Medicina Clínica 1950 (pdf) - Museo Archivo Histórico | SEN ...
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(37,4" todo lo más), no obstante haber tomado ya lB millo'<br />
nes U. de penicilina.<br />
Dos meses más tarde (mayo <strong>1950</strong>), buen estado general.<br />
Sin fiebre. V. S. G., 118/132/138. Aqueja todavía alguna<br />
leve cefales temporal y alguna mialgia en pantorrillas.<br />
Ultimamente (finales de mayo), el paciente se encuentra<br />
bien, hallándbse en curso de medicación por unas poliartralgim<br />
residuales, que no se acompañan de tumefacción<br />
articular'<br />
.r r .r<br />
Mporcnr¡ Cr.íxrcr<br />
Se trata, püffi, de un paciente con todas las características<br />
de la enfermedad de Horton, a saber:<br />
cefalalgia e ingurgitación y dolor de los vasos temporales.<br />
Fiebre. Malestar general. Astenia. Anorexia.<br />
Adelgazamiento. Anemia. Leucocitosis y aceleración<br />
de la V. S. G. No se pudo practicar biopsia<br />
de las arterias temporales que hubiera rubricado el<br />
diagnóstico; no obstante, creemos no existe duda<br />
alguna respecto al mismo, pues la sintomatología,<br />
curso clínico con recaída -al igual que los casos<br />
de K¡.vr y otros- y su duración (6 meses) "ott<br />
suficientemente expresivos.<br />
Se trata de un caso de A. T. de forma frustrada<br />
( sólo cefalea y trastornos locales de los vasos temporales<br />
añadidos al cuadro infeccioso) qre evoluciona<br />
en un paciente viejo, con evidentes signos de<br />
esclerosis vascular senil. No existen anormalidad<br />
cerebral ni trastornos oculares.<br />
El tratamiento fué banal. De la penicilina apenas<br />
pueden sacarse conclusiones. Probablemente su efectividad<br />
fué escasd, ya que durante el tratamiento<br />
con la misma apareció un nuevo brote álgico. 1\o<br />
obstante su acción beneficiosa {ué evidente-sobre el<br />
estado general, si bien modificó poco la temperatura.<br />
Hemos de destacar que si bien por un lado el<br />
enfermo ofreció un marcado aspecto infeccioso? en<br />
ningún momento éste adquiró gravedad importante.<br />
Fué Scnutor quien, "" t*0, en el curso de una<br />
magnífica revisión acerca los aneurismas intracraneales<br />
halla un c¿rso en todo superponible a la A. T.<br />
y en el cual el diagnóstico de aneurisma intracraneal<br />
era dudoso.<br />
Corresponde a HonroN, MAGATH y Bnown, el mérito<br />
de individualizar, en L932, a dicho síndrome.<br />
Para ello se basaron en la observación de varios<br />
pacientes que fundamentalmente sufrían el siguiente<br />
cuadro: cafalalgias, a veces intensísimas, alteraciones<br />
locales de los vasos temporales con o sin<br />
trastornos visuales. Sobrevenía todo ello en medio<br />
de un cuadro infeccioso, del que eran signos destacados<br />
la astenia" inapetencia y adelgazamiento del<br />
paciente. Al propio tiempo palidecía el rostrp (anemia)<br />
y aquejaban artromialgias más o menos intensas.<br />
Desde estonces han seguido multitud de observaciones,<br />
las que en su mayor parte han visto la luz<br />
en Norteamérica. Destaquemos los trabajos de Coo-<br />
KE, CLoAXr, Govllt y Cor.nrcu, quienes en L94,6,<br />
aparte la exposición de siete casos, hacen una magnífica<br />
revisión de dicha enfermedad, en especial de<br />
su anatomía patológica. ANonRsEN, en 1947 aporta<br />
Touo XV<br />
<strong>1950</strong> - Núm. 5<br />
un caso propio y hace una espléndida revisión de<br />
la literatura mundial (unos 75 casos). No olvidemos<br />
tampoco los trabajos de D¡,xrns y Jnnnrxcs, así<br />
como los de Ktr-souRNr, Glr,uouno MrvnRS, LoR.D,<br />
BnzengoN, etc. En España, Gennmo Pnner,ra y ft-<br />
MEz ANcur.o publican un caso y Goxzirsz Cnuz,<br />
en 1948, hace una completa revisión de dicha en'<br />
fermedad.<br />
Su etiología, permanece en la más completa os'<br />
curidad.<br />
Hontox, Mlc¡.ur y Bnowrv aislan un un<br />
solo sistema -el vascular y, dentro de é1, las arte'<br />
rias-, ya que no existe ningún tipo de reacción<br />
general. Además, la rareza con que se constatl i"frltración<br />
eosinófrla en las piezas biopsiadas, la falta<br />
de eosinofilia en el hemograma' y la poca frecuen'<br />
cia de las reacciones alérgicas en la senectud, hacen<br />
que dicha hipótesis deba ser desechada.<br />
Es interesante recordar que varios autores cons'<br />
tatan la aparición de la A. T. poco tiempo después<br />
de haber sufrido el paciente una infección respira'<br />
toria. Rosrnr y Asruv las refieren en sus tres ca'<br />
sos. Drcr y FnrrueN la observan también en uno<br />
de los suyos (bronconeumonía). Con ello se preten'<br />
de invocar una supuesta relación etiopatogénica,<br />
toclavía no precisada, entre infección respiratoria<br />
y A. T. En realidad, sin que pretendamos negar eeta<br />
posibilidad, creemos que más bien debería valo'<br />
rarse a dicha sintomatología respiratoria como eig'<br />
no predecesor inmediato integrante de1 cuadro in'<br />
feccioso de la A. T.<br />
Ecxrnsrnóu, S.r6wALL y WtNnr.en invocan una<br />
posible etiología rewnüica del proceso, teniendo<br />
en cuenta el reumatismo muscularo la fiebre y 'la<br />
aceleración de la V. S. G. En apoyo de ello vendría<br />
la observación de hor,lNr, quien observa exac€r'<br />
bación de la A. T. después de avulsiones dentarias.<br />
La hipótesis tubercuhosa carece por completo de<br />
fundamento. La observación de Brneoutclvl,r y La'