Excodra XXX: La danza

ENTREVISTA
Miguel Ángel Ortiz Albero
¿Qué es la danza?
El hombre práctico necesita la línea recta, la mínima acción y el
tiempo más breve, pues cede a los impulsos que satisfacen sus necesidades.
Al hombre práctico no le es posible demorarse, balancear el
cuerpo o gesticular. Este hombre se limita a andar. Le basta con ello.
Pero las piernas sirven para algo más que para correr y llegar. Hay, en
el cuerpo, y con él, movimientos y gestos hermosos que no necesitan de
nada más. Son hechos y no señales. La danza es. Y es por sí misma. A la
manera de Paul Valéry, podemos afirmar que la danza es al caminar lo
que la poesía es al habla de cada día. No es necesario llegar a lugar alguno.
La danza cuenta el mundo y narra el camino. Y el acto de danzar,
en sí, y por sí mismo, sus gestos y cada uno de sus movimientos son, y
deben ser, la narración misma. La narración que niega el habla cotidiana
del hombre práctico. La necesaria poesía del demorarse, del balancear
el cuerpo, del gesticular por nada.
¿Qué expresa el cuerpo con sus movimientos y qué relación tiene
con la música, el ritmo y la armonía?
Hay un ritmo primigenio inscrito en el cuerpo. Es el ritmo de la respiración,
el del flujo de la sangre, el del latido del corazón. El aliento
vital de nuestra vida es ritmo. Cada pequeño gesto que hacemos viene
determinado por ese flujo vital. El cuerpo respira y late en todo momento:
cuando se mueve, pero también cuando no lo hace; cuando baila,
pero también cuando deja de hacerlo. Degas buscaba, tras las tablas
de los escenarios, por entre cajas y en los camerinos de los teatros, los
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