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POLÍTICA<br />
DROGAS<br />
Medicina: Michael<br />
Dare de Seattle<br />
confía en poder<br />
mitigar sus<br />
dolores mediante<br />
el consumo de<br />
marihuana y aquí<br />
se le ve consumiendo<br />
la droga<br />
en público<br />
FOTOGRAFÍAS: PICTURE ALLIANCE / AP PHOTO; UPI/LAIF<br />
T<br />
emblando de frío, pero visiblemente<br />
contentas, se reunieron más<br />
de cien personas la noche del 5<br />
al 6 de diciembre de 2012 a los pies del<br />
Space Needle, el emblema de Seattle.<br />
En cuanto las agujas del reloj marcaron<br />
las doce, se desató un gran júbilo. La «Initiative<br />
502» entró en vigor, con lo que quedó<br />
legalizada por primera vez la marihuana<br />
en un estado de EE. UU.<br />
Entre risas, empezaron a circular<br />
porros y pipas. Los policías observaban el<br />
espectáculo sin intervenir, ya que seguían<br />
las instrucciones del blog de la página web<br />
de su comisaría: «Hasta nuevo aviso, los<br />
agentes no emprenderán acciones frente<br />
al incumplimiento de la I-502, a excepción<br />
de advertencias verbales. Os vamos a conceder<br />
un generoso período de gracia para<br />
que os acostumbréis a este nuevo y maravilloso<br />
mundo algo cargado de humo».<br />
Desde entonces, todos los mayores de<br />
21 años de los estados noroccidentales de<br />
EE. UU. pueden poseer una onza de marihuana<br />
(aprox. 30 gramos) para consumo<br />
propio en el ámbito privado. Sigue estando<br />
prohibido fumar en público, conducir bajo<br />
los efectos de la marihuana, y la producción<br />
y venta de la droga, excepto con fines<br />
médicos. El estado cuenta con un plazo de<br />
un año para elaborar normas sobre el cultivo<br />
y el comercio del cannabis.<br />
Un mes después del arrebato de alegría<br />
de Seattle se vieron en Colorado escenas<br />
similares, donde el 5 de enero de 2013<br />
entró en vigor la Enmienda 64 para legalizar<br />
la marihuana. Esta enmienda, que<br />
contó con el apoyo del 55 % de los electores,<br />
permite desde entonces a los mayores<br />
de 21 años poseer una onza de marihuana;<br />
asimismo, los mayores de edad pueden<br />
cultivar hasta seis plantas de cannabis en<br />
espacios cerrados. Está prohibido vender<br />
la cosecha, pero no regalarla. Tampoco<br />
se puede fumar marihuana en público ni<br />
conducir un vehículo bajo sus efectos. Asimismo,<br />
las tiendas de marihuana deben<br />
estar a más de 300 metros de escuelas,<br />
parques infantiles y guarderías.<br />
Los estados contra<br />
el Gobierno federal<br />
La situación es complicada, y es que las<br />
leyes federales de EE. UU. incluyen el cannabis<br />
dentro de los estupefacientes de clase<br />
superior sin utilidad médica con un elevado<br />
riesgo de dependencia, como la heroína,<br />
el LSD y el éxtasis. La posesión, compra,<br />
venta y producción se sancionan con<br />
duras penas. Incluso el consumo de cannabis<br />
con fines médicos autorizado en 18<br />
estados de EE. UU y el Distrito de Columbia<br />
es ilegal según la legislación federal.<br />
Estas contradicciones llevan también<br />
a vacíos legales en el ámbito laboral. Los<br />
empleados públicos, como policías, maestros,<br />
guardabosques y conductores de autobús,<br />
siguen estando sujetos a la ley federal.<br />
La situación es diferente en las empresas<br />
privadas. En ellas se suele pedir un test de<br />
drogas en la entrevista de trabajo. También<br />
son habituales las pruebas aleatorias. Hasta<br />
ahora, la marihuana en sangre es un<br />
motivo de despido o para no contratar a<br />
alguien. Por el momento, Boeing no tiene<br />
intención de cambiar esta práctica. Otras<br />
empresas han anunciado que comprobarán<br />
sus contratos. Podría resultar complicado<br />
sancionar el consumo de la droga en<br />
el ámbito privado en los estados en que la<br />
marihuana es legal, incluso aunque el rendimiento<br />
laboral se vea mermado.<br />
«Va a ser muy interesante observar<br />
cómo los Gobiernos de los estados actúan<br />
frente a estas nuevas normativas, cómo<br />
reacciona Washington D. C. y la industria<br />
y, por supuesto, qué hacen los consumidores»,<br />
dice el profesor Mark Kleiman.<br />
El experto en Derecho penal y política en<br />
materia de drogas del Instituto de Políticas<br />
Luskin de la Universidad de California<br />
de Los Ángeles pide desde hace años<br />
que se investigue más sobre la legalización<br />
de la marihuana. Recrimina a partidarios<br />
y detractores que la discusión se esté llevando<br />
a cabo con demasiada propaganda<br />
y muy poca objetividad. Kleiman alaba la<br />
votación de los electores de Washington y<br />
Colorado ya que, al no haber sido legalizada<br />
hasta el momento, no ha podido recopilar<br />
evidencias suficientes sobre los efectos<br />
de la legalización: «Pero esto ha cambiado»,<br />
asegura Kleiman.<br />
El cineasta Eugene Jarecki es un ferviente<br />
defensor de la legalización de la<br />
marihuana. En The House I Live In documenta<br />
las fatales consecuencias de la guerra<br />
contra las drogas. La guerra contra las<br />
drogas anunciada en 1971 ha costado hasta<br />
el momento más de un billón de dólares, va<br />
dirigida especialmente contra los pobres y<br />
los negros, y contribuye a la saturación de<br />
las cárceles de EE. UU. En EE. UU aproximadamente<br />
medio millón de personas está<br />
en la cárcel por delitos relacionados con las<br />
drogas, el 10 % de ellas por infringir la legislación<br />
sobre la marihuana.<br />
Los detractores y los partidarios esperan<br />
con nerviosismo a que Washington cambie<br />
también su política sobre drogas. A finales<br />
><br />
REVISTA DRÄGER 8 | <strong>ES</strong>PECIAL<br />
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