Hyde - David Lozano Garbala

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Su cuerpo quedó tendido cerca de la puerta de entrada a la mansión, su semblante crispado por un último alarido que no era de dolor, sino de rabia. www.lectulandia.com - Página 190
EPÍLOGO «¿Quién está ahí?», gritaba Cristian visiblemente asustado, mirando a su alrededor. Después se lanzaba a correr mientras él tomaba otro camino para cortar su huida. Lo conseguía… se aproximaba a su compañero. Un espejo le permitió ver entonces su propio rostro. Hugo se vio a sí mismo en aquel reflejo, con el atizador alzado y unas facciones ávidas. Cristian huía de él. El chico despertó de la pesadilla con el cuerpo empapado de sudor, al igual que en noches anteriores en las que también había sido víctima del mismo sueño. De hecho, esas imágenes le perseguían desde la tortuosa semana transcurrida en la finca del experimento. Ni siquiera el apoyo del psicólogo del instituto había logrado librarle de ellas. Solo que esta vez era diferente porque recordaba su contenido. Hugo recordaba su contenido… y el desenlace. No supo si el abundante sudor se lo producía precisamente eso, pues implicaba algo mucho más aterrador que la pesadilla: quizá, en efecto, Diana no hubiera sido la única asesina en la casa. Monstruoso. Hugo se levantó con lentitud, reacio a creer que ya estaba despierto. Eran solo las doce de la noche, apenas llevaba una hora en la cama. Tras vestirse a oscuras se dirigió como un autómata, fuera ya de su cuarto, a la habitación de su hermano. Empujó la puerta entornada. —Mario. Su hermano levantó los ojos del ordenador. Sentado ante su escritorio, aún mantenía los dedos sobre el teclado. —¿Qué pasa? —Necesito que me lleves en coche. —¿Ahora? —Ahora. El desconcierto de Mario se acentuó. Atento a la expresión de Hugo, a su gesto absorto al borde de las lágrimas, intuía que su hermano le estaba pidiendo algo importante. Algo que, quizá, necesitaba hacer para intentar superar el espanto que había vivido semanas atrás. —¿Vamos lejos? —se limitó a confirmar, reparando en que Hugo vestía ya ropa de calle. —Sí. Mario reaccionó sin hacer nuevos comentarios. Desde el pasillo les llegaba el rumor de una conversación proveniente del dormitorio de sus padres, ajenos a la maniobra de sus hijos. Pronto rodaban por la carretera, en medio de un compacto silencio. Las manos de www.lectulandia.com - Página 191
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Un grupo de estudiantes ha sido sel
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Título original: Hyde David Lozano
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Prólogo Pablo camina, paso a paso.
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—Vaya, a lo mejor eres menos vulg
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CAPÍTULO 2 En cuanto los agentes f
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Hugo se había mantenido separado d
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una discusión y la mano agresora s
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—¿Y si su dinero procede del nar
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—Mola —susurró Andrea. —Uste
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CAPÍTULO 4 —¿Algo destacable en
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momento a la rebelión—. Creo que
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encuentran ya en la biblioteca de l
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—Educado, con formación universi
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—¿Es que tú ya sabías que… q
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Continuó escrutando las inmediacio
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zonas de la casa e incluso lo habí
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CAPÍTULO 8 —¿Qué quieres, Cris
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El inspector Lázaro apagó la luz
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Álvaro había asentido con la natu
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Nunca había tocado a un muerto, ni
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hacia ellas cierta… consideració
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Parecía imposible asimilar que Est
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CAPÍTULO 11 Bienvenidos al Proyect
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—¿Y dormir en plena naturaleza,
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escuchar—. ¿Pero es que todavía
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—Él es el único que puede conse
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mejor el chico sí había logrado h
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factura extra, que estaba vacío—
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mantuviera al margen durante toda l
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peor, Andrea. No estamos solos; est
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muy quietos en sus asientos. Pronto
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Su filo regular coincide con el con
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minutos, no hay banquillo y el árb
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—Los que llegaban a la empresa, s
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CAPÍTULO 16 Andrea permanecía en
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—Es sangre, ¿verdad? —Su… su
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A Álvaro le dejó helado aquella p
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La imagen del cuerpo del chaval, qu
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instituto. Supuso que la habían he
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publicista se ocultaba en su ordena
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Hugo, a pesar de su inevitable incl
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lo que el asesino pretende sea desv
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efiero tú y yo, a solas. Volvemos
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—Entiendo. Un amago de libertad
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campanadas. Hugo también se había
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—Te… te agradezco tus palabras,
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encaminó hacia ese punto. Procuró
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forzosamente era él el destinatari
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Alcanzó la entrada a una dependenc
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CAPÍTULO 22 Jacobo volvió a despe
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CAPÍTULO 23 Esteban Lázaro apenas
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—Cristian ha sido una víctima pa
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—comentó—. Habría estado bien
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CAPÍTULO 24 Esteban Lázaro se enc
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luego volver a ocultarse. Él se qu
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—Tenemos dos cadáveres en la cas
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CAPÍTULO 25 Las horas iban transcu
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La muerte de alguien joven nunca ti
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Escuchó. Silencio absoluto. No se
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—Álvaro se recreaba en su propio
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CAPÍTULO 27 Se encontraban en la c
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por fin Diana—. Lo siento. Aquí
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CAPÍTULO 28 Atardecía. Tras él,
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utilizar ese material, sí. Y pront
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—¿Y quién te dice que ambas mue
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—Perdona. Estoy tan asustado…
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CAPÍTULO 29 Andrea tardó en dejar
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Álvaro suspiró. Lentamente, venci
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—Lo único que quiero es proteger
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