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Un Final Perfecto - John Katzenbach

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Alcanzó su bolso y sacó un trozo de papel en el que había garabateado los<br />

nombres y las fechas de los libros de su marido y los casos de asesinato que en<br />

apariencia no tenían conexión, pero que a él le había parecido apropiado recortar<br />

de los periódicos y guardarlos en su álbum de cuero.<br />

Pensó que tenía que investigar un poco. No sabía cuánto tiempo tendría para<br />

hacerlo, pero sabía que tenía que darse prisa.<br />

Esa mañana, en su despacho, el Lobo Feroz transcribía contento los apuntes<br />

de la conferencia. También estaba satisfecho con las llamadas que había hecho.<br />

« A veces el ruido más fuerte que puedes hacer no es en absoluto ruido» ,<br />

escribió.<br />

El teléfono móvil que había utilizado para llamar a las tres pelirrojas lo había<br />

comprado en una pequeña tienda de electrónica, en una que no tenía cámaras, de<br />

eso se había asegurado, y lo había pagado en efectivo. Después de parar junto a<br />

la autopista y haber realizado las llamadas, había sacado todos los chips de<br />

memoria y había aplastado el teléfono con el tacón. Parte del teléfono lo había<br />

tirado en un contenedor de un área de descanso. El resto lo había lanzado a un<br />

pequeño río no muy lejos de donde se había celebrado la conferencia. <strong>Un</strong>a de las<br />

cosas con las que el Lobo Feroz más disfrutaba en el sistema de asesinato era la<br />

preparación para anticipar cada pequeño detalle de la muerte.<br />

La clave —tecleó con furia— radica en asegurarse de que has logrado<br />

establecer el nivel adecuado de terror. El miedo en la víctima, tanto si se provoca<br />

en unos pocos segundos de pánico cuando se da cuenta del peligro como si se<br />

trata de una ansiedad incontrolable que aumenta poco a poco, es lo que hace que<br />

cometan errores inmensos y pone de relieve tu emoción igual de inmensa.<br />

Tropiezan y se exponen cuando intentan huir o esconderse. Pasa siempre.<br />

¿Alguna vez has visto una de esas películas sangrientas de adolescentes? Da igual<br />

qué dirección tomen, Jason o Freddy Krueger o el tipo de Texas con la máscara<br />

y la motosierra ha anticipado sus movimientos y les está esperando. Lo que las<br />

víctimas no entienden es que las acciones provocadas por el miedo las hacen<br />

infinitamente más vulnerables. Cuando corren como locas, abren la puerta a<br />

alguien que conoce más el terreno para explotar su miedo. Decir que Viernes 13<br />

enésima parte realmente consigue plasmarlo puede resultar un poco exagerado,<br />

pero en verdad no lo es. ¿Te acuerdas de La Caperucita Roja? El lobo conoce<br />

cada milímetro del terreno hasta un extremo que ella no puede imaginar. Esas<br />

películas no son distintas. Son esos espacios creados por el miedo no planeado lo<br />

que el asesino verdaderamente sofisticado ha de aventurar. Algunos de los<br />

momentos más intensos de la experiencia de matar vienen de esos lugares,<br />

incluso aunque sean breves.

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