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22 <strong>Revista</strong> latinoamericana de Estudios del TrabajoRelaciones de lrabojo en Am6rk:o Latino23Beomte. En todos los paises. ciertamente. estos grupos tradicionalescomo el de los mineros. los estibadores. los tipógratos o lostrabajadores de lo industrio acerera. cuyo poderoso sindicalismo sebasó en comunidades ocupacionales y o menudo tambiénresidenciales muy unidas, han disminuido en número e influencia. Sinembargo. aun si sus sindicatos han perdido su anterior hegemoniadentro de los movimientos laborales de su país. este hecho puedepermifir mayor reciprocidad y equidad en lo negociación intersindicalde políticas. y también puede alentar un papel entablador ycoordinador mós activo paro las confederaciones cenfrales. Enconsecuencia. uno mayor diversidad de los organizaciones nonecesariamente implica fragmentación.Han surgido diferentes femas de anólisis que abordan eldeclive del sindicalismo basóndose en ideologías de clasesexplicitas como uno fuenfe de desagregación. Es innegable queesfa "despolifización" ha sido un proceso exfendido. En el sur deEuropa. por ejemplo. un rasgo nofable de los úlfimos años ha sido elrelativo (y con frecuencia absoluto) descenso en los tosas de loafiliación de confederaciones de tendencia comunista. Se puededecir que lo CGT (probablemente) sigue siendo lo confederaciónmós granóe de francia, y lo CGll de Italia, sin embargo, ambos hansolido peor libradas que sus rivales; en España y Portugal. los ca y loCGTP han sido superadas por sus contrapartes socialistas. (Dichostendencias no sólo reflejan el desorden interno del comunismoeuropeo. sino también las acciones de algunos gobiernos yempleadores 01 favarecer o sus rivales.) El debilitamiento del papelde "vanguardia" de uno confederación dominante supone, primo{ocie. uno pérdida de cohesión sindical. No obstante, este efecto-que reflejo. como suele hacerlo. lo erosión de persistentes divisionesideológicas- puede ser contrarrestado mediante un incremento enlo solidaridad existente entre las confederaciones (lo cual o su vezpuede ser alentado mediante un equilibrio numérico mós equitafivoentre los mismos). Eso cooperación, aunque tentativo e inestable, seha observado durante algunos años en Italia; en España existedesde lo huelgo general de diciembre de 1988; y en Portugal (peseo contar con el Partido Comunista mós stalinista de. Europaoccidental) se hizo potente con el acuerdo entre confederacionesde marzo de 1989. En cualquier coso, muchos discutirían que loretórico de clase estereotipado de los partidos comunistasortodoxos y sus sindicatos tuviera alguno relación real con unproyecto emancipatorio socialista.Esto nos llevo o uno inferprefación alternativo de los acontecimientosde los años ochenta: lo ocurrido no fue uno crisis delsindicalismo en cuanto tal. sino mós bien lo crisis del estilo y loorientación tradicionales del sindicalismo. En lo mayoría de lospaíses. los principios y lo próctica del sindicalismo siempre hanmostrado uno tensión entre amplias y ambiciosos declaraciones desolidaridad. o menudo vinculados con las metas de lo transformaciónsocialista, y las rutinas mundanas de defensa de los interesesinmediatos del empleo de categorías especificas de afiliados. Treselementos de esto tensión resultan bastante conocidos poro todoslos estudiantes de relaciones industriales: lo presión poro subordinarlas aspiraciones o trascender el capitalismo o los imperativostócticos de operar dentro de él; lo formulación de los temas de loagenda de negociaciones por lo que de manero "realista" puedepedirse o los empleadores, suprimiendo los metas no economicistasque representan un desafío paro el control de lo administración; y lodominación de formación de políticas por parte de segmentosrelativamente privilegiados de lo clase trabajadora. lo úlfimatendencia es particularmente evidente, históricamente, en loexperiencia del sindicalismo gremial. En casi todos los países. loorganización colectivo surgió en primer lugar entre trabajadorescuyos habílidades particulares les daban uno relativo ventaja dentrodel mercado de trabajo. En algunos casos. los reglas y accionessindicales se dirigieron explicitamente 01 sostenimiento y lo prolongaciónde estas ventajas. contra los amenazas de cercenamientostonto por porte de empleadores como de otros grupos detrabajadores (Rubery, 1978). Si bien lo "doctrino de los interesescreados" (Webb y Webb. 1897) puede haberse debilitado con elpaso del tiempo, lo próctica que articulaba sigue siendo potente:tal vez imponer 01 movimiento laboral en conjunto "lo ideologia delartesonado radical [que fue] o menudo condescendiente eíntolerante con lo clase obrero en general y su. en mayor o menormedido. difícil Iy] también inapropiado situación poro los necesidadesparticulares de uno clase obrero industrial" (Eley. 1990: 25).lo relación entre los comunidades de intereses mós generalesy los mós particularistas resulto complejo y contradictorio: "losformas de solidaridad de facciones... pueden ser integrativas Odivisionistas" (Hyman. 1975: 178) o pueden en efecto apuntar enambos direcciones 01 mismo tiempo. Sin embargo si el sindicalismotradicionalmente ha supuesto, por lo menos en porte. lomovilización de fuerzas particulares en lo búsqueda de interesesparticulares. los proyectos y logros del sindicalismo han reflejado enconsecuencia -y tal vez reforzado- lo injusto distribución de poder yrecursos dentro de lo clase obrero. factores como el género. elgrupo étnico. lo educación y lo capacitación, que estructuranposiciones de relativo ventaja o desventaja en el mercado detrabajo, han tendido o su vez o determinar lo fuerzo colectivo: locual ha dado como resultado grados de sindicalización diferentes. ydisparidades de influencio dentro de los sindicatos. Estos desigualdadespueden determinar lo detallado distribución de prestaciones(osi como de costos) entre los trabajadores en el proceso de lonegociación colectivo: también pueden influir en los temas de loagenda politica general que enarbolan los movimientos laboralesglobales. Por ejemplo. el conocido argumento de muchos feministasde que los programas proclamados en función de los principios desolidaridad de clase realmente protegen las metas e intereses de lostrabajadores del sexo masculino. y sobre todo de un ,,,gmento

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