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12<br />
Jordan tuvo que hacer un gran esfuerzo por la tarde para concentrarse<br />
durante el entreno de básquet. Cada efecto cortado que hacía, cada bloqueo, cada<br />
tiro le parecía deforme o distorsionado. Cuando hizo una bandeja fácil, que<br />
rebotó por el borde delantero en un tiro abierto, oy ó los típicos abucheos de sus<br />
compañeras de equipo y recibió una rápida reprimenda de un asistente que le<br />
aconsejó: « ¡Tómate tu tiempo, Jordan, y acaba!» Pero se imaginó, aunque las<br />
gradas estaban completamente vacías, que alguien más la observaba y que<br />
incluso el lapsus momentáneo de un tiro fallado durante el ensay o de un partido<br />
de exhibición significaba algo mucho más trascendente.<br />
Consideraba que no debía tener ningún fallo externo. Ni uno solo. Ni siquiera<br />
un fallo momentáneo. Ninguna debilidad que el Lobo Feroz aprovechara para<br />
pillarla. En cierto sentido, tenía que ser perfecta en todos los aspectos, incluso<br />
cuando sabía que ni mucho menos lo era, para mantener al Lobo Feroz alejado.<br />
Quizá no tuviera ningún sentido, pero lo notaba como un gran peso sobre los<br />
hombros. Se preguntaba si el Lobo Feroz no era quien evitaba que pillara los<br />
rebotes. Quizá fuera capaz de sujetarla incluso desde lejos, por el mero hecho de<br />
hacerle pensar que lo estaba haciendo.<br />
Cerca pero no demasiado. Próximo pero no demasiado.<br />
Jordan apretó los puños.<br />
Se le ocurrió una idea. Corría por la cancha, haciendo « suicidios»<br />
obligatorios al final de la sesión, cuando comprendió lo que tenía que hacer. De la<br />
línea de fondo a la línea del tiro de faltas y al revés, de la línea de fondo al medio<br />
campo y al revés, de la línea de fondo a la línea del tiro de faltas del otro campo,<br />
de una línea de fondo a la otra y acabar con fuerza, todas odiaban las carreras de<br />
preparación física y todas sabían el valor que tenían. Jordan solía acabar la<br />
primera y se enorgullecía de ser capaz de realizar ese esfuerzo extra. Lo único<br />
que se suponía que debía tener en mente era el dolor y la falta de aliento debido<br />
al esfuerzo, pero cuando se inclinó para tocar la línea de faltas del otro lado, se<br />
dio cuenta de que tenía que encontrar la manera de ponerse en contacto con las<br />
otras dos Pelirrojas, aunque quizá fuera precisamente lo que quería el Lobo<br />
Feroz, y le pareció que sabía cómo hacerlo.<br />
No sabía si el viejo refrán que decía « la unión hace la fuerza» era cierto. Lo<br />
dudaba.<br />
Jordan esperó a última hora de la tarde antes de abrir el vídeo de YouTube en<br />
el que se la veía dirigiéndose a la residencia. No había hecho los deberes y se<br />
había pasado varias horas con la mirada clavada en el fondo de pantalla del<br />
ordenador, que era una imagen de la Tierra tomada desde el espacio, dejando<br />
que los minutos fueran diluyéndose hacia la medianoche. Se dijo que incluso el<br />
Lobo Feroz tenía que dormir en algún momento y, de todos modos, ¿de qué iba a