Excodra XXX: La danza

cuenta... ¿por qué varía tanto el movimiento de nuestro cuerpo con
el transcurso de la Historia?
Tal vez el cuerpo se reinventa. Se reinventan los gestos, los pasos,
los movimientos. Se reconstruyen o se regeneran con el paso del tiempo.
Pero también es posible que se adapten a ese flujo del tiempo, a ese
transcurso de la Historia. Mary Wigman decía que su lenguaje era la
traducción gestual de sus propios sentimientos en tanto que testimonio
de su época; que su danza era la imagen realista de un momento; que
en presencia de un acontecimiento, las modificaciones continuas de su
pensamiento se reflejaban en cada uno de sus gestos; y que la reunión
de dichos gestos era su danza, una danza que testimoniaba, mediante
el movimiento, lo que ella sentía en el seno de la humanidad que la rodeaba.
Si el cuerpo no miente, el cuerpo será también el testigo de su
tiempo, y cada cuerpo será el testigo de cada tiempo, una huella de él.
¿Qué verdades, certezas, se pueden leer en esos cuerpos que
bailan? ¿La danza, más allá de emociones, qué conocimientos
transmite?
El cuerpo no miente. En él queda trazada la huella de todo lo que
somos. El cuerpo nos habla y habla por nosotros. En su "diario de invierno",
Paul Auster habla de un cuerpo que se mueve, o no se mueve.
Dice que si ese cuerpo se mueve, algo comienza a suceder, pero que si
no se mueve también algo comienza a suceder. Siempre sucede algo
con el cuerpo, siempre nos habla, siempre nos transmite. Y el cuerpo,
insisto, no miente. En el mismo diario, Auster narra un ensayo abierto
de una compañía de danza. Los bailarines, dice, bailan en silencio, tan
sólo con la música de sus respiraciones y de sus pies descalzos golpeando
el suelo. Cada cierto tiempo dejan de bailar, se detienen, y alguien
explica, con palabras, lo que el espectador acaba de ver. Y dice Auster
que esa palabra es inútil, que hay un abismo entre lo explicado y lo bailado,
que las palabras naufragan porque no pueden explicar el alfabeto
del gesto. Las verdades o las certezas del cuerpo son el cuerpo mismo.
La danza 131 Excodra XXX