Draeger_ES_gesamt_netto_72
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«Lejos de mí la idea de recomendar al lector drogas, alcohol, violencia<br />
y demencia, pero debo confesar que, sin todo esto, yo no sería nada»<br />
Hunter S. Thompson<br />
> antes de morir también a los 46, aquello<br />
de: «Sostengo un duelo a muerte con el<br />
papel pintado. ¡Uno de los dos debe desaparecer!».<br />
Además, Jack London no se<br />
habría suicidado a los 40 y Hemingway<br />
habría seguido una terapia contra sus<br />
depresiones para no pegarse un tiro a<br />
los 60 (ver págs. 22–23). Sin embargo,<br />
las obras fruto de los años de abstinencia,<br />
¿nos habrían deleitado tanto como<br />
las surgidas de los años de la bebida?<br />
dotas, historias y antologías sin describirlos<br />
o sentirlos necesariamente como<br />
tales, sino porque, en retrospectiva, la<br />
imagen de un escritor que bebe no es<br />
una imagen necesariamente mala de<br />
por sí. En los poetas ya fallecidos, el abuso<br />
del alcohol y las drogas tiene unas connotaciones<br />
mucho menos negativas que<br />
en los actualmente vivos, a quienes este<br />
abuso les hace parecer disolutos y les resta<br />
seriedad.<br />
propia marca, una en la que los excesos<br />
alcohólicos salvajes iban de la mano de<br />
la literatura pop; sin embargo, hoy en<br />
día han convertido su superación en una<br />
nueva marca personal.<br />
El norteamericano Augusten<br />
Burroughs utiliza su propia experiencia<br />
de desintoxicación en una de sus obras,<br />
mientras que Joachim Lottmann usa el<br />
alcohol como gancho en uno de sus títulos,<br />
aunque en el libro asegura no haberse<br />
deleitado en su consumo. La imagen<br />
Al pensar en los grandes literatos es<br />
inevitable evocar la imagen del bebedor. Un gancho para el título<br />
del bebedor actual ha cambiado tanto<br />
Ya se trate de tomar una o varias copas<br />
para relajarse o de experimentar con sustancias<br />
para expandir la conciencia, el<br />
alcohol, las drogas y la literatura parecen<br />
estar inextricablemente unidos, y no<br />
solo porque, desde la antigüedad, sean<br />
muchos los autores que se han pronunciado<br />
La imagen de Günter Grass con un vaso<br />
de vino sigue gozando de cierto atractivo.<br />
A Michel Houellebecq se le asocia, si<br />
bien no se cansa, el énfasis continuo en<br />
que el sexo es la mejor droga. También<br />
Christian Kracht y Benjamin von Stuckrad-Barre<br />
reconocieron los efectos del<br />
para el lector como para el propio autor.<br />
Parece que la idea de que todas las obras<br />
tengan su origen en las bebidas fermentadas<br />
haya empezado a cansar. Que hoy<br />
por hoy el consumo de alcohol se oculte<br />
mejor o que realmente se practique<br />
la abstinencia seguirá siendo el secreto<br />
sobre sus vicios entre cartas, anéc-<br />
alcohol: hace años lo convirtieron en su del autor.<br />
Isabell<br />
Spilker<br />
FOTOGRAFÍAS: ONLINE USA, INC. / ACTION PR<strong>ES</strong>S, MAURITIUS IMAG<strong>ES</strong> / UNITED ARCHIV<strong>ES</strong>, PR(9)<br />
Ernest Hemingway en Pamplona (1959): El viejo y el «más» (izquierda). Derecha: Hunter Thompson dio vida a un nuevo tipo<br />
de reportaje en estado de embriaguez y bautizó su exuberante estilo del «periodismo gonzo» con drogas de todo tipo<br />
54 REVISTA DRÄGER 8 | <strong>ES</strong>PECIAL