UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE - Ipef
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crecimiento la etapa de cierre de copas, así lo indicaría en esos tratamientos el mayor<br />
incremento medio anual del DAP respecto al incremento corriente anual. Este aspecto<br />
señalaría la necesidad de anticipar las intervenciones silvícolas (podas y raleos), si en<br />
el destino de la madera tiene relevancia el tamaño de las trozas. De lo contrario, por<br />
efecto de la competencia, se disminuirían las ventajas iniciales de concentrar mayor<br />
proporción de madera en las clases diamétricas superiores por efecto de la fertilización<br />
(Figuras 15 y 16).<br />
5.2 <strong>DE</strong>NSIDAD BASICA <strong>DE</strong> LA MA<strong>DE</strong>RA<br />
Si bien la comparación de la densidad básica de la madera corresponde sólo a diez<br />
árboles de cada tratamiento, las diferencias detectadas entre el T1 (fertilizado) y el T11<br />
(sin fertilizar) permiten inferir que la fertilización no afecta en forma negativa a la<br />
densidad de la madera de E. nitens en los primeros años de crecimiento, por el<br />
contrario, se podría esperar un pequeño incremento de la densidad (Anexo 2). Los<br />
resultados concuerdan con lo determinado por Vigneron et al. (1995) en clones de<br />
híbridos de Eucalyptus. Los autores atribuyeron el aumento de la densidad básica de la<br />
madera, a un incremento de la densidad desde la médula hacia la corteza, el cual en<br />
proporción es mayor en los árboles de crecimiento más rápido por efecto de la<br />
fertilización.<br />
5.3 BIOMASA, HOJARASCA y MANTILLO<br />
Con relación al rendimiento en biomasa, 90,4 t ha -1 en el T1 (fertilizado) y 58,1 t ha -1<br />
en el T11 (sin fertilizar) a los 45 meses de crecimiento, en general, ésta fue superior a<br />
la reportada en otros estudios de E. nitens. Al respecto, en Nueva Zelandia, Madgwick<br />
et al. (1981) determinaron al cuarto año de crecimiento una producción de biomasa de<br />
81,8 t ha -1 , aunque con una densidad de 6670 árboles ha -1 . También en Nueva<br />
Zelandia, Frederick et al. (1986) determinaron, a los cinco años de edad, una<br />
producción de 72,6 t ha -1 , con 1670 árboles ha -1 ; Misra et al. (1998a) en Tasmania,<br />
determinaron a los 34 meses una producción de biomasa cercana a las 25 t ha -1 , con<br />
una densidad de 1430 árboles ha -1 . Asimismo, en un estudio realizado en Chile,<br />
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