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El Alto | Queer: Gender Sexuality and the Arts in the Americas

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El Alto 218 MuseoQ

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del griego gymnós, “desnuda”, y spérma,

“semilla”.

Las gimnospermas son fruto de la unión del

polen masculino –formado en conos masculinos–

con un óvulo femenino –formado en conos

femeninos–. Estos conos masculinos y femeninos

conviven normalmente en un mismo espécimen;

son pocas las gimnospermas cuyos conos

masculinos y femeninos estén en individuos

diferentes.

La unión sexual para la formación de la semilla

requiere igualmente del viento, aliado que lleva

el polen al óvulo inmóvil. También, muchas

gimnospermas tienen semillas aladas que vuelan

libremente y conquistan nuevos territorios.

Las gimnospermas agrupan a los pinos, cipreses,

araucarias, entre otras. Por lo general son de

zonas templadas con estaciones. A pesar de

no tener estaciones marcadas en Colombia,

tenemos algunas especies nativas como el pino

romerón (Retrophyllum rospigliosii), el cual es

muy visitado por la avifauna por sus deliciosos

conos carnosos que parecen frutos. Otro ejemplo

es el pino colombiano (Podocarpus oleifolius),

cuyos conos femeninos liberan diariamente una

gota en las mañanas para ayudar a la captura del

polen y facilitar la polinización, proceso que se

repite hasta lograr la fecundación.

“NUPCIAS PÚBLICAS” ENCUBIERTAS:

LAS ANGIOSPERMAS

La flor es la invención evolutiva más reciente en

lo que se refiere a la sexualidad de las plantas. El

desarrollo de esta estructura les permitió abrirse

a una “sexualidad pública”, en la que, además del

aire y el agua, los animales podían participar en

el proceso de polinización. La flor se desarrolló

como el órgano de seducción por excelencia.

Las flores son muy diversas: hay flores bisexuales

y unisexuales, y sus colores y olores atraen a una

amplia variedad de animales. Al buscar el néctar

de las flores, los animales se impregnan con el

polen masculino que proviene de los estambres

–estructura que guarda el polen en la flor–,

y al visitar otra flor dejan, sin saberlo, el polen

en el pistilo –estructura donde se conservan los

óvulos–, con lo que ocurre la polinización. En

este sentido, el néctar es una recompensa que

la flor da a los animales, un agradecimiento a un

trabajo inadvertido que garantiza la existencia

de la planta.

Esta íntima relación con los animales se cree que

comenzó hace unos 125 millones de años, cuando

las plantas con flor coinciden en una tierra de

insectos voladores. Actualmente, los insectos

siguen siendo los principales polinizadores,

aunque es bien sabido que mamíferos como

los murciélagos, musarañas y ratones, y aves

como los colibríes, también son importantes

polinizadores.

En distintos lugares de Bogotá pueden apreciarse

una gran variedad de flores, muestra de las

múltiples estrategias de las plantas para lograr su

reproducción. Rosas, orquídeas, jazmines, irises,

lirios y agapantos constituyen sólo una pequeña

muestra de su increíble diversidad.

FLORES, O EL ARTE DE EMULAR

[#FLORADRAG]

Ciertas orquídeas se encuentran entre las más

reputadas imitadoras. Algunas se disfrazan de

hembra de insecto, el macho que las sobrevuela

se lanza sobre una flor intentado una cópula que

no puede consumar y finalmente la abandona en

busca de otra oportunidad que, con frecuencia,

se presenta en forma de otra flor imitadora sobre

la que se repetirá la escena. En otras ocasiones,

la flor es semejante a un macho que, al ser

visto en su territorio, es atacado por el macho

verdadero; el resultado de la lucha no es otro

que un insecto engañado que levanta de nuevo

el vuelo llevándose con él el polen que será

transportado hasta otro falso enemigo.

Pero no sólo con las formas se engaña, a

veces al artificio se suman los colores y los

olores. Algunas asclepiadáceas de los desiertos

sudafricanos producen flores grandes, de

superficie carnosa, levemente cubierta de pelo,

de color sospechosamente cárneo y de cuyo

centro sale un fétido olor a carne podrida. Esta

combinación de caracteres es suficiente para

atraer a las moscas que se alimentan de carne

en descomposición, las cuales al visitarlas no

encuentran lo que buscan pero sí terminan

transportando el polen de las asclepiadáceas.

Adicionalmente, algunas familias presentan

formas que nos proponen un desafío a la

comprensión de la sexualidad. Si bien las

flores bisexuales poseen órganos masculinos

y femeninos por separado, algunas familias

botánicas –como las malváceas, un grupo de

plantas muy extendido en Colombia– poseen

ambas estructuras fusionadas en un solo órgano

conocido como androginóforo. Lo anterior

supone una ventaja evolutiva para la especie,

puesto que cualquier visita de un polinizador

puede fecundar la flor y hacer que el polen inicie

su viaje al mismo tiempo.

FRUTOS: FORMAS DE DISPERSIÓN

Después de la fecundación, en las angiospermas

la semilla se forma luego de un tiempo, del

mismo modo que ocurre en las gimnospermas.

Sin embargo, en el caso de las angiospermas,

luego de que la semilla está formada, el ovario

floral –estructura del pistilo que lleva los óvulos–

se ensancha y en algunas oportunidades se hace

carnoso y se llena de azúcares. Ahora la semilla

está cubierta, lo que da origen a su nombre,

angiosperma, del griego angíon, “vaso”, y spérma,

“semilla”: plantas con la semilla cubierta por

un fruto.

El fruto azucarado suele atraer de nuevo a

diversos animales, quienes al comerlo terminan

diseminando las semillas por lugares que las

plantas no podrían alcanzar por sí mismas. Esta

interacción simbiótica dota a las plantas del

movimiento que carecen: los animales llevan a

lugares lejanos las semillas de las angiospermas

y por ello son recompensados con frutos

deliciosos que les proveen energía para su

supervivencia.

Colombia tiene una amplia diversidad de este

grupo de plantas. La imponente palma de cera

(Ceroxylon quindiuense) y la colorida orquídea

(Cattleya trianae), además de ser símbolos

nacionales, son también angiospermas. En

consecuencia, el país cuenta con una gran

variedad de frutos comestibles: un regalo de las

plantas a una valiosa pluralidad.

Esta guía es el resultado de varias

fuentes de información. Para mayor detalle,

consulte las referencias en el texto

original en www.museoq.org/index.php/

proyectos/leer-las-flores-museo-q-en-eljardin-botanico

© MuseoQ (asesoría Jorge López Corté). Leer

las Flores: Breve Historia (Queer) de las

Plantas. Segunda Edición, 2019.

1 – Leer las flores: Breve Historia (Queer) de las

Plantas es un material de mediación desarrollado por

MuseoQ y producido en una primera edición por la

Gerencia de Literatura del Instituto a de las Artes, en el

marco del Picnic Literario, evento del Ciclo Rosa 2018

en el Jardín Botánico de Bogotá. La segunda edición

es posible gracias a la Beca de Circulación en Arte

y Diversidad Sexual “Expresarte 2019” del Programa

Distrital de Estímulos de la Alcaldía de Bogotá. En 2019,

esta guía gratuita será acompañada de visitas guiadas

por diferentes parques públicos de la ciudad para

celebrar “lo natural” como sinónimo de “diferencia”,

esperando incidir en la apertura de narrativas

que enaltezcan las características que nos hacen

naturalmente diversas. Agradecemos especialmente a

Jorge López Cortés, biólogo especialista en botánica,

quien asesoró el desarrollo de este material.

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