen que invado propieda<strong>de</strong>s ajenas. Yo sólo rec<strong>la</strong>mo lo queme pertenece, pues, que mis cauces zigzaguean <strong>de</strong> uno al otro <strong>la</strong>do. Quenadie ve<strong>de</strong> mis corrientes, ni trace a<strong>la</strong>mbradas en lo que son mis rumbosnaturales. Por mí florece <strong>la</strong> agricultura y come mucha gente; no mato,muere en mis aguas el impru<strong>de</strong>nte. En verdad he sido yo el progreso <strong>de</strong>estas tierras, pero me pagan con prisión y <strong>de</strong>sagra<strong>de</strong>cimiento. Vayan ypídanle documentos a los sahuaros, a <strong>la</strong>s choyas, a los ocotillos, coyotes,venados, víboras, y respon<strong>de</strong>rán igual que yo. Soy legítimo morador <strong>de</strong>estas tierras; pongo <strong>de</strong> testimonio al Sol. Por estas tierras se han ceñidomis pasos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> muchos años antes <strong>de</strong> que uste<strong>de</strong>s nacieran.Ya encierran a río Santacruz bajo muros <strong>de</strong> piedra y puertas <strong>de</strong> hierro. Loenca<strong>de</strong>nan y vigi<strong>la</strong>n guardias armados con metralletas. <strong>De</strong> pronto, pesasobre <strong>la</strong> atmósfera una humedad que sofoca. Todo mundo traspira hastaempaparse <strong>la</strong> ropa. La gente resuel<strong>la</strong> como los perros, y los perrosrespiran como personas borrachas. Se mojan pisos y documentos. Se <strong>de</strong>s<strong>la</strong>vancabelleras teñidas; escurre el maquil<strong>la</strong>je <strong>de</strong> los rostros. En ojosintrigados, hay a<strong>la</strong>rma y extrañeza. Salen <strong>de</strong> sus cubículos los empleadoscarce<strong>la</strong>rios; se integran corros inquisitivos a media calle; chil<strong>la</strong>n loscláxones <strong>de</strong> los autos <strong>la</strong>s histerias <strong>de</strong> sus dueños. Por sobre <strong>la</strong> férreaconstrucción trascien<strong>de</strong> <strong>de</strong> techos y pare<strong>de</strong>s sólidas una nubecil<strong>la</strong>misteriosa. Cobra figura antes <strong>de</strong> diluirse en el espacio. ¡Río Santacruzse escapa! ¡Se escapaaa!Pese a los centenares <strong>de</strong> guardias que vigi<strong>la</strong>n, aunque pretendan impedir supaso, volverá río Santacruz, porque así lo han dispuesto sus antepasados,sus abuelos milenarios: Los Tiempos.JuanrobadoEn aquel mar <strong>de</strong> naranjas se mueven más <strong>de</strong> cien mexicanos. <strong>De</strong>bajo <strong>de</strong> losárboles improvisan viviendas. Acondicionan cajas <strong>de</strong> ma<strong>de</strong>ra para guarecerse<strong>de</strong> <strong>la</strong> intemperie. Cuando llueve se resguardan como ratas. Trabajan a suscuerpos como si se tratara <strong>de</strong> máquinas ajenas, hasta <strong>de</strong>jarlos como vil
- Page 3: siempre tensa. De allí brota la ch
- Page 7 and 8: -Okey, mi bailar amigous, si querer
- Page 9 and 10: dinero. Equiparemos un pozo para re
- Page 11 and 12: ligero crispar de llamas y por últ
- Page 13 and 14: del Cid, atragantado del mezcal mal
- Page 15 and 16: esaltara sus pechos y el pubis prin
- Page 17 and 18: saliste, hecha una reina, abuelita!
- Page 19 and 20: se le ocurrió quemar viejecillos p
- Page 21 and 22: Aztlán ¡la semilla que dejaron pl
- Page 23 and 24: caja, seguido montaron ellos y de a
- Page 25 and 26: pensando con las tripas, buscando t
- Page 27 and 28: pesar de ser tan ñengo y canijo. C
- Page 29 and 30: simulaba una enorme sandía. De seg
- Page 31 and 32: De cuando Dios visitó a unos labri
- Page 33 and 34: carcajadas. Hasta me tumbó el somb
- Page 36 and 37: que colocó a un lado sobre el cés
- Page 38 and 39: por su parte, les había hecho acla
- Page 40 and 41: -¡Ah! con que es él; ya era hora
- Page 42 and 43: ¡Ay cómo lloran por él!Si quiere
- Page 44 and 45: como para reponer las cuotas atrasa
- Page 48 and 49: agazo. Lo hacen para contentar al c
- Page 50 and 51: sonreía. ¡Qué puntadas las de su
- Page 52 and 53: «¡Mijita del alma aquí está tu
- Page 54 and 55: -Sí, y también mamá, hermanos y
- Page 56 and 57: comprar comida, una tela bonita par
- Page 58 and 59: comunidad hispana nos veían con en
- Page 60 and 61: una humanidad irredenta en continua
- Page 62 and 63: tangible con la que se diera la sí