Psiquiatria - Faculdade de Medicina - UFMG

Ernest Hemingway: una patografia retrospectiva
mente lo aceptaba siempre con recelo. Su fuerte era la emoción,
aunque sabiamente disimulaba. Reaccionaba contra
todo lo que era sistemático, metódico, extirpador de la libertad
humana. Aunque le llamaran indeciso, el prefería
colocarse en un terreno emocional más bien vago, como
fuera del tiempo y el espacio. Tan pronto se adscribía a un
lema o cobraba entusiasmos por un hombre, brotaba en él el
viento seco del escepticismo”.
En relación al suicidio, Castillo Pouche se pregunta:
“a quién mato Hemingway cuando se suicido? ¿al puritano
respetuoso y tímido que llevaba dentro o al salvaje desbordado,
al escritor serio y honesto o al traficante de la épicas
más comerciales, al varón que no podía resistir el caudal
contenido de sus ternuras, o al canalla de descontento de su
proclibidad hacia la perversión?”
Hemingway estaba determinado, predeterminado a darse su
propia muerte, una muerte colérica y aireada. Desde el vientre de
su madre, a la que no pudo querer, queriendo quererla, y costándole
mucho el no poder conseguirlo, prosigue Castillo Pouche, y
ante la tumba de su padre, al que admiró desde el más laborioso
desprecio, Hemingway era un suicida nato y neto.3
En relación al tema de la muerte cabe destacar el discurso de
Donne en Por quién doblan las Campanas:
“Ningún hombre es en sí equiparable a una isla; todo hombre
es un pedazo de continente; una parte en tierra firme; si
el mar llevará lejos un terrón, Europa perdería como si fuera
un promontorio.....como si llevarán una casa solariega de
tus amigos a la tuya propia. La muerte de cualquier hombre
me disminuye, por que soy una parte de la humanidad. Por
eso no quieras saber nunca por quién doblan las campanas:
están doblando por ti”.
De acuerdo con Baker,1 un tema dominante en la vida de
Hemingway se refiere a la lucha contra la cobardía. Hemingway
era un admirador del coraje y la audacia del hombre. Despreciaba
profundamente la cobardía, la que tal vez veía asociada a la figura
paterna. La subordinación de su padre frente a su madre y el suicidio
pudieran haber sido interpretados como actos de cobardía
despreciable. Hemingway siempre, al hablar de su padre, hablaba
de una trampa, que por muy sutil que fuera resultaba ineludible.
“El mismo había caído en dicha trampa, casi desde niño, en el mismo
engaño abreviador”, concluye Baker.
Para Castillo Pouche, Hemigway habría vivido desde su
primera fiesta de San Fermínes continuamente enfiestado: “En su
primera oportunidad la fiesta habría seguido día y noche durante 7
días. Y posteriormente continuó el beber hasta su último San
Fermin, que fue en 1959. Para Hemingway la fiesta de Pamplona
dura prácticamente toda la vida”.2
Antecedentes clínicos previos
Nacimiento: Nace en una clínica en 1899, al parecer sin complicaciones.
Embarazo de curso normal.
50 Casos Clin Psiquiat 1999; 1(1):47-53
Desarrollo: Crecimiento y desarrollo normal, pubertad precoz.
Leve desajuste conductual en la adolescencia.
Condiciones familiares armónicas y estables, aunque
con falencias, según Hemingway.
Infancia: Ordenada, con atisbos de rebeldía y de impulsividad.
Crece en ambientes rurales; frecuente contacto con
violencia natural.
Familia: Padre con probable trastorno del ánimo, se suicida
mediante un tiro de escopeta.
Otros familiares con antecedentes de bipolaridad y/o
de suicidio (Figura 1).
Mórbidos: Múltiples hospitalizaciones por lesiones de guerra o
por múltiples accidentes, terrestres o en avión.
Hábitos: Consumo excesivo de alcohol desde temprana edad,
en forma regular y con embriagueces no patológicas
ocasionales.
Consumo regular de tabaco. No hay antecedentes de
consumo de otras substancias o medicamentos.
Cuadro Clínico
El análisis del cuadro clínico presentado por E. Hemingway
amerita una separación en dos períodos: la crisis de su último año
de vida y el período anterior.
Cuadro psiquiátrico final
Figura 1 - Historia psiquiatrica familiar de E. Hemingway
Luego de su última visita a Pamplona en 1959, Hemingway
comienza a presentar un cuadro de ostracismo, retraimiento,
nihilismo y desconfianza progresivos. Sus intentos de escribir son
abortados por crisis de cólera y de violencia. Escasamente abandona
su casa en las afueras de Ketchum, mostrando franco desinterés
por su entorno y una actitud huraña. No hay datos sobre el
consumo de alcohol durante esta fase. Progresivamente aparecen