You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
inicial del nombre de su asesino. A lo mejor su debilidad extrema le había impedido<br />
pulsarla antes de morir. Lázaro aproximó su propio semblante cubierto con un<br />
pañuelo, e intentó seguir la dirección de aquellas pupilas fijas que quizá ocultaban un<br />
último mensaje.<br />
—La «k», la «l», la «m»…<br />
No consiguió determinar hacia qué letra miraban exactamente.<br />
Se apartó para dejar trabajar a los demás agentes. Los fogonazos de los flashes<br />
provocaban un baile de sombras que parecía agitar el escenario, aunque hacía días<br />
que nada se movía allí.<br />
Unas manos enguantadas alzaron entonces, con delicadeza, la cabeza de la<br />
víctima. En la piel del rostro se dibujaban las marcas de las teclas. Nuevas fotos. La<br />
camisa empapada, rígida por la sangre seca, y la brecha en el cuello con restos<br />
coagulados que se amontonaban en su contorno, quedaron a la vista de todos.<br />
—Una lesión muy profunda —valoró Millán, aún con la bolsa de plástico en una<br />
mano—. ¿El agresor tenía mucha fuerza?<br />
El policía insinuaba una autoría masculina. Esteban le pidió que levantara la bolsa<br />
para fijarse una vez más en el arma del crimen.<br />
—No necesariamente —respondió—. Con un instrumento tan afilado, un corte así<br />
no requiere especial energía; solo un tajo decidido.<br />
—Quien hizo esto no vaciló.<br />
Lázaro estuvo de acuerdo. Por otra parte, había sido fácil pillar a la víctima<br />
desprevenida, pues la puerta del despacho se encontraba a su espalda. O el asesino ya<br />
se encontraba en la casa, o —si es que no disponía de llaves— se había encontrado la<br />
entrada del piso abierta.<br />
Reflexionó. ¿Qué se ocultaba detrás de aquella agresión tan violenta? ¿Rabia,<br />
locura? ¿Un ajuste de cuentas, tal vez? O a lo mejor nada de todo eso; simplemente,<br />
una resolución fría y calculadora. Una ejecución.<br />
El detective recorrió con la vista la trayectoria que la sangre había seguido desde<br />
el cuerpo. Algunas salpicaduras delataban el impacto de la cuchillada, los<br />
movimientos convulsos de la víctima. Aquel tipo se había desplomado hacia delante<br />
en poco tiempo y la sangre había continuado brotando hasta precipitarse —Lázaro<br />
acababa de darse cuenta— sobre el ordenador. Eso no era una buena noticia.<br />
—¿Estaría encendido? —se preguntó en voz alta.<br />
—Seguro —Millán señaló una luz parpadeante que guiñaba desde el marco del<br />
monitor—. Si la pantalla lo estaba…<br />
—Ojalá podamos recuperar la información del disco duro. Eso siempre ayuda a<br />
atar cabos.<br />
—No te hagas demasiadas ilusiones, fíjate cómo ha quedado el equipo.<br />
¿Empezamos a tomar declaración a los vecinos?<br />
Esteban Lázaro suspiró.<br />
—Adelante. Y avisadme en cuanto llegue el forense.<br />
www.lectulandia.com - Página 11