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Medicina Clínica 1950 (pdf) - Museo Archivo Histórico | SEN ...

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Touo XV<br />

Núm. 5 - <strong>1950</strong> B. Roonícunz Anr¡,s. - Lipodistrofia céfalo-torácica 305<br />

. Realmente, deja de darse la desaparición del tejido<br />

adiposo de los órganos internos, como temían<br />

BorssolvNes y otros.<br />

Desde un punto de vista estrictamente microquímico,<br />

no se aprecian variaciones cuantitativas y<br />

cualitativas en la grasa de unas y otras regiones<br />

cutáneas.<br />

El epidermis, el dermis, las glándulas y los vasos<br />

y los nervios cutáneos se encuentran intactos. Las<br />

discretas atrofias de glándulas sudoríparas, la infiltración<br />

linfocitaria cutánea y el espesor de la trama<br />

conjuntiva" descritos por M¡n,qÑóN y Ár,venrz-C¡'scos,<br />

carecen de valor.<br />

EuorocÍ,t.-Múltiples factores han sido incriminados<br />

como causales, por lo que ha de declararse<br />

ésta del todo imprecisa.<br />

Es incuestionable que la lipodistrofia progresiva<br />

se ve casi tan sólo en el sexo femenino: 89 muje'<br />

res por cada 30 hombres, para unos; 51 por 21,<br />

para otros. En efecto, así es y quizá más, todavía,<br />

al citarse siempre los pacientes masculinos como<br />

excepcionales. BERnaguun, M¡n¡.Ñórv y nosotros,<br />

por ejemplo, no contamos con hombres en nuestras<br />

estadísticas. Se trataría, por consiguiente, de una<br />

disposición morbosa relacionada con las singularidades<br />

morfológicas de la feminidad.<br />

Muy probablemente la atrofia constituiría un<br />

¿tributo esencial de la edad involutiva, si excluyé'<br />

rámos la hipertrofia concomitante.<br />

Cabe revelar su existencia en la mayoría de países,<br />

sin excepción alguna a todos los efectos.<br />

. En fin, para la mayoría de autores, resalta la<br />

ausencia de predisposición hereditaria, sea vulgar<br />

predisposición racial o amplia tara neuropática.<br />

Con todo, B,tRnlquER describe el caso de una epilepsia<br />

genuína asociada y de una herencia directa<br />

homóloga en tres generaciones. P¡nrcs 'WrsrR se<br />

muestra de acuerdo con é1.<br />

Las formas clásicas de la enfermedad no abundan.<br />

El supuesto de que las lipodistrofias segmentarias<br />

sean la resultante ulterior de una anomalía local<br />

congénita, de un antiguo defecto (lipodisplasia) ra-<br />

'dicado en los centros diencefálicos, tan fáciles de<br />

admitir, convence a contados clínicos.<br />

La hidrocefalia, la meningitis basal, una inervación<br />

autónoma desequilibrada por un mecanismo<br />

infeccioso, pueden figurar como agentes causales<br />

más que probables.<br />

. Y es que las infecciones, meramente intercurrentes<br />

o no, forman parte con demasiada frecuencia {e<br />

los antecedentes personales de los lipodistróficos y<br />

ocasionar, en su raiz, un desequilibrio neurovegetativo<br />

y, a través de éste, la distrofia. Las infecciones<br />

óticas y respiratorias, la gripe, la neumonía,<br />

el reumatismo agudo y el sarampión destacan entre<br />

las demás. Como también las específicas: sífilis y<br />

tuberculosis.<br />

El establecimiento del ciclo menstrual y la menopausia,<br />

los embarazos y un traumatismo accidental<br />

podrían perturbar, del mismo modo, las funciones<br />

diencefálicas anómalas.<br />

Vale la pena de advertir que bastantes lipodistrofias<br />

a lo B.qnnAeuER-SrMoNS, s€ desarrollan conjuntamente<br />

con enfermedades endocrinas, tales como<br />

hiper e hipotiroidismos, addisonismos, obesidades<br />

tipo Dercum o tipo Fróhlich, diabetes, etc. Por<br />

lo que, en un razonamiento lógico, la hipófisis, la<br />

tiroides, las gonadas, la glándula pineal y el hipotálamo,<br />

se llegan a considerar como el punto de<br />

partida, etiológicamente, de las mismas. De poder<br />

hablar de un centro regulador de la distribución<br />

de la grasa, no ha de inferirse forzosamente que<br />

sea el responsable de la génesis de las distrofias<br />

especiales.<br />

Perocpll.r.-Por la intervención de tres mecanismos<br />

diversos cabría explicar el desarrollo de esta<br />

extraña enfermedad:<br />

a) Mecanismo endocrino.-Bastantes autores<br />

creen que la tiroides, la hipófisis, las gonadas o incluso<br />

la propia glándula pineal determinan el brote<br />

distrófico localizado, porque son ostensibles -de<br />

ordinario- las perturbaciones endocrinas o bien<br />

cuanto dependa de lesiones verificables, en mrís y<br />

más casos. Los síndromes hipertiroideos cuentan<br />

para MlneñóN (20 por 100 de observaciones de<br />

hipertiroidismo coinciden con lipodistrofias, iniciales<br />

o marcadas y típicas) y otros autores (Zrccrnn,<br />

SrrRrrNc, etc.). El hipoovarismo, para algunos. Lo<br />

genital, lo tímico y lo epifisario tendría, en última<br />

instancia, una significación secundaria. Hasta el metabolismo<br />

basal puede aparecer aumentado (hipertiroidismo<br />

latentó), "n proporciones consideraÉles,<br />

dg, un 70 por 100 (para Conrx), sin que su_corre-cción<br />

suponga una mejoría directa de Ia distrofia<br />

adiposa, como fenómeno natural.<br />

Signos radiológicos patológicos o tan sólo sos-o<br />

pechosos a nivel de la silla turca y síntomas netamente<br />

pituitarios, se dan con demasiada frecuencia<br />

para poder considerarlos como del todo fortuitos.<br />

La gran preponderancia de la lipodistrofia en la<br />

mujer, la exageración habitual de una adiposidad<br />

subcutánea en la menopausia, la aparición de los<br />

signos patológicos en la pubertad, etc., obligan a<br />

atlmitir el posible papel que juega la glándula ováirca,<br />

en parte por exceso de foliculina (¿exceso serundario?).<br />

Las conexiones de la glándula pineal con un centro<br />

regulador del metabolismo graso (morfología o<br />

morfogénesis adiposa) sito en el hipotálamo, no<br />

deben tampoco olvidarse.<br />

No cabe discutir, de otra parte, que la producción<br />

de hormonas influye sobre la nutrición de los<br />

tejidos, especialmente del conjuntivo. Y no menos,<br />

también, del tejido nervioso. Acentúa, incluso, disposiciones<br />

constitucionales (colaboración cromosomo-endocrina).<br />

La lesión principal liberaría (clásico fenómeno<br />

de liberación) a otros centros inferiores subordina-

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