Excodra XXX: La danza
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
de repente, dando un saltito en el asiento. Sus dedos aún se agarraban,<br />
sudorosos, al respaldo. Liberó por fin los brazos de semejante postura y<br />
los dejó caer lentamente hacia adelante, con algún quejido. Todo había<br />
sido un sueño. Se sintió algo decepcionado, pero enseguida giró la cabeza<br />
al escuchar un gran alboroto que venía de la multitud que estaba<br />
en la pista: la coreografía se rompió (si es que alguna vez había tenido<br />
alguna cohesión) y los gestos de brazos y piernas se desordenaron alrededor<br />
de un cuerpo tumbado en la pista.<br />
—¡Hijo, hijo! —gritó su madre en voz baja, si es que eso era posible<br />
—. ¡Es terrible, es terrible! ¡Levántate, que nos vamos!<br />
—¿Qué ha ocurrido, mamá?<br />
—Nada, hijo… —prosiguió su padre, quien recogió las chaquetas a<br />
toda velocidad— …que el abuelo de Susana la ha palmado. Esa forma<br />
de agitarse, a su edad… hay que ver…<br />
—¡Pero Pedro! —le interrumpió su mujer, como siempre que Pablo<br />
no debía escuchar algo—. ¡Nos vamos, Pablo! ¡Venga! ¡Hay que irse de<br />
esta boda ahora mismo!<br />
Arrastrado por su madre, el pequeño sintió como sus pies rozaban el<br />
suelo enmoquetado, al unísono de los zapatos de todos los invitados,<br />
quienes abandonaban la sala a toda prisa.<br />
Reparó en que por una vez estaba en medio de todos ellos; como<br />
uno de ellos, haciendo lo mismo que todos. Una multitud huyendo de<br />
la muerte al mismo compás.<br />
Pablo volvió a sentir sus zapatos patinando sobre la moqueta.<br />
Estaba bailando.<br />
LE<br />
<strong>Excodra</strong> <strong>XXX</strong> 34 <strong>La</strong> <strong>danza</strong>