09.05.2013 Views

La Primavera - Bruno Schulz

La Primavera - Bruno Schulz

La Primavera - Bruno Schulz

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

88<br />

tomahawks dispuestos sobre las paredes. Mi sensible<br />

olfato me permitió detectar el olor del curare. 38 En el<br />

momento en que manipulaba una especie de alabarda<br />

primitiva, le recomendé la mayor precaución, y, en<br />

apoyo de mi puesta en guardia, saqué súbitamente mi<br />

pistola. Un poco sorprendido, dejó su arma con una<br />

sonrisa desagradable. Nos sentamos en torno a un<br />

enorme escritorio de ébano. Rechacé el cigarro que<br />

me ofrecía alegando mi abstinencia. Tantas precauciones<br />

me valieron al fin su aprobación. Con el cigarro colgando<br />

de la comisura de sus labios, me observaba con<br />

una sombría benevolencia que me hacía desconfiar.<br />

Sacó un talonario de cheques y –hojeándolo con un<br />

aire de indiferencia– me propuso inesperadamente un<br />

compromiso, adelantando una cifra de múltiples ceros,<br />

mientras que me miraba de soslayo. Mi sonrisa irónica<br />

le hizo abandonar ese tema. Dejando escapar un<br />

suspiro abrió los libros de cuentas. Entonces comenzó<br />

a darme explicaciones sobre el estado de sus negocios.<br />

El nombre de Bianka no fue pronunciado ni una<br />

sola vez, aunque ella estuviese presente en cada una<br />

de nuestras palabras. Yo lo miraba sin protestar, con<br />

la misma sonrisa irónica aún en mis labios.<br />

Finalmente, agotado, se dejó caer en su sillón. “Usted<br />

es intratable –dijo como si hablara para sí mismo–,<br />

¿qué quiere usted, verdaderamente? Yo me puse a<br />

hablar con una voz sofocada, con un fuego contenido.<br />

Sentí que mis mejillas enrojecían. Repetidas veces pronuncié<br />

el nombre de Maximiliano y me di cuenta que a<br />

cada instante la palidez de mi interlocutor se acentuaba.<br />

Me contuve al fin, respirando entrecortadamente.<br />

Él, abatido, permanecía inmóvil. Ahora ya no vigilaba su

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!