31.10.2018 Views

Un Final Perfecto - John Katzenbach

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

emergencias es un Lobo.<br />

Karen se detuvo. Había algo que no le gustaba, pero no sabía decir<br />

exactamente qué.<br />

—No —repuso con cuidado—. Retrocede un poco y después avanza muy<br />

despacio.<br />

Volvió a ver a la familia. El marido llevaba un traje azul. Le quedaba un poco<br />

estrecho y se movía con rigidez al acercarse a la mesa y al libro de firmas.<br />

Llevaba una corbata que parecía que lo iba a estrangular y tenía un aspecto que<br />

hablaba de pérdida. La esposa, de la edad de Sarah, guapa, pero con el pelo un<br />

poco despeinado y un maquillaje que parecía que se lo había aplicado a toda<br />

prisa, llevaba un bonito vestido floreado y un abrigo y del hombro le colgaba una<br />

bolsa de bebé que indudablemente contenía biberones, pañales y sonajeros. Le<br />

costaba sujetar en brazos al bebé, que no paraba de moverse, y a la vez agarrar<br />

de la muñeca al otro niño para que no saliese corriendo. Era la típica coreografía<br />

madre-hijo tan habitual, una de las tantas obligaciones, de las tantas<br />

responsabilidades en la situación limitada en que se encontraban: un momento de<br />

adultos nada apropiado para niños pequeños.<br />

—Esto no está bien —dijo Karen.<br />

Sarah negó con la cabeza.<br />

—No, lo conozco. Quiero decir que es un hombre dedicado a su trabajo.<br />

Salva vidas. No es un asesino.<br />

—Eso no se puede saber con certeza —añadió Jordan con frustración—. El<br />

Lobo puede ser cualquiera.<br />

Eso no era lo que preocupaba a Karen sobre la imagen, pero había algo que<br />

no estaba bien. No podía estar segura de qué era, pero se inclinó hacia delante,<br />

para mirar fijamente y con atención.<br />

—Avanza lentamente —indicó.<br />

Jordan movió el ratón del ordenador.<br />

La suegra apareció en la pantalla, pero su imagen, al inclinarse sobre el libro,<br />

estaba parcialmente oculta por la esposa, el marido y los niños.<br />

—Esto no está bien —repitió Karen.<br />

—¿Qué? —preguntó Sarah.<br />

—La madre lo está pasando mal con los niños. ¿Por qué no le da uno a su<br />

madre cuando firma en el libro? Pero no lo hace. Quiero decir, ¿no es para eso<br />

para lo que les ha acompañado la suegra? ¿Para ay udarlos? Y está claro que la<br />

chica necesita…<br />

Karen se calló.<br />

Todas se inclinaron hacia delante.<br />

—No le veo bien la cara —dijo Sarah—. ¡Maldita sea, mira hacia aquí! —<br />

casi gritó a la figura que aparecía en la pantalla del ordenador.<br />

—¿Llegaste a conocer a la suegra? —preguntó de repente Karen.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!