Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—¿Es que tú ya sabías que… que había una en la finca?<br />
—Sí, Héctor. Lo que no estaba previsto es que tú te enteraras de eso. No has<br />
debido alejarte tanto de la casa… Qué imprudente.<br />
Héctor no entendió esas palabras.<br />
—¿Por… por qué dices eso?<br />
Aquella figura alzó las manos, que había mantenido a la espalda, para mostrar un<br />
machete cuya hoja devolvió a Héctor el reflejo de su propio semblante incrédulo.<br />
—¿Ves? No tendrías que estar aquí…<br />
Entonces Héctor comprendió. O, más bien, atisbó la amenaza. Captó lo que<br />
ocultaban esas pupilas que vigilaban cada uno de sus movimientos, la engañosa<br />
serenidad con la que aquella presencia había ido aproximándose sin abandonar su<br />
tono cordial.<br />
Quiere hacerme daño.<br />
Siempre le habían odiado, aquello lo confirmaba.<br />
Héctor no perdió tiempo en gritar —¿quién podría oírle allí?— ni en buscar<br />
respuestas. Su única reacción fue darse la vuelta y echar a correr.<br />
A su espalda escuchaba un avance mucho más sereno y calculador. Un<br />
movimiento que se mantenía demasiado cerca.<br />
Supo que corría sin rumbo, que se adentraba en el bosque siguiendo una dirección<br />
desconocida que no lo aproximaba a la protección de la casa.<br />
Tropezó. El miedo agarrotaba sus piernas volviéndolo torpe.<br />
Esther, recién maquillada, se asomó al dormitorio de Jacobo. El repetidor<br />
permanecía tendido en la cama, sin hacer nada. Ni siquiera se había descalzado.<br />
—Hola, ¿qué haces?<br />
Se sentó junto a él. El rostro impecable de la chica confirmó lo que el repetidor<br />
había supuesto:<br />
—Veo que has vuelto a pasar por chapa y pintura. ¿Para eso querías subir a tu<br />
habitación?<br />
—Eso no ha tenido gracia, Jacobo.<br />
—¿No te cansas? Estás buena sin necesidad de tanto pote… te lo he dicho<br />
muchas veces.<br />
—Si me esfuerzo por estar guapa es para gustarte más. Y lo sabes.<br />
—No empieces, Esther. No pienso volver a hablar de eso.<br />
—Pero…<br />
—Lo nuestro fue un simple rollo, ¿cómo quieres que te lo diga? ¡No quiero nada<br />
contigo!<br />
—Me dijiste que te gustaba…<br />
—Fue divertido y ya está. Olvídalo.<br />
Esther se mostró ofendida:<br />
www.lectulandia.com - Página 28