19.11.2019 Views

Hyde - David Lozano Garbala

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

CAPÍTULO 40<br />

El olor les advirtió antes de que se asomaran al interior de ese baño. La puerta cerrada<br />

no había impedido que el hedor de la putrefacción fuera filtrándose al pasillo poco a<br />

poco.<br />

—Dios —Millán se quedó sin palabras al enfrentarse a la mirada muerta de<br />

aquella cabeza—. ¿Qué significa esto?<br />

Lázaro golpeó la pared con rabia.<br />

—¡Significa que otro de los participantes en este experimento ha sido asesinado!<br />

—el inspector empezaba a hartarse de aquel caso en el que siempre parecían llegar<br />

tarde a cada escenario—. Ya van dos víctimas, pero lo peor de todo es que este<br />

crimen no es tan reciente como el otro.<br />

—Sí —Millán atendió al estado de aquellos restos—, a este chico lo han matado<br />

hace más tiempo.<br />

Era una pésima noticia. Desde que conocieran la verdadera naturaleza de la<br />

terapia, Esteban Lázaro había albergado la esperanza de que durante el transcurso de<br />

las primeras jornadas aquel experimento no hubiese desencadenado aún su poder<br />

destructivo. A fin de cuentas, quedaban todavía varios días de tratamiento. Pero si tan<br />

pronto habían empezado a generarse sus efectos…<br />

Por supuesto, ninguno de los dos cadáveres se correspondía con la persona a la<br />

que buscaban como sospechosa de la muerte del publicista.<br />

—La situación es mucho más grave de lo que imaginábamos —dijo el inspector<br />

—. Millán, no quiero imprudencias ni heroicidades, pero…<br />

—Estoy preparado, inspector.<br />

Los dos abandonaron aquel baño sin perder tiempo. Sabían que el encuentro con<br />

su objetivo no tardaría en producirse.<br />

Hugo avanzaba lentamente por el pasillo de los dormitorios, con la perplejidad<br />

pintada en el rostro. No era fácil aceptar lo que su mente estaba construyendo, sobre<br />

todo porque aquellos pensamientos destruían otras certidumbres… que le afectaban<br />

en lo más íntimo.<br />

Sí, a veces era mejor no saber. Demasiado tarde; la caja de Pandora se había<br />

abierto.<br />

Maldijo por lo bajo. Cuando la calma empezaba a imponerse, todo se<br />

desmoronaba a su alrededor. La amenaza del dolor y el miedo surgía de nuevo.<br />

Y él aún no tenía fuerzas.<br />

Hugo continuó caminando. Justo cuando alcanzaba la habitación de su<br />

compañera, recuperó en su memoria la primera conversación que había mantenido<br />

con Diana al llegar a la finca. Se detuvo.<br />

—Ella se metió conmigo porque yo era deportista… —susurró, procurando abrir<br />

la puerta del dormitorio sin hacer ruido—. No le sorprendió que yo hubiera sido<br />

www.lectulandia.com - Página 178

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!