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Budismo y dzogchén 54<br />
Para finalizar esta breve consideración de la vía de renuncia, cabe advertir que, en<br />
vehículos en los que el objetivo explícito es superar el dualismo (como sucede en el<br />
mahayana), un método que parte <strong>del</strong> prejuicio según el cual se debe evitar una serie de<br />
entes, actividades y estados psicológicos no parece el más directo y efectivo, pues, por una<br />
parte, la idea de algo a evitar podría sostener y reforzar la ilusión de un dualismo<br />
substancial entre quien evita y lo evitado, y por la otra, podría hacer que el propio «yo» se<br />
tomase implícitamente como algo substancial y absolutamente importante, alimentando la<br />
preocupación por el mismo (que en el mahayana y el hinayana debe superarse por igual).<br />
De hecho, en el mahayana instantáneo, que aquí se ha considerado como la forma suprema<br />
<strong>del</strong> sutrayana, parece ponerse un menor énfasis en la renuncia, en la medida en que algunos<br />
de sus textos nos instan a aprehender la pureza primordial de cualquier cosa o estado que se<br />
manifieste. 117<br />
Ahora bien, las objeciones anteriores no implican que esta vía no sea efectiva; de no<br />
serlo, no se la consideraría como marga o sendero a la Iluminación. La vía de renuncia es<br />
tremendamente efectiva y, en el caso de quienes poseen la capacidad que corresponde a la<br />
práctica de uno de los vehículos en ella contenida, mas no las necesarias para la práctica de<br />
los vehículos de las vías de transformación y de autoliberación, aquéllos pueden ser<br />
«superiores» a éstos —en el sentido de ser más rápidos y efectivos a fin de alcanzar un<br />
cierto grado de realización espiritual.<br />
La vía de transformación o «vehículo de los tantra»<br />
La vía de transformación es el «vehículo no-nacido e imperecedero» (vajrayana),<br />
«vehículo de los tantra» (tantrayana) o «vehículo de los mantra secretos»<br />
(guhyamantrayana). En dicha vía se usa el veneno constituido por las pasiones para<br />
neutralizarlo, lo cual se ha comparado con la elaboración de suero antiofídico a partir <strong>del</strong><br />
veneno de las serpientes y con el principio homeopático de curar síndromes aplicando<br />
precisamente los agentes que los inducen; <strong>del</strong> mismo modo, el uso <strong>del</strong> veneno constituido<br />
por las pasiones para lograr lo más precioso que un ser humano pueda anhelar —como lo es<br />
la Iluminación— se ha comparado con la transformación alquímica de venenos en<br />
medicinas o en metales preciosos —la cual, como bien advierten las enseñanzas de este<br />
vehículo, siempre representa algo riesgoso. 118<br />
117 Distintos ejemplos de esto se encuentran en los Ensayos sobre el budismo zen de D. T. Suzuki, que versan<br />
exclusivamente sobre la Escuela <strong>del</strong> Sur, así como en los textos de la escuela <strong>del</strong> Norte descubiertos en Tun Huang. Sin<br />
embargo, al lado de tales exhortaciones siempre se encuentran condenas <strong>del</strong> placer sensorial y/o de recomendaciones<br />
sobre el uso de antídotos, las cuales dejan bien claro que el ch’an o zen pertenece a la vía de renuncia. [Un ejemplo de<br />
texto zen en el cual coexisten estos distintos enfoques es Las vastas instrucciones chinas sobre el dhyana (bSam gtan rgya<br />
lung chen po), atribuidas por Nubchén Sanguie Îeshe a Mahayana, pero actualmente atribuidas en China y Japón a<br />
Bodhidharma.]<br />
Es importante subrayar también el hecho de que los preceptos que toman los monjes ch’an o zen no son los que<br />
estableció en el vinaya el propio buda Shakyamuni y que constituyen el núcleo mismo de la vía de renuncia, sino otros<br />
menos estrictos que no pertenecen al vinaya; de hecho, durante mucho tiempo un número considerable de monjes de la<br />
mencionada escuela budista ha tomado esposa. Y, como ya hemos visto, en el ch’an o zen a menudo se toma como<br />
mo<strong>del</strong>o ideal de conducta al bodhisattva Vimalakirti, héroe <strong>del</strong> sutra Vimalakirti Nirdesa, quien no era monje, sino lego, y<br />
quien tenía más de una consorte.<br />
118 En particular, la práctica <strong>del</strong> sendero <strong>del</strong> método o tab-lam (thabs lam) de los tantra internos, que es el que encarna<br />
paradigmáticamente el principio de la vía de transformación, se compara con el uso en el proceso alquímico de una forma<br />
de mercurio llamada makshika: su aplicación sería sumamente riesgosa para quienes carezcan de las cualidades<br />
necesarias. Con respecto a la aplicación <strong>del</strong> mercurio makshika en el proceso alquímico como ejemplo <strong>del</strong> sendero <strong>del</strong><br />
método, en particular en el mahayoga, cfr. Dudllom Rinpoché, Lligdräl Ieshe Dorlle [(bDud-’joms Rin-po-che, ’Jigs-’bral