Excodra XXX: La danza

griegos en el British Museum.
Cuando aún vivían en San Francisco una vieja señora, amiga de la
casa, recomendó a su madre que llevara a Isadora a las clases de un famoso
profesor. Sin embargo, las lecciones no gustaron a Isadora. Cuando
el profesor le ordenaba que se sostuviera sobre la punta de sus pies,
y ella le preguntaba por qué, él le respondía que “porque era bello”, a
lo que ella le replicaba que “le parecía antinatural”. A la tercera lección,
Isadora dejó las clases de aquella gimnasia rígida y vulgar que, según el
profesor, era la danza, ya que no hacían más que destruir sus sueños y
fantasías. Porque ella soñaba con un concepto totalmente distinto de
danza. No sabía lo que debería ser su danza exactamente pero sí sentía
que estaba avanzado a un mundo desconocido, y preveía que allí encontraría
la clave.
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Excodra XXX 46 La danza