Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
a uno dónde está <strong>el</strong> límite, a partir de qué mom<strong>en</strong>to se extraviaría.<br />
El espacio interior permanece siempre, por así decirlo,<br />
abierto y amplio. Por eso, la Iglesia también puede indicar<br />
las grandes direcciones fundam<strong>en</strong>tales para la vida<br />
humana y decir adonde es seguro que no se debe ir si se<br />
quiere evitar la caída. Reconocer y agotar las diversas posibilidades<br />
de su camino sigue si<strong>en</strong>do tarea d<strong>el</strong> individuo.<br />
Ciertam<strong>en</strong>te algunos pi<strong>en</strong>san que <strong>el</strong> cristianismo no es tanto<br />
una r<strong>el</strong>igión práctica como algo para <strong>el</strong> más allá, es decir,<br />
un camino que permite reunir puntos para una cu<strong>en</strong>ta<br />
<strong>en</strong> <strong>el</strong> otro <strong>mundo</strong>.<br />
Es cierto que <strong>el</strong> más allá forma parte de la perspectiva vital<br />
d<strong>el</strong> cristianismo. Si se pret<strong>en</strong>diera suprimirlo, nuestra perspectiva<br />
se convertiría <strong>en</strong> un extraño fragm<strong>en</strong>to, quedaría<br />
hecha añicos. La vida humana quedaría burdam<strong>en</strong>te mutilada<br />
si sólo la considerásemos desde la óptica de esos set<strong>en</strong>ta<br />
u och<strong>en</strong>ta años que podemos vivir. Así surge esa extraña<br />
avidez de vida. Si la vida mom<strong>en</strong>tánea es lo único<br />
que puedo t<strong>en</strong>er, naturalm<strong>en</strong>te he de procurar sacar y acumular<br />
<strong>el</strong> máximo posible. Lo que me impide mostrar la<br />
m<strong>en</strong>or consideración hacia los demás.<br />
El más allá me proporciona las pautas y confiere a esta<br />
vida la seriedad y <strong>el</strong> peso para no t<strong>en</strong>er que vivir exclusivam<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> función d<strong>el</strong> instante, sino de manera que al final<br />
esta vida sirva, valga algo -y no sólo para mí, sino para <strong>el</strong><br />
conjunto-. El <strong>Dios</strong> que escucha no nos exime de responsabilidad,<br />
sino que nos <strong>en</strong>seña a ser responsables. Nos impulsa<br />
a vivir con responsabilidad lo que se nos ha dado,<br />
para que de ese modo también algún día lleguemos a ser<br />
capaces de salir airosos ante Él.<br />
Cristo dice: «Pedid y se os dará. Buscad y <strong>en</strong>contraréis.<br />
Llamad y se os abrirá». Por otro lado, cuando mi hijo, por<br />
32<br />
ejemplo, está haci<strong>en</strong>do los deberes, pide ayuda a <strong>Dios</strong>.<br />
Pero, para ser sinceros, no siempre da resultado.<br />
Se pide, por ejemplo, salud; la madre para su hijo, <strong>el</strong> marido<br />
para la esposa; se pide que un pueblo no se precipite <strong>en</strong><br />
un trem<strong>en</strong>do error -y sabemos que no siempre es escuchado-.<br />
Para una persona que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tre <strong>en</strong> una situación<br />
de vida o muerte, esto puede convertirse <strong>en</strong> un gran interrogante.<br />
¿Por qué no ha recibido respuesta, o al m<strong>en</strong>os no<br />
la respuesta que pidió? ¿Por qué calla <strong>Dios</strong>?, se preguntará.<br />
¿Por qué se aleja? ¿Por qué sucede justo lo contrario de<br />
lo que yo quería?<br />
Este distanciami<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre la promesa de Jesús y lo que<br />
experim<strong>en</strong>tamos <strong>en</strong> nuestra propia vida ha hecho reflexionar<br />
a todas las g<strong>en</strong>eraciones, a cada individuo y, desde luego,<br />
a mí. Pero cada uno debe luchar para obt<strong>en</strong>er por sí<br />
mismo una respuesta, apr<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do finalm<strong>en</strong>te a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />
por qué <strong>Dios</strong> le ha hablado precisam<strong>en</strong>te así.<br />
¿Yqué respuesta es ésa?<br />
San Agustín y otros grandes afirman que <strong>Dios</strong> nos da lo<br />
que es mejor para nosotros -aunque no podamos advertirlo<br />
por anticipado-. En efecto, a m<strong>en</strong>udo consideramos<br />
que lo mejor para nosotros es justo lo contrario de lo que<br />
Él hace. Deberíamos apr<strong>en</strong>der a aceptar y a considerar<br />
como una señal ese camino que, según nuestra experi<strong>en</strong>cia<br />
y nuestro dolor, nos resulta tan p<strong>en</strong>oso. El camino de <strong>Dios</strong><br />
su<strong>el</strong>e ser un camino formidable de transformación, de refundición<br />
de nuestra vida, <strong>en</strong> <strong>el</strong> que somos modificados y<br />
<strong>en</strong>derezados de verdad.<br />
En este s<strong>en</strong>tido hay que reconocer que ese «Pedid y se os<br />
dará» no significa, con toda seguridad, que yo pueda recurrir<br />
a <strong>Dios</strong> para hacerme la vida cómoda, para todo lo que<br />
se me antoje. O que va a <strong>el</strong>iminar mi sufrimi<strong>en</strong>to y mis pre-<br />
33