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<strong>El</strong> <strong>Amanecer</strong> <strong>de</strong> <strong>Arica</strong> y <strong>Tarapacá</strong><br />
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por una serie <strong>de</strong> valles cuyas nacientes se encuentran en la vertiente<br />
occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> la cordillera andina drenando sus aguas en el océano<br />
Pacífico. No obstante dicha caracterización general, existen variaciones<br />
entre las diferentes regiones que componen ésta sub-área; así, por<br />
ejemplo, los valles <strong>de</strong>l sur peruano, como la cuenca <strong>de</strong>l Osmore (valle<br />
Moquegua-Ilo), son potencialmente más ricos en recursos hídricos que<br />
los <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong> Chile, v.gr. Lluta, Azapa. De igual modo, existen algunas<br />
diferencias al interior <strong>de</strong> la región tarapaqueña; así, los valles <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Lluta<br />
por el norte hasta Camarones por el sur escurren sus aguas en el Pacífico<br />
(valles exorreicos), mientras que aquellos al sur <strong>de</strong> Camarones y al norte<br />
<strong>de</strong>l Loa, lo hacen en la Pampa <strong>de</strong>l Tamarugal (valles endorreicos), sin<br />
alcanzar el litoral. Tales diferencias físicas y también <strong>de</strong>l potencial <strong>de</strong><br />
los recursos hídricos se ve reflejada en la organización social <strong>de</strong> las<br />
comunida<strong>de</strong>s que los habitaron. <strong>El</strong> estudio <strong>de</strong> las aguas, y el po<strong>de</strong>r en<br />
<strong>Tarapacá</strong> lo centraremos entre el río LLuta y la Quebrada <strong>de</strong> <strong>Tarapacá</strong>,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la naciente <strong>de</strong> las aguas. Consi<strong>de</strong>ramos importante <strong>de</strong>stacar que<br />
dicho espacio correspon<strong>de</strong> a una macro unidad espacial diferente a la<br />
que se inicia al sur <strong>de</strong> la mencionada Quebrada (Arévalo, 1993).<br />
La sociedad y el espacio tarapaqueño hasta el siglo <strong>XVI</strong>II, obviando<br />
la división administrativa <strong>de</strong>l Corregimiento <strong>de</strong> <strong>Tarapacá</strong> hecha en 1768,<br />
consi<strong>de</strong>ra no sólo a las comunida<strong>de</strong>s o el territorio perteneciente a la<br />
quebrada <strong>de</strong> ese mismo nombre, sino a toda el área comprendida <strong>de</strong> los<br />
llamados valles occi<strong>de</strong>ntales.<br />
Los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> propiedad sobre el uso y goce <strong>de</strong> las aguas en las<br />
socieda<strong>de</strong>s indígenas <strong>de</strong> <strong>Tarapacá</strong> constituye un motivo <strong>de</strong> permanente<br />
conflicto a nivel comunal e institucional, así lo evi<strong>de</strong>ncian, las disputas,<br />
<strong>de</strong>mandas y herencias por agua registrada en la documentación judicial<br />
<strong>de</strong>l período colonial <strong>de</strong> dicha área.<br />
Al parecer la sociedad andina <strong>de</strong> <strong>Tarapacá</strong>, más que entrar en un<br />
proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>sestructuración durante los siglos coloniales experimentá<br />
o adoptá nuevas respuestas culturales <strong>de</strong> resistencia los que aseguraron<br />
por ejemplo la supervivencia <strong>de</strong> los mecanismos tradicionales <strong>de</strong><br />
reparto <strong>de</strong>l agua. No, es posible acaso pensar en la capacidad <strong>de</strong> la<br />
sociedad Andina para asumir nuevas formas <strong>de</strong> adaptación cultural<br />
encubiertas bajo un ropaje camaleónico, cambiando sus formas pero