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Medicina Clínica 1950 (pdf) - Museo Archivo Histórico | SEN ...

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378<br />

(37,4" todo lo más), no obstante haber tomado ya lB millo'<br />

nes U. de penicilina.<br />

Dos meses más tarde (mayo <strong>1950</strong>), buen estado general.<br />

Sin fiebre. V. S. G., 118/132/138. Aqueja todavía alguna<br />

leve cefales temporal y alguna mialgia en pantorrillas.<br />

Ultimamente (finales de mayo), el paciente se encuentra<br />

bien, hallándbse en curso de medicación por unas poliartralgim<br />

residuales, que no se acompañan de tumefacción<br />

articular'<br />

.r r .r<br />

Mporcnr¡ Cr.íxrcr<br />

Se trata, püffi, de un paciente con todas las características<br />

de la enfermedad de Horton, a saber:<br />

cefalalgia e ingurgitación y dolor de los vasos temporales.<br />

Fiebre. Malestar general. Astenia. Anorexia.<br />

Adelgazamiento. Anemia. Leucocitosis y aceleración<br />

de la V. S. G. No se pudo practicar biopsia<br />

de las arterias temporales que hubiera rubricado el<br />

diagnóstico; no obstante, creemos no existe duda<br />

alguna respecto al mismo, pues la sintomatología,<br />

curso clínico con recaída -al igual que los casos<br />

de K¡.vr y otros- y su duración (6 meses) "ott<br />

suficientemente expresivos.<br />

Se trata de un caso de A. T. de forma frustrada<br />

( sólo cefalea y trastornos locales de los vasos temporales<br />

añadidos al cuadro infeccioso) qre evoluciona<br />

en un paciente viejo, con evidentes signos de<br />

esclerosis vascular senil. No existen anormalidad<br />

cerebral ni trastornos oculares.<br />

El tratamiento fué banal. De la penicilina apenas<br />

pueden sacarse conclusiones. Probablemente su efectividad<br />

fué escasd, ya que durante el tratamiento<br />

con la misma apareció un nuevo brote álgico. 1\o<br />

obstante su acción beneficiosa {ué evidente-sobre el<br />

estado general, si bien modificó poco la temperatura.<br />

Hemos de destacar que si bien por un lado el<br />

enfermo ofreció un marcado aspecto infeccioso? en<br />

ningún momento éste adquiró gravedad importante.<br />

Fué Scnutor quien, "" t*0, en el curso de una<br />

magnífica revisión acerca los aneurismas intracraneales<br />

halla un c¿rso en todo superponible a la A. T.<br />

y en el cual el diagnóstico de aneurisma intracraneal<br />

era dudoso.<br />

Corresponde a HonroN, MAGATH y Bnown, el mérito<br />

de individualizar, en L932, a dicho síndrome.<br />

Para ello se basaron en la observación de varios<br />

pacientes que fundamentalmente sufrían el siguiente<br />

cuadro: cafalalgias, a veces intensísimas, alteraciones<br />

locales de los vasos temporales con o sin<br />

trastornos visuales. Sobrevenía todo ello en medio<br />

de un cuadro infeccioso, del que eran signos destacados<br />

la astenia" inapetencia y adelgazamiento del<br />

paciente. Al propio tiempo palidecía el rostrp (anemia)<br />

y aquejaban artromialgias más o menos intensas.<br />

Desde estonces han seguido multitud de observaciones,<br />

las que en su mayor parte han visto la luz<br />

en Norteamérica. Destaquemos los trabajos de Coo-<br />

KE, CLoAXr, Govllt y Cor.nrcu, quienes en L94,6,<br />

aparte la exposición de siete casos, hacen una magnífica<br />

revisión de dicha enfermedad, en especial de<br />

su anatomía patológica. ANonRsEN, en 1947 aporta<br />

Touo XV<br />

<strong>1950</strong> - Núm. 5<br />

un caso propio y hace una espléndida revisión de<br />

la literatura mundial (unos 75 casos). No olvidemos<br />

tampoco los trabajos de D¡,xrns y Jnnnrxcs, así<br />

como los de Ktr-souRNr, Glr,uouno MrvnRS, LoR.D,<br />

BnzengoN, etc. En España, Gennmo Pnner,ra y ft-<br />

MEz ANcur.o publican un caso y Goxzirsz Cnuz,<br />

en 1948, hace una completa revisión de dicha en'<br />

fermedad.<br />

Su etiología, permanece en la más completa os'<br />

curidad.<br />

Hontox, Mlc¡.ur y Bnowrv aislan un un<br />

solo sistema -el vascular y, dentro de é1, las arte'<br />

rias-, ya que no existe ningún tipo de reacción<br />

general. Además, la rareza con que se constatl i"frltración<br />

eosinófrla en las piezas biopsiadas, la falta<br />

de eosinofilia en el hemograma' y la poca frecuen'<br />

cia de las reacciones alérgicas en la senectud, hacen<br />

que dicha hipótesis deba ser desechada.<br />

Es interesante recordar que varios autores cons'<br />

tatan la aparición de la A. T. poco tiempo después<br />

de haber sufrido el paciente una infección respira'<br />

toria. Rosrnr y Asruv las refieren en sus tres ca'<br />

sos. Drcr y FnrrueN la observan también en uno<br />

de los suyos (bronconeumonía). Con ello se preten'<br />

de invocar una supuesta relación etiopatogénica,<br />

toclavía no precisada, entre infección respiratoria<br />

y A. T. En realidad, sin que pretendamos negar eeta<br />

posibilidad, creemos que más bien debería valo'<br />

rarse a dicha sintomatología respiratoria como eig'<br />

no predecesor inmediato integrante de1 cuadro in'<br />

feccioso de la A. T.<br />

Ecxrnsrnóu, S.r6wALL y WtNnr.en invocan una<br />

posible etiología rewnüica del proceso, teniendo<br />

en cuenta el reumatismo muscularo la fiebre y 'la<br />

aceleración de la V. S. G. En apoyo de ello vendría<br />

la observación de hor,lNr, quien observa exac€r'<br />

bación de la A. T. después de avulsiones dentarias.<br />

La hipótesis tubercuhosa carece por completo de<br />

fundamento. La observación de Brneoutclvl,r y La'

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