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Excodra XXX: La danza

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central. Pero lo peor fue que me encontraba incapacitada para representar<br />

al toro, símbolo último y fundamental de toda la tradición de la<br />

<strong>danza</strong> amorosa.<br />

Un estado febril se apoderó de mí, una especie de desvarío me apartó<br />

por completo de mi propósito inicial durante no sé cuánto tiempo.<br />

No comprendía, de repente, el sentido de mi trabajo. Había olvidado<br />

qué objetivos me movían, no había conexión alguna entre aquella idea<br />

ancestral y nuestra civilización, o yo no sabía encontrarla, o se había<br />

perdido en la maraña de ideas trepidantes. «<strong>La</strong> Belleza será convulsa o<br />

no será», ¿quién lo dijo? En cualquier caso, no encontraba conexión entre<br />

aquel espectáculo y nuestra sociedad del espectáculo, no había manera<br />

de poner música a aquellos festejos, su música no era mi música,<br />

nuestra música, todo parecía escapárseme de las manos… ¡Cómo eché<br />

de menos entonces a mi maestro y cuánto lamenté no haberlo escuchado<br />

cuando me aconsejaba!<br />

En este punto perdí la noción del tiempo, del espacio. Imagino que,<br />

crispada hasta el paroxismo y hostigada por mi representante que no<br />

dejaba de importunar, me encerré en mi estudio para acabar con aquel<br />

padecimiento de cualquier forma. Sólo recuerdo que trabajaba desnuda<br />

porque el calor sofocante del fresno quemándose en el horno me empapaba<br />

la ropa. Si fuerzo un poco la memoria, adivino que dibujé el laberinto<br />

que acogería al toro en el centro, como una pista de baile. No<br />

puedo reconstruir en absoluto la ejecución de la imagen del animal.<br />

Creo entrever que, agotada después de un tiempo, dormí profundamente<br />

en mi habitación.<br />

Movimiento 3<br />

Lo recordaré siempre con la misma claridad. Desperté de repente en<br />

la habitación oscura, una raya de luz asomaba por debajo de la puerta.<br />

Sin pensar, salté de la cama y corrí al estudio. Una bocanada de aire infernal<br />

me golpeó al abrir la puerta y allí, justo detrás, como acechando,<br />

<strong>Excodra</strong> <strong>XXX</strong> 12 <strong>La</strong> <strong>danza</strong>

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