Mario luna -PSICOLOGIA DEL EXITO -

Después del entrenamiento, repongo energías con la comida que
he preparado. Después, me relajo haciendo un rato de spa, sauna y
baño turco, alternando con inmersiones de contraste térmico.
Esto me permite recuperar la energía y escribir como no podría hacerlo
de otro modo.
Sin embargo, todavía se puede mejorar.
Como la sala de masajes está justo al lado del gimnasio, sería estúpido
desperdiciar la oportunidad de recargarme como debo.
Aclaremos esto: no es que un buen masaje me vaya a dar más inspiración
per se. Pero sí me va a proporcionar la paz necesaria para que,
cuando ésta llegue, no me altere tanto que me impida centrarme en
la obra que estoy creando.
Después del masaje caigo en la cuenta de que, si quedo con una
amiga para hablar del libro…
Tu Mejor Tú: Basta, socio. Creo que hemos pillado la idea.
Oliva: Nos estabas tomando el pelo, ¿verdad?
Mario Luna: Más bien.
Tu Mejor Tú: Nos ha dado un procrastiplán en toda regla.
Procrastinator: Doy fe. Ni siquiera yo podría hacerlo a
ese nivel.
Mario Luna: Digamos, amigo, que te conozco muy bien.
Procrastinator: ¿Ah sí?
Mario Luna: Como si te hubiera parido.
Pollo: Entonces… ¿cómo escribes tus libros, míster?
Oliva: Sí, ¿cuál es tu verdadero plan neto?
Mario Luna: Me despierto. Acerco a la cama el portátil que
tengo en la mesita de noche y me pongo a escribir.
Pollo: ¿Y el desayuno? ¿Y la ducha? ¿Y el gimnasio? ¿Y la
comida? ¿Y el masaje? ¿Y tu amiga? ¿Y?…
Mario Luna: Lo voy acoplando a mi actividad de escritor.
Aprovecho las pausas para hacer esas cosas. Pero el
eje siempre es escribir.
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